Día 5. Desde el amanecer hasta el atardecer [TurGre]

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"Lo odio". El griego se repetía mentalmente en aquel momento. "Lo odio, lo odio, lo odio". Pero aquellas palabras eran muy diferentes de lo que sucedía en realidad entre él y Sadik, la personificación de Turquía.

La realidad entre ellos era que pasaban el día entero juntos, desde el amanecer hasta el atardecer. Él dormía, Sadik le contaba su vida, acariciaban gatitos, compartían su comida, incluso algunos días iban a bañarse juntos a las termas. Pero para Heracles aquello no significaba nada, simplemente coincidían y tenía que "soportarlo". Incluso si sus sentimientos le recordaban las ganas que tenía de besarlo no reconocería jamás sus sentimientos. O por lo menos, eso pensaba él.

Sadik, por su parte, no se molestaba en ocultar sus sentimientos. Desde que consiguió tener a aquella nación en su casa desde que era pequeño hasta hace apenas un par de siglos, él era su "hermanito favorito". Obviamente de pequeño lo tenía como a un hermano consentido pero desde que este se separó de él se desvinculó de aquel término y no supo desde qué momento estaba así de enamorado. Pero si por él fuera estaría saliendo con él, y sabía que era imposible por todo el rencor que le guardaba y lo entendía. Le hizo muchísimo daño en aquel conflicto evitando separarse de él. Pero no podía dejarlo ir, era su nación más importante. Después de su marcha se sintió completamente solo y pasó por una larga depresión.

Aquel día traía unos dulces hechos por él solamente para el griego, además de llevar con él una pequeña gata que se había perdido por su casa.

-Hey, Grecia. Mira lo que traigo. -Con mucho cuidado, tomó en sus brazos al pequeño animal y se lo dio a la nación menor. Este esbozó una pequeña sonrisa y tomó al animal en brazos.
-¿Qué haces con este gato?
-Es una gata. Estaba perdida por mi casa y pensé que te gustaría que estuviera en la tuya.
-Ya tengo muchos gatos, pero me la quedaré. Seguro que el resto se alegran de ver una nueva compañera... Gracias...
-También hice dulces para ti. Tus favoritos. -Le dio la bolsita con los dulces y se sentó a su lado.
-Eres molesto. -Dijo aceptando aquella bolsa y probando uno de los dulces.
-Puede que lo sea, pero tus días sin mí serían muy aburridos.

Y tenía razón. No sabía en qué momento el griego había empezado a pasar los días con el turco pero este ya formaba parte de su rutina. Hasta Chipre se lo decía, que eran más cercanos de lo que él mismo podía pensar y desde fuera lo veían.

Antes de que pudiese seguir comiéndose la cabeza, el turco se levantó de aquel sitio y se quedó unos segundos mirándolo.

-¿Tienes algo que hacer hoy? He pensado ir a las termas.
-No tengo nada que hacer. -Con la pequeña gata sobre sus brazos caminó con el turco hacia aquel lugar. Después la dejaron en un patio de aquel lugar y se fueron a los vestuarios. Al griego le resultaba imposible no mirar al adverso desvestirse, "como para no fijarse en aquel cuerpo" , pensó. Una vez desvestidos, solo con una toalla cubriendo sus cuerpos, ambos fueron a una habitación donde el turco le hizo un masaje al menor.

-Siempre estás muy tenso. Relájate un poco, hombre. Bueno, este masaje te ayudará. -Dijo el turco mientras masajeaba los hombros del griego, intentando rebajar la tensión que este tenía. Después siguió por toda su espalda, echando una crema que hizo al menor tener un escalofrío de lo fría que estaba, pero después le ayudó bastante y lo notó.
-Espero que te hayas quedado como nuevo después de esto. -Temiendo que fuese lo último que hiciese en su larga vida, pero sin poder contenerse, lo volteó y empezó a acariciar desde su clavícula hasta su abdomen, intentando subirse sobre él, pero ambos cayeron al suelo, además de que sus toallas saliesen disparadas lejos de ellos.

El griego cayó sobre el turco y, lejos de golpearle o cualquier cosa se quedó mirándolo. Parecía que trataba de analizar la situación. El turco estaba pensando en qué sucedería, hasta que la acción del griego lo sacó de todos sus pensamientos.

Lo había besado.

El turco se limitó a corresponder a aquel beso y se posicionó sobre el griego, besando desde su cuello hasta su clavícula. Posteriormente lo tomó sobre sus brazos y sin dejar de besarse ni un segundo, lo llevó hacia una de sus piscinas y se metieron en el agua.

Lo que pasó después es bastante evidente. Al salir de aquel lugar los dos se despidieron y el griego regresó a casa con aquel pequeño gatito, comiendo los dulces que el país más mayor le había hecho.

-Es odiso, lo odio. -Dijo para él mismo. Había pasado otro día más con él, incluso había llegado a un nivel que nunca antes había alcanzado y sabía que ya nada sería igual entre ellos y probablemente estaban iniciando una relación. Pero él seguiría sin reconocer que estaba perdidamente enamorado de aquel hombre y que haría cualquier cosa por seguir pasando los días así.

Por su parte el turco regresó a casa con una amplia sonrisa. Su adorado Grecia finalmente le había correspondido.

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Agradecimientos a mi Sadik en cierto rol. Este fic es una adaptación de ese rol porque encajaba perfectamente con la temática de hoy. Te dedico este fanfic, espero que te guste y que guste a todos los que lo lean <3

Fictober 2020 [Hetalia] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora