Con una sonrisa burlesca Obito disfruta la taza de café que sostiene en su mano. Una cucharada de café, tres de azúcar, y su respectiva leche, era la mezcla que no cambiaba para nada. Disfrutar beber lentamente mientras los empleados de Susanoo Corporation ingresan al edificio, era uno de sus pasatiempos favoritos por las mañanas. Recuerda con exactitud cómo perteneció a ellos, los empleados comunes. Desde su oficina situada por debajo de la de su padrino, Obito tiene ojos de halcón para ver entre las hormigas allá abajo. Espera a una persona en particular, desea ver cómo llega tras la pequeña travesura. Lo que su víctima no sabe, es que hoy comienza su juego de despecho. Si antes era un compañero intratable, ahora sería peor con Itachi. No haría nada en contra de Madara, pues bien sabe que todos pagamos con Karma.
Deshacerse de Itachi era su nueva meta, y causar conflictos en su matrimonio también la era. Sacar un poco de información por aquí y por allá, le ayudará a sacarlo del edificio, cueste lo que cueste.
—Supuse como son amigos sabías un poco de su matrimonio homosexual —dijo tras separar un poco la taza de café de sus labios dejando ver una sonrisa burlesca.
Kizame se adelantó para llegar temprano, y como antiguo compañero de trabajo de Obito, solía darle una visita breve cada mañana para conversar sobre deportes y entre otras cosas que tenían en común. Hoy le sorprendió la plática de la mano derecha del jefe del edificio, puesto que se centró en Itachi.
—A decir verdad, sí lo sabía, mas no hemos hablado mucho sobre ello. La típica información que se da a un compañero de trabajo —contestó Kizame sentado en una silla giratoria, acomodando su corbata.
—Es cierto, estoy casado tantos años y somos felices. —Rodó los ojos recordando su aburrido matrimonio con Kamui. —Este fin de semana voy a organizar una barbacoa y pienso invitarlos, pero como hemos tenido unos desacuerdos creo que Itachi no aceptará la invitación. ¿Podrás hacerme el favor de invitarlo junto con su esposo, sin mencionar que van a mi casa?
Kizame se quedó en desconcierto, porque desde que conoce a Obito, nunca lo a invitado a conocer a su familia, o a salir por ahí a beber una cerveza. Obito podía ser divertido en el edificio, pero nadie sabía cómo actuaba afuera, porque nadie se lo a topado. Ese era un misterio que rondaba dentro de Susanoo Corporation, Obito era un fantasma cuando salía del edificio.
—Claro, yo los llevaré a tu casa. ¿Y qué se celebra? No quiero llegar con las manos vacías.
Con una sonrisa triunfante Obito estaba por contestar cuando Tayuya entró al despacho.
—¿En serio quieres que lleve tu auto a lavar? ¿Y quién hará mi trabajo? —cuestionó Tayuya con las llaves del auto colgando de sus dedos.
—Yo me encargaré de ello, por ahora me urge que lleves mi auto al auto lavado. Diles que usen algo para que huela mejor y que el olor a huevos desaparezca —respondió Obito, subiendo una pierna al escritorio para sentarse.
—¿Un accidente con los niños? —preguntó Tayuya, dándose la vuelta.
—Exacto... Otra cosa, ¿Itachi llegó? —indagó. Dio un sorbo a lo último de su café.
—Llegó más que bien, abordo de un Bugatti Chiron.
El líquido que pasaba por su garganta regresó a su boca derramando todo a Kizame. Salpicaduras de café por doquiera fueron a dar. Obito era más que inteligente para saber que ese carísimo deportivo era un regalo de Madara para Itachi. La sangre se le subió a la cabeza, la ira se podía ver en sus ojos negros, y las ganas de rematar contra alguien lo delataban las venas resaltadas en sus manos.
«¡Maldito Itachi, ya le dio el culo al maldito anciano! ¡Definitivamente eres un ofrecido con tu comportamiento reservado, te odio, pero de mí nadie se burla, ese marido que tienes sabrá sobre la aventura que llevas con Madara! ¡A ver qué tal te va!».
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Mi esposo, mi amante y mi puta YAOI [Terminada/ ANTI ROMÁNTICO]
Hayran KurguEn un triángulo amoroso se verá en vuelto Itachi, un joven hombre recién casado con el hombre de sus sueños y amigo de infancia, Shisui. Todo no parece estar saliendo bien, sin embargo, nuestro protagonista comenzará a sospechar que su amor está sie...