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"Mi hombre es un hombre rudo pero tiene un alma tan dulce como la jalea de fresas, y el conoce cada parte de mi alma oscura (...) No temo decir que moriría sin él, sino, ¿quién más podría soportar mi forma de ser? Te necesito, eres lo que respiro y nunca te dejaré." -Lana del Rey.


El rostro de Ushijima se mantenía sin expresión, Izumi moría por saber qué era lo que estaba pensando en ese momento, aquella noche fresca transcurrió armoniosa entre ambos, hablaron demasiado, o por lo menos la pelinegra lo hizo, el hombre se dedicó a mirar su perfil mientras veía el mover de sus delicados labios rosados que relatan datos de la película que se encontraban viendo, no era muy fanático de quedarse horas sentado frente a un televisor, pero si sabía que la chica a su lado haría esos gestos de asombro, miedo y tristeza en un lapso menor a dos horas, la hubiese invitado a ver una maratón de diez películas. Sentía una inspiración brotar en su interior al observarla, ganas de abrazarla, de dejar atrás su expresión tiesa y sonreír con fuerzas, para el, Izumi era su musa

Sonríe sin mostrar los dientes y vuelve su atención a la película, que realmente no le importaba.

—¿No te gusta ver películas, no?—se sobresalta y gira su cabeza para mirar a la pelinegra que mantenía una expresión de preocupación y algo triste, Wakatoshi sintió que debía decir algo para quitar ese aspecto afligido de su rostro.

—Prefiero ver tu rostro, es más interesante.no puede evitar sonreír al ver que Izumi lleva sus manos en su cachetes y tartamudea un insulto, hasta que vuelve a ponerse seria.

—Wakacchan... se que debes tener preguntas, y una de ellas debe ser cómo demonios una adolescente consiguió dinero en tan poco tiempo... No estoy pidiendo compasión, ni muchos menos quiero dar lastima, fui ingenua y crédula, llegué a pensar que me estaba comiendo al mundo, cuando la realidad fue que el mundo me estaba comiendo a mi, por eso solo pido que me escuches, siento que te debo una explicación, ya que sabes que nosotros estamos construyendo algo, una relación más allá de amistad, tenemos sentimientos encontrados uno por el otro, lo dejamos claro hace un año. 

Sus manos temblaban mientras que las de él se sentían sudorosas y pesadas, no sabia que era lo que tenía que explicar, pero por la actitud de incomodidad que Izumi estaba adoptando en esos momentos sabía que no era algo bueno, al no saber qué decir opto por solo asentir con un movimiento de su cabeza e incorporarse en el suelo, de manera de quedar sentar frente a Izumi. 

Los siguientes minutos el ambiente se sintió denso, como un peso en sus nucas, Ushijima intentaba no perder el hilo de la conversación, pero por más de tener respuestas a la extensa explicación de Izumi, las preguntas culposas rebosaban por encima. Cuando terminó de hablar, sus miradas se encontraron, ambas desprendían brillos con la diferencia de que una de que de un par de ojos se asomaban aquella gotas saladas que tanto detestaba. 

 ¿Izumi hizo esto cuando aún asistíamos a la Academia y no me dí cuenta? ¿Qué clase de mejor amigo fui para ella? ¿Tan malo fui? ¿Tan rota estaba su relación con su familia? Esto es mi culpa, la descuidé demasiado. Siempre estuvo para mi, y yo la dejé atrás.

¿Por qué siento que el aire se está yendo de mi pulmones, pero a la vez me siento tan agitado? ¿Qué gestos estaré haciendo en este momento?  

Perdón. Perdóname. Te prestaré más atención.

—Wakacchan... ¿Por qué lloras?vuelve en sí, al notar lágrimas caer de sus ojos, no sabía cuántos años habían pasado de que no lloraba, las palabras no salían de su boca por mas que lo intentara, por lo que solo se lanzó a abrazar el frágil cuerpo de su musa.—No llores, por favor, perdóname, no lo haré más, fui tan egoísta, sólo pensé en mi, y no tuve en cuenta cómo esto te afectaria a ti. Por favor, no me dejes. 

¿Por qué se disculpa? Es mi culpa. Solo pensaba en mí, pensé que mi única razón de vivir era el Volleyball , no pensé en la única persona que iba a ver mis partidos, en la única que iba a ver mis entrenamientos, mierda, la única persona que siempre estuvo para mi, era Izumi. Ni siquiera mi padre iba a ver mis partidos. ¿Y ahora ella me está pidiendo que no la deje? es injusto. Yo debería pedirle que no me deje, después de haberla dejado al margen por años, y aun asi ella me consideraba su mejor amigo, que patetico. 

—Izumi...—con la voz más ronca de la normal, Ushijima suelta el pequeño cuerpo y la mira a los ojos— No estoy enojado, creo que estoy triste...Pasaste por mucho. Yo, lo siento, supongo que no te preste la atención que merecías.

Ahora, la de la expresión rígida era Izumi, con la diferencia que sus ojos casi salen de sus órbitas, se pone de pie y empieza a caminar alrededor del sillón, pateando sin querer el pote de palomitas de maíz que se encontraba en el suelo.

—¿Lo sientes? No, no... Tu estabas muy dedicado al deporte que amas, yo solo te estorbaba, necesitabas concentración, era lo mejor para ambos...—revuelve su cabello y apunta con su dedo índice a un desconcertado Wakatoshi—No te disculpes, idiota.—pone ambas manos como jarra en su caderas y frunce el ceño.

—No era lo mejor para ambos, era lo mejor para mi. Agradezco que me hayas contado todo esto, pero no me puedo enojar contigo...Solo estoy furioso conmigo mismo. 

—Wakacchan...Lo siento.—inevitablemente, bajó la guardia y sus ojos se llenaron de lágrimas— Eres tan bueno...

—No digas eso...se levanta y toma del cuello a Izumi y la acerca a su pecho envolviendo nuevamente sus brazos a su alrededor—A partir de ahora, te prestaré más atención. 

—...

—Para estar seguros que estas sana, deberás hacerte pruebas de VIH... creo que se hacían un mes después de las relaciones sexuales, ¿o eran tres? De hecho, no se de eso muy bien así que las haremos dos veces para estar seguros.—habló tan relajado que Izumi, aún sobre su pecho, contuvo la respiración y cerró fuertemente los ojos. 

"¿Por qué no me esta regañando? Si me hubiera regañado me hubiese sentido mejor, pero el me esta rompiendo de esta manera..."

Finalmente, Izumi comienza a llorar.

—Lo siento, lo siento tanto. Realmente, debería desaparecer.

(...)

Cuando Izumi recibió los resultados de los exámenes, al leer la letra impresa que indicaba que su salud se encontraban en excelente estado, en vez de sentirse aliviada, por primera vez, se sintió asustada por lo que había hecho en su pasado, como si un balde de agua fría hubiese sido arrojado en su espalda. 

Me estaba destruyendo.

Luego de meditar unos minutos, que parecieron horas, sale de su trance y envía una foto a Ushijima indicando que todo estaba bien. 

Me pregunto por qué es más fácil respirar ahora.

.

.

.

CASI LLORO

Volvieron las canciones de Lana del Rey :)

Estoy muy feliz del desarrollo de este capitulo, lo vengo planeando desde que comence la novela. ¿Que pasara de aca en adelante? Ni yo lo sé! jasjas

No me dejes. (Ushijima Wakatoshi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora