Capítulo 27: Montaña rusa

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¿Había hecho ella algo mal después de abrazar, besar y acariciar a Jennie en el salón de castigo para que ahora la morena prácticamente la ignorara sin siquiera al menos mirarla desagradablemente?

Lisa suspiró frustrada y negó con la cabeza. Se había pasado todo el fin de semana abrazada a sus piernas, contra su pecho, y observando por la ventana las parejas enamoradas que cruzaban la calle o caminaban con las manos entrelazadas sobre su vereda. Estúpida imaginación que cambiaba los rostros de aquellos desconocidos por los de ella y Jennie.

Tan solo bastaban unas risas de la morena en su cabeza para que toda la lógica que la gobernaba se fuera al demonio totalmente derrotada. Se mordió el labio con ironía y burla mientras se retiraba del Instituto, un lunes completamente asqueroso en el que, lamentablemente, por culpa de Jennie no podía sonreír o mantener un trato servicial con el resto de sus alumnos.

Se aferró al maletín con fuerza, era hora de tomar una rápida decisión. Mantener un lazo igualitario de preocupación con todos y cada uno de los chicos, y encerrar a Jennie en esa bolsa, o actuar como su profesión lo determinaba: desinteresada en los problemas ajenos y computarizada solo para enseñar lo que todo el mundo aprende en el paso por los estudios escolares.

Estaba buscando las llaves de su mini Cooper dentro de su pantalón cuando la piel se le erizó al escuchar a Jennie tras ella. De manera tímida, avergonzada y casi susurrando un pequeño saludo.

—Hola.

—Estoy de salida, Jennie —dijo de manera autoritaria sin voltear y mordiéndose los labios porque la llave no parecía querer entrar en la puerta— ¿Necesitas algo? ¿Alguna duda, tal vez, de la clase? Como no participaste en ningún momento

—Lisa —murmuró la morena tomando el hombro derecho de la pelinegra para voltearla lentamente— Lo siento —Lisa curvó sus labios hacia arriba calmando los nervios. No era el vacío a su alrededor lo que los provocaban, sino la rosa que Jennie extendía en su dirección— Lamento haberme comportado distante hoy —dijo la morena con una pequeña sonrisa mientras tomaba la mano de Lisa y enredada los dedos de la rubia en el tallo de la flor— ¿Te gusta?

—Es preciosa... No tienes nada de qué disculparte —mintió la pelinegra observando a Jennie con la cabeza gacha— Todos tenemos a veces nuestros días malos.

—Lisa —la retuvo Jennie del brazo cuando la rubia disponía subirse al auto— Tu sabes a lo que me refiero… Perdón, por favor… Estaba avergonzada

—¿De qué?

—No pude controlar mi cuerpo en ese momento y mucho menos la manera en que quería quedarme contigo después.

—Te sentiste mal. No tenías nada qué controlar.

—No entiendes

—No. Generalmente no te entiendo... Me quedé contigo, te abracé, te acaricié por más de una hora y lloramos los últimos minutos juntas y de la nada te levantas, solo te despides y… y hoy me ignoras como si no me conocieras… Dos días, Jennie; debieron pasar dos tormentosos días en que me mantuve preocupada por ti, por intentar recordar si yo era la que había actuado mal o provoqué algo. Eso realmente no lo entiendo. A veces me molesta no entender cómo y por qué actúas así.

—Es… es algo mío, algo que me pertenece y me molesta de vez en cuando. Pero tú no tienes ni tuviste la culpa. Yo… a veces creo que lo que está sucediendo entre nosotras es lo más parecido a la felicidad que alguna vez viví… a veces creo que no es real. Que cuando realmente me conozcas te alejarás y seguiré cargando esto yo sola… Como antes… No quiero darte vergüenza

—Jennie… Jennie, mírame… —le pidió Lisa agradeciendo el hecho de estar solas y así tomar el rostro de la morena entre sus manos— Quiero saber qué es lo que te ocurre. O te ocurrió. Quiero que me dejes descubrir lo que aún no me quieres mostrar pero sobre todo necesito que actúes de una única manera. Te dije una vez que podías confiar en mí. De la manera que tú quieras, como tu profesora o… —Lisa calló rápidamente ¿Cómo se llamaba el tipo de relación que tenían? Pero sobre todo ¿qué lugar ocupaba cada una allí? En la vida de la otra— O… tu eliges la manera… necesito que no actúes dependiendo el momento o la situación. Necesito que te desenvuelvas segura conmigo ¿puedes darme eso?

Lenguaje del amor - JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora