Gine ''Una Historia que contar'' (DBZ)™ «Editando»

Veinte

El ambiente se coloca tenso cada vez que Raditz nos mira de reojo, como si notase una sensación de sospecha, o quizás esta esperando que hable su padre sobre la batalla de hoy. Pero Bardock parece concentrado en otra cosa.

Muevo mi cubierto rápidamente ya que presiento que Bardock sospecha de mi huida con Tora. Y aunque sé que estuvo mal el hecho el irme con una persona que no era mi esposo, pero aún así creo que estaba en mi derecho de ver a Raditz luchar por primera vez, ya que Bardock no me invitó, algo que me da demasiada curiosidad.

-Bardock...- susurra Raditz llamando la atención de los dos -Creo que puedo explicar la razón de mi pérdida- lo mira fijamente esperando una respuesta.

Bardock apoya sus codos en la mesa y cierra sus ojos concentrado: -Lo hecho, hecho está. Cometiste varios errores, incluyendo en el momento en que preferiste perder tiempo colocando tu atención en alguien de la grada...- ¡Mierda! -...¡No debes perder tu mira del oponente!, esos segundos que perdiste pudiste emplearlo en estudiar a tu contricante- espeta serio.

Mi cuerpo se tensa ante su respuesta, y siento que Raditz va a responder, así que le doy una mirada de que se quede callado.

-Pero que querías que hiciera. Al menos mi mamá me respalda apoyándome desde lejos...- golpea las manos con la mesa provocando un ruido horrible -¡Siempre recalcas mis errores!, en ningún momento me brindas una ayuda, ni siquiera verbal-

-¿Como así que tu mamá te apoya desde lejos?- pregunta Bardock achinando sus ojos.

Mis ojos parecen desorbitarse y las manos me tiemblan de los nervios. Raditz me mira confuso como si no entendiese el por que Bardock pregunta aquello.

Claro, Raditz no sabía que me estaba escondiendo de Bardock durante la batalla.

-Mi mamá miró la lucha...- dirige su vista hacia su padre, quien ahora es Bardock el que me mira echando chispas -No la miré después, pero estaba cuando luché con el príncipe de los saiyajines-

Trago saliva mirando el plato y bajo cuidadosamente mis manos. Los nervios se apoderan de mi cuerpo y mi cabeza se bloquea.

Cierro los ojos y trato de conseguir fuerzas para poder hablarle, pero solo logro escuchar el rechinar de la silla contra el piso, dándome a entender de que Bardock se fue.

-¿Que pasó mamá?- pregunta confundido.

Mi mano tiembla y decido abrazarla con la otra. Pero no logro conseguir paz.

Deus, el problema que se va a desatar.

-Será mejor que te alistes. Llegarás tarde a tu entrenamiento- es lo único que logro decir.

Raditz se levanta de la silla confuso, no logra entender, ni suponer, la situación entre Bardock y yo. Pero no quiero preocuparlo, no quiero que me piense en una imagen errónea mía o de su padre.

Debo conseguir una solución pronto....

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-¡Te lo dije!, ¡Y no te lo volveré a repetir!. Llevate el traje negro, utilizarán ese traje ya que el azul fue para la batalla- me quejo colocando mis manos en la cintura.

Raditz roda sus ojos.

-No- responde rebeldemente. Lo miro asombrado, algo me dice que su actitud se me hace demasiado familiar... -¿Que te hace pensar que lo utilizaremos?- enarca una ceja.