Lenguaje del amor - Jenlisa

Capítulo 53: Lenguaje de amor #4 Los actos del servicio

-Flashback-

Fue el 12 de julio de cuatro años atrás que Jisoo hizo las cosas demasiado fáciles para ella. La coreana solo abrazó a su novia, tomó su mano como si de dos niñas se tratase y luego giró a Rosé regresándola frente a ella en un habitual acto: y Lisa observó la felicidad y el brillo que sus rostros demostraba.

Esa noche ella fue la única testigo de la prueba más grande que Jisoo le entregó a Rosé. A pesar de que la envoltura fuese inexistente y el regalo pequeño, era algo que compartirían por el resto de sus vidas sin temor a romper.

Lisa las observó meses después a ambas vestidas de blanco y a Jisoo llorar de emoción por tercera vez: la primera había sido a los 12, cuando tuvo su primera vez con Rosé. A los 15 fue la otra cuando Rosie le dijo que "sí", sí quería ser su novia. Y la tercera era nuevamente con la rubia bailarina, diciéndole que sí en otro tipo de entrega.

Lisa giró apenas su rostro esa mañana y observó a Jennie, a su lado, con una mirada soñadora sobre ella. Del otro lado estaba Julianne sosteniendo la mano de la morena y también le sonrió cuando ella lo hizo para Jennie.

La pelinegra volvió su mirada al frente y el "sí, acepto" de Rosé y el "sí, si no no estuviese aquí" de Jisoo le lanzaron distintas emociones a su cuerpo: ella quería estar en esa misma circunstancia con Jennie.

Cuando en el salón de fiesta Julianne estaba en brazos de su padre dormida, ella y Jennie bailaron cada canción romántica que Jisoo obligaba a poner y supo que el tiempo se escurría entre sus manos, como la mano de Jennie que se separaba por momentos de ella y hasta que volvía parecía eternidad.

Entendió la sonrisa de Rosé de felicidad a lo lejos y mucho más la de Jisoo. Cuando dos personas se aman un papel firmado por ambas, una ceremonia dentro de una iglesia y una fiesta cara no eran suficientes para demostrar realmente cuando se amaban.

—No es necesario —fue lo que murmuró Jennie al recostarse contra su pecho y continuar bailando. Ella apenas apretó los labios y se recostó contra su cabello.

Para ella sí lo era.

-Fin del Flashback-

Lisa estacionó en el mismo lugar que solía hacerlo cuando iba con Jennie al parque junto a sus hijas. Divisó a Jisoo a lo lejos embobada por el escote de Rosé mientras la rubia tomaba algo y Valerie jugaba en una de las hamacas.

Lisa resopló con gracias, como si ella no hiciera lo mismo con las piernas de Jennie.

—¡Tía Rosie! —escuchó ella el grito de Julianne mientras la rubia ya corría hacia la bailarina. Lisa alzó la ceja, ella ni siquiera se había quitado el cinturón de seguridad.

—Bien, Soph ¿vamos a lo juegos? —dijo Lisa volteando para tomar a su pequeña hija y quitarla del auto— ¿y usted no baja? —bromeó la pelinegra en el mismo asiento pero al lado del que había ocupado Soph

—¿Puedo quedarme aquí?

—¿Aquí? ¿En el auto? ¿Solo? —preguntó Lisa sorprendida y juntó las cejas al ver al niño asentir— Joseph, cariño… debes salir a jugar un momento, tomar aire y luego te compraré un helado si quieres

—¿Qué es un helado? —preguntó el pelinegro hundiéndose más contra el asiento.

—¿Un helado? ¿No sabes que… un helado es... es algo muy rico que vas a comer. Asique ven y lo probamos juntos ¿te parece?

—¿Se come? —preguntó el niño ilusionado y Lisa sonrió con ganas de reír. En cambio, se inclinó sobre el asiento y lo tiró hacia adelante para que Joseph saliera. Movió su cabeza llamando al niño y el comenzó a salir con lentitud— y… ah… ¿Qué hago? —preguntó con timidez deteniéndose frente a la pelinegra y observando detrás de ella a Julianne correr desaforada con otra niña detrás que intentaba alcanzarla. Y la pequeña Soph estaba con una mujer rubia jugando en la arena e intentado armar un castillo, tal vez. O solo jugando.