En ocasiones, se preguntaba como podía haber caído en aquella trampa. Su pobre corazón solamente estaba cansado de resistir aquel tipo de decepciones, pero en ocasiones admiraba la fortaleza que llegaba a tener.
Pero está vez no. Había caído muy bajo, demasiado. Hasta creía que en un punto tocaría fondo sin embargo, no lograba lo que quería.
Quería llorar, gritar, maldecir. Pero se contuvo. No era no era así, solo era aquella chica sumisa que lloraba en silencio en su solitaria habitación. Jamás pensó en reclamar por aquella caída, no era así. Solo se preguntaba si en algún punto dejaría de caer.