Día 1. Flores [HunUkr]

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Era un día soleado en un pequeño pueblo de Ucrania. El otoño estaba apunto de llegar y la personificación de aquel país quería aprovechar uno de los pocos días de sol que quedaban para tener una pequeña cita con el país del que se había enamorado, de la chica que le alegraba los días con solo hablar con ella, Hungría.

Su relación nunca fue complicada. Desde pequeñas tuvieron bastante interacción y simplemente se enamoraron la una de la otra. Incluso a pesar del matrimonio entre Austria y Hungría, la ucraniana siempre estuvo presente en la vida de la húngara. Realmente habían estado juntas en "secreto" durante aquel matrimonio, y esto el austríaco lo sabía y lo apoyaba totalmente, no podía exigir nada cuando él hacía lo mismo con cierto prusiano, pero eso es un tema aparte.

Cuando este matrimonio acabó las dos no tuvieron problema en hacer pública su relación con algunos países. Sin embargo no con sus jefes. Estos siempre fueron bastante intolerantes con este tipo de asuntos como una relación entre dos mujeres, aunque actualmente en casa de la ucraniana se está mejorando la situación la húngara lo tiene muy complicado, pero nunca se ha metido en líos por algo así. Es bastante discreta.

Nada impide que las dos tengan una relación bastante normal y se vean con mucha frecuencia. Ahora mismo estaban en un precioso campo ucraniano pasando el día juntas, olvidándose de todos sus problemas.

Las dos pasaron el día paseando por el campo, recogiendo flores e incluso hicieron un picnic. A ambas les encantaba la comida que hacía la otra y disfrutaban de su compañía.

-Pronto hará frío, es una pena. Me encanta venir aquí a pasar el rato contigo. -La húngara acarició el cabello de la ucraniana y le ofreció una botellita con té que ella misma había preparado.
-Lo mismo digo. Pero bueno, con el frío también hay planes geniales. Me encanta Budapest en invierno. -La ucraniana dio un trago a aquel té. Estaba delicioso. -Me encanta. ¿De qué es?
-De jazmín. Roderich es experto en tés y me lo aconsejó. Le pregunté porque sé que te gusta mucho tomar té también.
-Hm... Hace mucho que no lo veo. ¿Cómo le va?
-Ya sabes, como siempre. Se pasa los días discutiendo con Gilbert y tocando el piano, nada nuevo.
-Bueno, ya sabes. Los que se pelean se desean. -La ucraniana rió, mirando a la húngara. Esta también rió por aquel comentario.
-Bueno, yo contigo no me peleo y me gustas mucho, Yekaterina. -La húngara dejó un pequeño beso sobre los labios de la ucraniana. Esta correspondió y la abrazó.
-Sí, bueno. Eso es cierto. ¿Pero cómo pelearía contigo si es imposible llevarle la contraria a una chica tan preciosa?
-Ay, jo... Me vas a hacer sonrojar. -La húngara dejó un beso sobre la frente de la ucraniana. Esta, a pesar de estar así de cariñosa parecía muy concentrada con algo.
-¿Qué estás haciendo? -La miró con curiosidad. Tenía varias flores en la mano.
-Ya está lista. Mira. -Le mostró una corona de flores y la puso sobre la cabeza de la húngara. -Estás preciosa con ella.
-Yekaterina... -La abrazó y se tumbó en el suelo con ella. Le encantaban ese tipo de detalles por parte de la ucraniana. Siempre intentaba darle algún regalo a pesar de que su economía no fuese precisamente buena. Aprovechaba todo lo que había en su casa para sorprenderla y eso le encantaba.

Las dos pasaron toda la tarde abrazadas sobre aquellas flores. Estuvieron contemplando el cielo y nada más importaba en aquel momento. Ni los problemas internos de la húngara, que no soportaba a sus jefes, ni los problemas entre la ucraniana y su hermano. En esos instantes solo importaban ellas y su relación. Ya tendrían tiempo para agobiarse con sus problemas cotidianos.

-Va a anochecer. Deberíamos ir a mi casa. -La rubia abrazó a la de cabellos castaños por la espalda, aunque esta no parecía tener mucha actitud de irse.
-¿Y quedarnos sin ver las estrellas en este sitio tan precioso? Ni en broma.
-Entonces pasaremos la noche aquí. Aunque me da un poco de miedo...
-¿Miedo de qué? Si un oso salvaje intenta atacarte solo lo golpearé con mi sartén y te protegeré de todo. ¿Sí?
-De acuerdo. Me quedo mucho más tranquila. -Rió la de cabellos rubios, sentándose de nuevo sobre el césped. Ver las estrellas rodeada de flores en un lugar tan bonito era increíble. El cielo se veía muy despejado, cosa que en Kiev era imposible de ver, además estaba con la persona que más quería. Podría decirse que llevaba mucho tiempo sin ser así de feliz. La húngara por su parte se sentía igual, siempre que pasaba tiempo con su pareja era más feliz que nunca.

-¡Mira, una estrella fugaz! -La húngara gritó sorprendida.
-Sí, también la vi. ¿Pediste algún deseo?
-No puedo decírtelo o no se cumplirá.

Las dos sonrieron y se besaron bajo aquel cielo estrellado.

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Holi! Este fic fue cortito pero me pareció muy soft y cute para empezar. Espero que os guste, amo este ship y considero que está bastante infravalorado <3

Fictober 2020 [Hetalia] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora