𝐂r𝚢𝚜𝚝al || 𝐊a𝚗𝚐 𝐓ae𝚑𝚢un ✓

III

Era tarde, pasaba de la nueve de la noche, caí de un constante lluvia que no parecía tener un fin pronto, la poca gente que aún transitaba buscaba de un refugio para aquella molesta lluvia que parecía que empeoraría en un rato más tarde. Hana esperaba el autobús para volver a casa, a diferencia del resto, no hizo nada por ocultarse de la lluvia, se dejó empapar completamente, no le importaba.

Estaba molesta, y la razón a su enojo era más fuerte e importante como para preocuparse de la lluvia o que pudiera pescar algún resfriando por no protegerse de esta. Cruzada de brazos esperaba algo impaciente el autobús, su pie golpeaba el suelo de manera rítmica pero ansiosa, su cuerpo estaba frío, bastante frío por exponerse ante a lluvia; su ropa se le había ceñido al cuerpo, causándole cierta molestia, pero esto terminaba por ser menos importante, en su mente solo se repetía una y otra vez lo sucedido en el trabajo, desde el encuentro con aquel teñido de rojo hasta su discusión con su molesta compañera de trabajo, que está última tenía gran peso en su estado de ánimo actual.

La había amenazado, gracias al chico al que ahora también comenzaba a entrarle coraje en contra de él, su compañera le estaba manipulando. No era para nada tonta, había notado que su trabajo peligraba más que nunca con el anexo del chico, eso, más sumando su lista de todas las irresponsabilidades que Hana a cada rato le remarcaba. Para suerte de ella, al salir del baño encontró a su compañera en una situación bastante sugerente, no dudo en fotografiarla, para finalmente, usar de esta en caso de que lo viera necesario, lo cuál fue amenazar a Hana con mostrarla a su jefe.

El agua dejó de mojarla de un momento a otro a pesar de seguir cayendo, sorprendida salió de sus pensamientos dirigiendo su mirada arriba notando de un rojo paraguas sobre ella, instintivamente volteo para atrás encontrándose con su nuevo compañero quién le sonreía amistosamente.

— Soobin — soltó un tanto alegre — Creí que ya te habías ido.

El chico se removió algo nervioso desviando la mirada.

— Me quedé a resolver lo del cliente que se fue sin pagar, no sería bueno que se enteré el jefe — Soltó una corta risita sin voltear a verla.

Asintió al recordar el suceso, si no hubiera ido tras su compañera de trabajo quizás hubiera alcanzado al cliente, no tenía idea de quién había sido, eso le importo poco, pero ahora también comenzaba a preocuparle. Soltó un suspiro agobiada, volviendo su mirada a la calle, la lluvia seguía cayendo, y la temperatura comenzaba a descender, acarició sus brazos en un intento por buscar calor

— ¿Dónde estudias? — Preguntó Soobin intentado hacer más cómoda la espera, al ver que se había sumergido en un silencio.

— Ah... Dejé de estudiar hace como un año — Admitió un tanto avergonzada — Se vinieron varios problemas en casa, por lo que tuve que dejar mis estudios.

— Oh, lo siento — se apresuró a disculparse.

— No te preocupes, las cosas han mejorado, creo que pronto retomaré mis estudios — habló en un tono animada, uno falso.

El asintió notando de aquello, sin embargo no quiso indagar más, quedando nuevamente sumergidos en un silencio un tanto incómodo. Al cabo de unos minutos, el autobús que esperaba se aproximaba, así que se despidió de su compañero agitando su mano mientras le sonreía, el chico correspondió a su gesto de manera algo más animada, la observó subirse al camión, y luego el se alejó para encaminarse a su hogar.

Hana pasó su tarjeta por el lector para pagar su pasaje, para luego buscar de un asiento, se detuvo a mitad del autobús cuando notó de el mismo chico que horas atrás la había acorralado sentado ahí, con la mirada perdida en el cristal cubierto por las gotas de lluvia, apoyaba su rostro en su mano empuñada, su rostro no mostraba expresión uno, estaba completamente perdido en sus pensamientos; el vehículo arranco, por lo que perdí el equilibrio de manera momentánea agarrándose de uno de los tubos por mera inercia para evitar caer.

Fue cuando sus miradas chocaron, al parecer su perdida de equilibrio captó la atención de los pocos pasajeros, entre ellos al joven quién no parecía sorprendido por verla, le sonrió de manera ladina, apartó su mirada riendo por debajo mientras volvía a fijar su vista en la ventana aún con la sonrisa pintada en rostro. Rodó los ojos, tratando de no mostrarle interés, tomando asiento en la fila contraria al chico. 

Sacó su móvil y sus auriculares conectándolos, dio play en su lista de reproducción para posar su vista en la ventana, seguía lloviendo, pero al menos ya se dirigía a casa; sus uñas golpeteaban ligeramente su celular al ritmo de la canción que escuchaba, una sonrisa corta se dibujó en su rostro mientras oía de la canción.

— ¿Qué escuchas? 

Se sobresaltó, el auricular derecho fue despojado de su oído, entonces giró atrás para encontrarse con el chico de cabello rojizo sonriéndole mientras colocaba en auricular que le había quitado, apoyo su mentón en el respaldo del asiento de la joven con una sonrisa a medias. No notó en que momento el chico se había levantado para sentarse detrás de ella. 

— Crystal Snow — susurró viéndola a los ojos de manera fija — Tienes buen gusto, Hana.

La chica le arrebató el auricular, el chico le continuó sonriendo, ni siquiera se inmutó. Guardó los auriculares, poniendo en pausa la reproducción de música, guardo el celular en su bolso.

— ¿Cómo sabes mi nombre?

— Lo leí en tu gafete — explicó de manera obvia — Imagino que no recuerdas mi nombre, soy Taehyun.

Ella asintió sin confiar del todo, apretó sus labios desviando la mirada; sintió de un tacto suave cerca a su mejilla, Taehyun acomodó con dulzura un mechón tras su oído, para luego proceder a secar con su pulgar la mejilla. El cabello de la joven seguía empapado, escurría aún el agua por haber permanecido gran rato bajo la lluvia. Ella se estremeció ante su tacto y un ligero rubor decoró sus mejillas.

— Deberías cargar con un paraguas, enfermaras.

— No te conozco — dijo ella algo incómoda — No deberías preocuparte por mí.

La sonrisa en Taehyun se borró de inmediato, como si aquello realmente le hubiera lastimado, su mirada paso de ser una juguetona a una nostálgica; apretó sus labios bajando la mirada, sumergiéndose en sus pensamientos. Pasaron algunos minutos sin que ninguno comentará nada, ella mirándole fijamente, atenta a sus movimientos. El autobús frenó ante el rojo del semáforo.

— Quizás — comenzó a hablar en un tono bajo, parecía haber cierto dolor en aquello, nunca volteo a verla mientras hablaba — Pero, probablemente con el tiempo seamos amigos.

— ¿Amigos? — preguntó un tanto incrédula.

Alzó la mirada, una mirada con gran melancolía. Poniéndose en pie, entonces presionó el botón indicando que bajaría en la siguiente parada.

— No quiero a mi futura amiga enferma — volvió a sonreír con una gran nostalgia que quiso esconder y luego bajo del autobús.