La mismas jugada

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Desperté sintiendo remordimiento por lo que sucedió la noche anterior. Me desquite con un polvo que peligrosamente puede llevarme a muchos problemas en la área de trabajo y vida personal. Quiero culpar a Shisui, pero yo soy lo suficiente maduro para no haberme involucrado con Madara. Si hubiera podido mantener la distancia y el profesionalismo, hoy no me sentirá mal conmigo mismo. Los pasos a seguir era fáciles de cumplir: divorciarme, tomarme un tiempo para sanar, y concentrarme en mi trabajo, pero no ser el amante del que paga mi salario, sin divorciarme. Yo soy culto, y no suelo tomar decisiones apresuradas. Mi forma de ser no era el que accedió a las delicias de los deseos carnales, mi otro yo, él que hace lo que sus maldad le ordené, me dice que siga y juegue con Madara, mientras atravieso lo más peor de mi vida, divorciarme del hombre que juró amarme, que eso me ayudará a no caer en depresión.

Me levanté dos horas antes de ir a trabajar, sin hambre, sin ganas de interactuar con nadie, lo único que me mantiene positivo, es que hoy es viernes, y tendré dos días para encerrarme en mi departamento a lamentar el mal que me ha hecho Shisui. Escorpión ladra como tonto por todo el departamento, y muerde el último oso de felpa que me regaló Shisui. Se lo di, no quería verlo más. Me quedé sentado al borde de la cama matrimonial, viendo el suelo, oyendo al perro de Sasori ir y venir por todas las habitaciones. Me concentré en mis pensamientos tanto que no oí la presencia de alguien entrase, sin permiso. De pronto escuché la voz de Shisui detrás de mí. Al principio supuse que era mi mente la que jugaba conmigo, pero no, volví la cabeza y ahí estaba parado viéndome seriamente con los brazos cruzados. No vestía ropa de trabajo, sino que vestía casual: vaqueros azul marino y una camiseta negra. El cabello lo llevaba un poco despeinado y húmedo. Escorpión no se oía, así que pregunté en dónde estaba el perro, Shisui contestó de la misma forma que me veía, serio:

-Le di una salchicha para que se calle. ¿Desde cuándo cuidas a la mascota del vecino? Pensé que no lo tragabas.

No contesté en breve, volví mi vista hacia el piso, y recordé que tenía una mordida cercas del cuello. No iba a mostrarle que ya fui de otro hombre, cubriría la evidencia con mi cabello.

-A ese perro no se la da comida de uno, hiciste mal. Lo cuido porque le hago un favor a mi amigo -respondí seriamente.

-¿Amigo? -una risita burlesca escapó de él, yo rápidamente me encendí.

-Amigo, a ti qué te importa. ¡Vete, no vuelvas a entrar en mi departamento, sin permiso! -Volví a verle con el ceño fruncido. Mi corazón se acelero, pues su presencia no me agradó. Necesitaba irse antes que me pusiera agresivo con él.

-Pudiste hacerte amigos con quien se te de la puta gana, pero no con el chico más gay del vecindario. Van a decir que estás saliendo con él -sonó despreciable. Shisui estaba molesto, por algo que no sabía.

Dejé la cama atrás y caminé al ropero en busca de ropa interior. No seguí su tonto juego, ya conocía a este Shisui, el que quiere pelear para después burlarse de mis rabietas.

Mi esposo, mi amante y mi puta YAOI [Terminada/ ANTI ROMÁNTICO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora