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Al final los chicos se fueron alrededor de las doce de la noche, había sido una preciosa reunión que me hubiera encantado que no terminara, sin embargo el padre de Hee llegó rápido y la madre de Tae también, Kai y Soo se quedaron un rato más pero aún así terminaron yéndose cada uno a sus respectivos hogares.

Esta noche había llenado de luz mi vida de nuevo, Beomgyu comió bien y tranquilo, soporto bien la comida y estuvo muy feliz. Con eso también yo lo estuve.

Estaba a punto de acostarme a dormir, Me ponía mi pijama cuando Beom entro a mi habitación y tomo mi mano. Solo le sonreí y el me saco de ahí y entramos a su cuarto.

El me veía y sus ojos brillaban demasiado, algo que no había visto hacía tiempo, hacia pucheros y su mirada era muy tierna.

Me estaba empezando a ruborizar verlo así. Con su usual sudadera 4 tallas más grandes de lo que necesitaba cubriendo sus muslos y ropa interior.

-¿Quieres que duerma contigo?- le pregunté haciendo como que no sabía.

-No quiero dormir...-

-Es tarde bonito, estoy cansado-

-Y yo necesitado...sabes que no lo hemos hecho desde, bueno desde la única vez que lo hemos hecho- hizo un puchero.

-Pero ¿Seguro que te sientes bien para eso?-

-De otra manera no te lo estaría pidiendo. Anda Yeonnie, si no quieres al menos tócame un poco- alegó poniendo mis brazos en su baja cintura.

-La última vez dijiste que te gustaban...- me susurró.

Rayos... ¿Como negarme a tan preciosa figura? Y que me lo estuviera pidiendo también era una gran oferta.

-Claro que me gustan... Me gustas tu- respondí estaba cayendo ante su mirada. Ya daba igual todo, quería complacer a mi bebé de nuevo si era lo que le hacia feliz.

El se paró de puntillas y me tomo de las mejillas, empezó a dar piquito tras piquito en toda mi cara, era gracioso ver cómo no llegaba a darme besos en la frente.

Decidí sentarme en la cama en espera de que el tomara la iniciativa, hoy quería ver hasta que punto podía dominarme.

-Que guapo eres Yeonjun-

-Lo mismo debería decirse ti bebe-

El se sentó en mis piernas y rodeo mi cuello con sus brazos, lo tome de la cintura y pego sus labios contra los míos.

Aquellos labios perfectos que tanto anhelaba besar desde hacía tiempo que me había contenido por la salud de Beommie ahora por fin volvía a dominarlos. Se sentía muy bien, me encantaba.

Nuestros besos iban subiendo y bajando de velocidad, me encantaba la manera en la que Beomgyu me hacía sentir, era como estar en el cielo, de por sí Beom ya era un ángel.

Nos separamos por un momento para recuperar el aire, nuestras respiraciones agitadas y ambos viendonos a los ojos. Beom embocó una sonrisa sincera. Realmente su rostro era perfecto. Sus carnosos labios mojados y brillantes, su pelo despeinado, sus pequeños ojos entrecerrados y sus mejillas ruborizadas eran mi perdición, una droga que quería consumir todo lo que pudiera.

Comenzó a bajar el Zipper de su sudadera, joder eso era algo que realmente me prendía, mostrar sus clavículas suaves y blancas. Esos huesos preciosos que me hacían babear me tenía horrible aparte de su piel tan tersa que parecía porcelana... Amaba cada centímetro de su piel... Amaba cada centímetro de el. Le amaba a el. Mi pequeño muñeco, mi amor, mi bebé, la luz de mi vida.

Me acomode bien en la cama y nuevamente senté a Beom en mis piernas, el seguía bajando el Zipper lentamente dejando mostrar más de su cuerpo aún escuálido.

C R U S H (Yeongyu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora