II

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Cuando llegó a la cafetería le sorprendió encontrar a su jefe junto a un chico alto, muy alto, mucho más alto que su jefe. Dudo un poco el de entrar o no al establecimiento, parecían tener de una conversación importante, tenido ya año y medio trabajando en ese lugar conocía las expresiones de su jefe bastante bien. Optó por entrar, caminó hacia ellos algo desconfiada e hizo una reverencia en cuanto estuvo al frente de ellos, miró a cada uno de manera atenta, manteniendo su rostro neutral. El chico en cuanto la notó junto a ellos le sonrió de manera tímida, amable, enseñando así de sus encantadores hoyuelos, la joven desvió la mirada al suelo un tanto tímida, había sentido como sus mejillas se había teñido de carmesí, jugó con la correa de su bolsa un tanto nerviosa.

— Señorita Kim — fijó su atención en el hombre de unos cuarenta y algo años — Este chico será su nuevo compañero de trabajo, en vista de que el negocio se ha vuelto más popular, imaginé que ocuparía de más ayuda — empezó a explicar su jefe — Muestre todo al joven Choi, mañana comenzará a trabajar de manera adecuada. ¿Cuento contigo?

La joven le sonrió amablemente asintiendo con cierta energía. El hombre volvió a sonreír sin mostrar los dientes uniendo las palmas de sus manos frente al pecho. Miró a cada uno expectante, Hana volvió a jugar con la correa de su bolso.

— ¡Excelente! ¡Suerte a ambos! — fue lo último que dijo antes de salir del establecimiento y marcharse en su auto aparcado fuera de la cafetería.

Aún era temprano, por lo que no tendrían clientes hasta rato más tarde, lo cuál facilitaba la tarea de enseñar al nuevo empleado las cosas que debía hacer, por lo general, en ese rato muerto, se dedicaba a limpiar las mesas y acordar de los utensilios a usar, quedándole tiempo suficiente para fanfarronear, por lo que jugaba un rato en el celular, visitar las redes sociales o en ocasiones leí de un libro. Se dirigió hacia la pequeña cocina seguida por el joven de cabellos morados, atravesaron la cocina para llegar a otra cuarto donde se encontraban de unos lockers. Abrió de su locker correspondiente guardando de su gabardina y su bolso, sacó de su mandil correspondiente junto a su gafete, lo cerró; se dirigió a otro de los lockers, donde sacó de otro mandil café perfectamente doblado.

— Soy Hana — le sonrió con amabilidad mientras le extendía del mandil de uniforme — Siempre usa mandil, es lo primero que debes hacer en cuanto llegues.

El chico lo tomó agradeciendo en voz baja, se giró dándole al espalda, comenzó a colarse el mandil alrededor de su cintura.

— Soobin — se presentó atándolo.

Ella volvió a sonreír, volvieron a entrar a la cocina en dónde le explicó acerca de los panecillos y preparaciones de lo que ofrecían en el menú. Al ser una cafetería, era realmente poco lo que tenía que hacer respecto a la cocina, pues los postres, tales como pastelillos, brownies, cupcakes eran encargados en la repostería - de la cuál, también su jefe era el dueño - así que el trabajo respecto a ello era muy sencillo, limitándose a solo hacer sándwiches.

Solo tuvo que explicar el dónde se encontraba de cada uno de las cosas, para ahora sí pasar a lo que a ellos se dedican, la preparación del café. Fue más fácil de lo que imaginó, el chico era callado y prestaba mucha atención a los detalles por que aprendió rápido el manejo de las máquinas y la preparación de la mayoría de los cafés que manejaban. Le explicaba acerca de la decoración de los cafés, el como dibujar en ellos, cuando escuchó la puerta trasera del local abrirse, su irresponsable compañera de trabajo apenas llegaba, casi dos horas de retraso. Ambos dirigieron su vista a la chica, quién ni siquiera se molesto en saludar, se fue directo al cuarto donde se colocó el mandil café, volviendo a salir hacia ellos. 

— Mina, has vuelto a llegar tarde — le dijo en un tono neutro, aunque muy en el fondo quería reprocharle, ya que hacía ya más del mes que esto se había vuelto cotidiano.

𝐂r𝚢𝚜𝚝al || 𝐊a𝚗𝚐 𝐓ae𝚑𝚢un ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora