Capitulo seis.

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Llegó el día de irnos de viaje, era muy temprano. Ya que al lugar donde nos íbamos se encontraba en el interior de la ciudad, y nos llevaría unas horas de viaje.


Entramos al autobús y yo me senté al lado de Bianca. El viaje fue agradable ya que nos la pasamos hablando y escuchando música de nuestros celulares.



Llegamos y nos encontramos con un amplío hotel que solo estaba reservado para nosotros, era muy bonito, su arquitectura era antigua pero sus instalaciones eran modernas… Contaba con una piscina a su alrededor tenía mesas y sillas que eran resguardadas por las sombras que ofrecían los grandes árboles, una cancha de tenis y a metros existía una especie de río con arena, árboles y algunas pierdas alrededor de las orillas.


Al entrar me encontré con la recepción y más adelante teníamos que bajar unos cuantos escalones para ingresar a un comedor muy bonito.

Seguimos el trayecto hasta dar con las habitaciones, cada una tenía si propia habitación. La mía se encontraba al final del pasillo, que al final de dicho pasillo se encontraba un balcón que daba vista a todo el hotel, lleno de árboles y tranquilidad.

Me percate de donde quedaba la habitación de Victoria.
Estaba a dos puertas mas adelante, no era tan malo. Ella entró a su habitación y yo seguí hasta el final para entrar a la mía.

Al entrar una cama matrimonial me recibió, los muebles eran de color marrón y al costado derecho de la cama se encontraba la puerta que daba al baño.
Nos encontrábamos en un segundo piso por lo que una puerta corrediza daba a un pequeño balcón que tenía mi habitación.


Pasaron horas, acomode todo y me bañe cambiándome de ropa.
Bajamos para almorzar, yo me senté al lado de Bianca mientras que las dos profesoras estaban un poco mas lejos. Pero si podía ver a Victoria.

-Espero que después del partido nos dejen disfrutar un poco de éste hotel, escuché que en el primer piso se encuentran unos alumnos de otro colegio. – Bianca estaba emocionada.

- Supongo que el hotel tiene convenio con colegios. – Dije sin darle importancia, ya que nosotras sólo veníamos para jugar un partido y ya.

-Mira ahí vienen.

Alcé mi vista y se notaba que eran del último año igual que nosotras, a diferencia que éste colegio estaba completo. Nosotras sólo éramos el equipo de fútbol del nuestro.
Deduje que solo estaban por un viaje escolar ya que con ese grupo venían tres profesores conformados por dos mujeres y un hombre.

-Bianca parecen unos críos, se comportan como idiotas. – Dije entre risas.

-Pero mira ese guapo, es muy lindo ¿No crees?. – Se reconocer la belleza de un chico pero no me atraen, en cambio a Bianca sí.

El chico al notar que lo mirábamos nos guiño el ojo.

-Que creído es que se piensa. –Dije un poco molesta no podía creer que todas mis compañeras se estaban muriendo por él.

-Ya, pero es muy atractivo Alexa. – Lola estaba riendo al verme molesta por el egocentrismo de ese chico.

-Termine de comer chicas, creo que me voy a dar una vuelta por ahí. –Quería irme, lo ruidoso que eran ellos fue demasiado para mis oídos.

-Esta bien Lexie, nosotras vamos cuándo terminemos. Tienes que avisarle a las profesoras a donde estarás.

-Lo había olvidado, gracias Bianca.


Al levantarme me dirigí hacía Victoria. Ella se percató a lo lejos de mí y sin filtro comenzó a mirarme.
Sus ojos, eran algo demasiado cruel. Podía mostrar cariño y agrado llevándome hacía el mismo paraíso o podían ser fríos e intimidantes.

Yo le contuve la mirada, desafiándola. Y en eso un tipo alto choca conmigo.

-Disculpa…- Se dio la vuelta e hizo una radiografía de mi cuerpo de tanto verme. – Guaau, que linda.. me llamo Valentín. – El rubio me sonreía y yo no dejaba de notar cierto cambio de actitud en Victoria al verme con este chico.

-Alexa. No pasa nada, no te vi.

- Alexa, me gusta tu nombre. ¿Estás aquí por viaje escolar cierto?. –Sus ojos celestes no dejaban de mirarme y quería pegarle para que dejara de hacerlo.

-No, sólo vinimos a jugar un partido y ya luego nos vamos.

- Además de sexy eres jugadora de fútbol, espero que no seas lesbiana ni te quieras hacer el hombre por jugar al fútbol, ¿Verdad?. – Empezó a reír mientras acomodaba su pelo.

-¿Disculpa? ¿Acaso por jugar al fútbol tengo que ser así?. –Mi semblante se tornó serio y eleve la voz, logró hacerme enojar.

-Ya sabes bonita, ese deporte es para hombres, relájate que no te he dicho nada malo.

-¿Eres idiota o ya naciste defectuoso?.

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