Realmente no había contado los días que pasaron en el hospital. Las ojeras estaban presente en ambos ojos. La mujer canosa solamente estaba reacia, sabía que su joven hija estaba solamente por pura compasión.
"Es mejor que solo esté yo, mamá"
Comentó la hija.
"Debo sentirme halagada, mi segunda hija tiene compasión por su vieja madre." Sí, era eso ¿pero no estaba bien devolver toda eso? Su madre hizo lo mismo cuando ella era una simple niña pequeña. Ella lo pensó por un momento mientras acomodaba las pantuflas color púrpura. Y nuevamente volvió la mirada hacía su madre.
"¿No hiciste lo mismo cuando por primera vez hice galletas y las comiste? Esas galletas estaban quemadas...