Un Dulce Amor (Fatgum x Lectora)

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Punto de vista de Taishiro Toyomitsu (unas horas antes de su encuentro con ___)

- Adiós a todos!

- Adiós Fat! Cuídate!

Salí de la oficina con mi ropa casual y note el frio viento que había comenzado a soplar, me puse la capucha y comencé a caminar sin rumbo alguno, solo quería tomar aire y pensar.

Luego de haber leído a nota comprendí todo. Era más tímida de lo que pensé, e insegura a causa de no tener un quirk. Fue entonces cuando pensé: ¿Cómo puedo pedirle que me ame a mi si ella no se ama a si misma?

Cuando vi que me dibujo en su cuaderno y que encima de todo me dedicaba sus creaciones... yo me sentí alagado, pero también me di cuenta que me tenía en un pedestal del que no podía bajar... Yo no quiero que me ensalce a costa de ella misma, quiero que sea una mujer fuerte, que se dé cuenta de lo valiosa que es... Es muy egoísta de mi parte declararme en este momento... esperare... esperare a que ella crezca y se ame para, en ese momento poder declararme y poder caminar juntos, a la par. Alce los puños en señal de determinación, poco me importo que la gente me mirara raro.

Pero ahora tengo que pensar en una forma de reforzar su autoestima, ¿Cómo puedo hacer para que ella se dé cuenta de lo genial que es?

Entonces por capricho del destino un papel se me estampo en la cara, iba a maldecir al viento por ello pero fue entonces que leí el panfleto que había volado hasta mí:

"Gran concurso de cocina en la ciudad"

¿Sera acaso usted el cheff ganador? ¡Inscríbase!

¡El premio será 100.000 de dólares!

Mis ojos se salieron de mis orbitas cuando leí eso!

- ¡Eso es!!!! Le pediré que se inscriba al concurso! Gracias señor viento, es el mejor! – corrí con todas mis fuerzas hasta la tienda de ____, según la nota ella estaría sola al momento de cerrar.

Mientras tanto, en las sombras, unas personas también aspiraban a ese premio, juraron que lo conseguirían... a cualquier costo.

Punto de vista de _____

Tenía en frente a Taishiro, ya no tenía excusas, no podía negarme. Había estado evitándolo toda la semana tratando de retrasar este momento pero ya es inevitable, tengo que hablar con él y decirle lo que siento.

Caminamos en un silencio algo incómodo hasta llegar a una plaza cercana, al ser de noche estaba totalmente deshabitada, nos sentamos uno al lado del otro en uno de los bancos, cerca de los juegos de los niños. Estabas muy nerviosa, además que el frio viento de la noche te hacía temblar un poco. Fat tenía las manos juntas con los dedos entrelazados y jugaba con sus pulgares, algo nervioso, hasta que por fin rompió el silencio:

- Antes que nada... lo siento por lo de la otra noche, creo que me precipite un poco y te asuste, lamento eso.

¿Cómo lo supo? ¡Fue exactamente eso lo que te paso! ¿Se dio cuenta él solo?

- No... hum... yo...- uniste tus dedos índices mientras te sonrojabas- lamento mi comportamiento, no debí reaccionar así...

- Ha sido culpa mía, - reconoció el héroe- siempre soy muy impulsivo tomando decisiones.

- No, no, es culpa mía por ser tan vergonzosa.

Ambos seguían echándose la culpa de todo para no hacer sentir mal al otro.