No puedo más

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Volé yo sola hasta Singapur, donde me encontré con Carlos y Lando después de llegar el primer día al circuito. 

-Hola Sarah, ¿ qué tal con tu madre?-Preguntó Carlos nada más verme.

-Al final no estuve con ella porque estaba de viaje otra vez, pero fui a casa de mi hermana y estuve con mi sobrina.

-¿Qué tal está la enana?

-Pues muy bien, es súper buena, no llora casi nada y duerme un montón.

-¿Hiciste función de madre postiza?-Preguntó Carlos medio riéndose.

-Se puede decir que sí, y muy bien además-.Presumí un poco de mis dotes con los pequeños.

Vi cómo salía del motor home Lando y venía directamente a mí.

-Hola muppet-. Dije mientras Lando me rodeaba con sus brazos.

-¿Qué tal está mi chica favorita?- Dijo dándome un beso en la mejilla.

-Muy bien, ¿ qué tal tú?- Respondí.

-Echándote de menos, lo he pasado bastante mal...-Lando seguía sin soltarme.

-No seas tan exagerado, no ha sido para tanto...

-¿No me has echado de menos? Me voy a poner triste y todo...

-Sí que te he echado de menos, pero no me he muerto ni nada, ha sido una semana solamente...

Seguimos dando un paseo los tres hasta que Noemí me llamó para redactar unas entrevistas que había hecho y tuve que irme. Toda la tarde del jueves estuve realmente ocupada, ya que no salí de trabajar hasta las nueve de la noche y tuve que rechazar ir a la cena que habían organizado los pilotos. Llegué a la habitación de mi hotel y pedí comida al servicio de habitaciones ya que no tenía fuerzas de bajar al bufet. Nada más terminar de cenar caí rendida hasta el día siguiente.

El viernes pasó rápido, se puede decir que estuve pegada a Noemí casi las 24 horas y no pude ver ni a Lando ni a Carlos. Por la noche, cuando iba en taxi dirección al hotel, saltó una noticia en mi móvil, relacionada con Lando Norris. La abrí y vi unas fotos que no esperaba ver para nada, estaban tomadas del día anterior, el jueves. Levaba mucho tiempo sin ver la cara de Nadia, quien aparecía agarrada de la mano de Lando y entrando a la cena a la que supuestamente iba a ir yo de no ser por estar todo el día trabajando. Las lágrimas comenzaron a salir de mis ojos descontroladamente, y nada más llegar al hotel subí corriendo hasta mi habitación. Antes de llegar a la puerta me encontré con Charles, quien resulta que se alojaba en la misma planta que yo.

-¿Sarah?¿Qué te pasa?-Se acercó a mí y yo no dudé en abrazarle.

-Nada, sólo, unos problemas personales...

-Está, bien, no me cuentes nada si no quieres, pero por lo menos ven conmigo y desahógate-.Charles me agarraba de la cintura mientras me dirigía a su habitación.

-No puedo más Charles, no puedo...

Algo en mí me decía que tenía que contarle a Charles todo lo que había sucedido. Él siempre me había dado buenos consejos cuando se trataba de Lando, así que decidí contarle toda la historia.

-Sarah, lo siento mucho, por todo...-Charles no paraba de darme pañuelos.

-He sido tan tonta, tan tonta de pensar que realmente iba a esperar...

-Sarah, yo creo que es todo por imagen, anoche no se dirigieron la palabra en toda la cena. Ella estuvo con el móvil.

-¿Qué mas da? Lo que importa es que ya tuvimos una discusión acerca de esto, sabe perfectamente que me hace daño...

De Repente TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora