Corremos en casa

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El fin de semana del gran premio llegó. Estábamos ya todos en Barcelona, yo no tenía que trabajar porque Noemí me dio el fin de semana libre, pero entré como invitada de Carlos. Pasaba casi todo el tiempo con Isabel, ya que los pilotos tenían reuniones de equipos y no tenían tiempo de mucho más.

Carlos entró en la habitación donde nos encontrábamos su novia y yo, hablando sobre nuestros trabajo, ya que ambas nos dedicamos a lo mismo. Isabel se levantó para darle un beso a su novio, yo le di un abrazo después y fuimos a comer.

-¿Qué tal el día de mis dos chicas preferidas?-Carlos engullía casi la comida porque no había podido comer gran cosa desde las seis de la mañana.

-Un poco aburridas, pero bien, nos apañamos bien las dos-. Isabel me miraba sonriente.

-Sí, nos faltabas tú...

-Bueno nos os preocupéis, hoy ya tengo todo el día para vosotras.

-Yo en un poco os dejaré tranquilos, así pasáis mas tiempo juntos-. No quería estar siempre con ellos porque sentía que tenía que darles espacio.

-No pasa nada Sarah, puedes estar con nosotros, no nos importa-. Isabel estaba sonriente.

-Claro, no queremos que estés sola-. Carlos se puso de acuerdo con su novia.

-No estoy sola, tengo a George y a Dani...

-Bueno, sabes que puedes hacer lo que quieras-. Insistió Carlos.

Por la tarde me quedé rondando el paddock y dejé a la pareja que fuera a pasar tiempo juntos. Estuve un poco con Max, aunque se tuvo que ir rápido por cosas de equipo. Al poco apareció Lando, que venía de terminar unas reuniones con sus técnicos. 

-¿Qué tal?- Lando me abrazó fuerte y me levantó del suelo.

-Bueno, un poco aburrida... Carlos e Isabel me dijeron que fuera con ellos pero no quería molestarles, tienen poco tiempo para pasar juntos.

-¿Qué quieres hacer? Te llevo a donde sea.

-No lo se... ¿Conoces Barcelona?

-No mucho, siempre que vengo es para correr.

-Entonces me toca guiarte a mí-. Lo dije con la ilusión de una niña pequeña, y él me miró riéndose.

Fuimos al centro de la ciudad y visitamos todos los sitios emblemáticos. Yo había ido tan solo unas tres veces a Barcelona, pero me acordaba a la perfección de todo desde la primera vez. Nos sentamos en una terraza para tomar algo y algunos fans de McLaren le reconocieron y le pidieron fotos y autógrafos.

-Nunca he ido a Madrid-. Lo que me dijo Lando me dejó de piedra.

-¿Cómo? Eso no puede ser.

-Carlos siempre me dice que me va a llevar pero al final siempre tiene cosas que hacer en Londres.

-Nada mas terminar la carrera te vienes conmigo a Madrid, a no ser que tengas cosas que hacer en Inglaterra...

-No, no tengo mucho que hacer, para estar dos día en Madrid puedo perfectamente. 

-Genial-. Me puse nerviosa de repente y no sabía por qué. La verdad es que no sabía de dónde había sacado la idea de que se viniera conmigo, pero pensar que la había aceptado sin problema me ilusionaba.

Cuando nos fuimos de la terraza continuamos para terminar el día viendo la Sagrada Familia. Después de hacer todo lo previsto volvimos dando un paseo hacia donde estaba el coche y sin casi darme cuenta nuestras manos estaban entrelazadas. Era una sensación espectacular, su mano encajaba con la mía como si estuviera hecha sólo para mí. Me sentía como en casa. A la vuelta nos juntamos con Carlos e Isabel. 

El domingo estuve todo el día en boxes, con Isabel y Carlos y Lando cuando aparecían por allí. La carrera dio comienzo y la verdad que se notaba la afición, la mayoría iba vestida de McLaren, apoyando a Carlos pero se distinguían muchos que apoyaban también a Lando, cosa que me alegró mucho. 

Todo parecía ir bien cuando en la vuelta cuarenta y seis Lando chocó con el coche de Lance Stroll y terminó con daños en la grava. Por un momento tuve mucho miedo de que pudiera colisionar contra las barreras pero eso no pasó y pude volver a respirar. A los diez minutos apareció por el box y lo primero que hice fue ir a abrazarle, se le veía afectado porque había sido su culpa, pero todos le dijeron que no pasaba nada porque todo el mundo comete errores. 

-Lo siento-. Me miró con los ojos tristes.

-¿Por qué lo sientes?- No sabía por qué me lo decía a mí.

-Porque quería hacer una buena carrera en tu país, te la iba a dedicar porque siempre me apoyas-. Hizo una mueca y yo volví a rodearle con mis brazos.

-No tienes que sentir nada, ¿lo sabes no? Me doy por satisfecha al saber que estás bien.

-Gracias... Voy a cambiarme ¿ vale?

-Claro, y anímate porfi-. Le di un beso en la mejilla y desapareció para irse al motor home.

BUENAS!! ESTE CAPÍTULO ES UN POCO MÁS CORTO PORQUE TAMPOCO SABÍA DE DONDE SACAR, PERO EL SIGUIENTE VA A SER EXCLUSIVAMENTE DE SARAH Y LANDO EN MADRID Y SEGURO QUE ES UN POCO MAS ENTRETENIDO. BESITOS!!

De Repente TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora