Capítulo 40: Love game

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Lisa no supo si fue el miedo, los nervios, la vergüenza del momento o la excitación en su cuerpo lo que no la dejaba actuar: aún estaba de pie, con las manos a los costados de su cadera y tratando de entender si realmente su madre estaba del otro lado de la puerta.

Fue cuando Jennie tomó su mano y la sacudió para llamar su atención que ella agitó la cabeza y le dedicó una mirada a su novia:

—¿Es tu madre? —preguntó Jennie con desdén igualada a nervios que a ella solo la hicieron sonreír.

—¡Lisa, abre, hija! —gritó Chittip mientras continuaba golpeando la puerta— ¡Lisa!

—Sí —susurró la pelinegra antes de inclinarse y tomar las prendas de ropa que estaban dispersas a lo largo del piso— Es mi madre —le aclaró a Lisa mientras se ponía rápidamente la remera y luego intentaba a entre tropiezos colocarse el pantalón.

—¿Y qué hace aquí? —preguntó Jennie acercándose a ella para retenerla por la cintura y Lisa terminara de abotonarse su jean— ¿Y qué voy a saber? No tenía ni idea de que podía venir

—¡Lisa!

—¡Voy, mamá! —gritó molesta acomodándose los zapatos y corriendo a la puerta. Estaba a solo un centímetro del picaporte cuando volteó y su novia aún permanecía en la misma posición que segundas atrás— Ponte la blusa y espérame en la biblioteca —susurró observando rápidamente el pecho de la morena y escuchándola suspirar.

—Pero...

—¡Ahora, Jennie! —elevó apenas la voz y terminó por retocarse el cabello antes de abrir la puerta y sonreír de oreja a oreja para intentar recuperar la respiración— Hola, mam...

—Por fin atiendes, Lisa —la cortó la mujer pasando con velocidad a su lado y dejando a la pelinegra con un beso y abrazo al aire— llevaba tiempo allí afuera ¿es qué no oías?

—Estaba ocupada, mamá

—¿Ocupada? ¿Con qué? —preguntó seriamente Chittip mientras observaba todo a su alrededor.

—Estoy... estaba...

—Cómo sea, deberías haberme atendido apenas te llamé... No cierres, cariño —la detuvo la mujer cuando Lisa se disponía a cerrar la puerta para secar las gotas de sudor de su frente e intentar calmarse— ¿No ves que tu prometido viene conmigo?

—¿Mi qué... Oh, Ten —murmuró ella sorprendida al ver al chico algo alejado y totalmente avergonzado por la situación— ¿cómo estás? pasa

—Hola, Lisa —la saludó él solo con un cálido beso en la mejilla que Chittip presenció con mala cara e inmediatamente intervino.

—Ay, por favor, así no se saludan dos personas que se aman... Lisa no seas una niña y salúdalo bien

—Mamá eso es algo íntimo, no tengo porque...

—¿Quién es ella? —volvió a interrumpirla Chittip al abrir las puertas de una pequeña biblioteca y a Lisa los nervios volvieron a invadirlas. Corrió rápidamente los pocos pasos que la separaban de la oficina y frenó con brusquedad tras su madre. Chittip observaba con las cejas juntas a la morena tras el escritorio y que le levantaba la mano en un raro saludo. Lisa se mordió el labio y se coló hacia el interior intentando pensar que iba a decir.

—Hola... Soy Jennie —se presentó la morena sin problemas al ver que su novia no podía articular palabras y sólo la miraba a ella y luego a su madre— soy una alumna de Lisa. Estábamos terminando una clase particular —aseguró Jennie con lápiz en mano y señalando el primer libro que había tomado y abierto en cualquier página.

Lenguaje del amor - JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora