El día empezaba bien, amaneció de buen humor, no había nada que pudiera arruinar ese estado de ánimo. Excepto una cosa.
Se encontraba de salida hacía la escuela cuando se percato de que no llevaba aquel anillo que Moira le había obsequiado para su cumpleaños. Lo peor de toda esta situación es que no recordaba donde podría haberlo dejado. En verdad quería literalmente gritar de frustración pero hacer un berrinche a su edad, no era tan aceptable y añadiendo que iba ya tarde hacía el instituto.
Bien, primera cosa del día que le hacía poner de malhumor. Después de caminar veinte minutos había logrado llegar, aun así resopló al entrar al aula. Por un corto segundo se sintió aliviado de que el profesor no estuviera, por lo que significaba que no tendría que dar una excusa del por qué llego tarde.
Con desgano fue hacía su asiento, intentando pasar desapercibido entre todo el bullicio, lo cual fue en vano porque dos persona lo siguieron a su asiento.
"¡Ey! Tengo que devolverte algo que seguro consideras perdido."
"Mh...¿Por qué el profesor no vino?" Cuestionó intentando cambiar de tema mientras tomaba asiento.
Moira por lo tanto, del bolsillo de su chaqueta sacó aquel anillo y lo dejó en el escritorio ante la atenta mirada de Travis.
Ella dejó salir una pequeña risa al notar la expresión de alivio en el rostro de su compañero. "Gracias..."