Abrí la puerta de mi casa y al entrar un aroma a comida mezclado con el perfume de Oliver me tranquilizaron.
Dejé mis cosas y enseguida busqué a mi hijo. Era mi luz dentro de toda esta mierda.
-Alexa ven un momento.
Se encontraba apoyada sobre el umbral de la puerta con sus brazos cruzados y una mueca que me hacía percatar de mi cara.
-Ni lo digas, no fue buen día. – Suspiré. – Pero a ti como te fue.
-Excelente. Un canal de la televisión nos quiere entrevistar y me preguntaba si tú-
-Definitivamente no, no soy una figura pública ni menos actriz. En este momento soy una mujer empresaria con cerebro dañado y memoria de 18 años, supongo que a mis días no le hacen falta que tus fans estén detrás de mí.
-Lo que nunca pierdes es las ganas de interrumpirme. – Se acercó lentamente mirándome con sus ojos enojados. Un tanto nervioso comenzó a actuar mi cuerpo. – Tu madre nos ha invitado, ella está en otro país y le conviene a tu empresa que una figura como yo les de más popularidad, todo este tiempo Julieta estuvo detrás de los productores de la serie para convencerlos.
-Oh, que bien. – Era buen momento de ver a mi madre y pedirle ayuda.
Me encontraba sentada en el sofá y Catherine en frente mío agachada con sus brazos encerrando mi intenciones de escapar.
-¿Porqué estás tan nerviosa?.
-Me duele el cuello. – Mentí.
-Déjame ver. – Se acomodó a mi lado y me pidió que me de la vuelta.
De pronto en mis hombros comencé a sentir como las yemas de sus dedos hacían presión sobre mi piel, esto me causaba un leve dolor.
-Estás contracturada. – Se dirigió corriendo al baño y regresó luego de unos minutos con una pomada.
-Desabróchate un poco la camisa Alex.
Trague en seco y dude por un momento en hacerle caso. Pero opte por dejarme ayudar ante el dolor molesto. Quite 3 botones y amarre mi pelo.
Sentí sus manos frías con la textura de la pomada, sus masajes eran relajantes haciendo que mis ojos se cerraran y me permitiera por un momento disfrutar de la calma y de sus movimientos.
-Es áloe vera ¿Cierto? Se siente muy bien.
Ella rio y al suspirar, el aire chocó con mi cuello, la piel se me erizó y mi cuerpo movió Involuntariamente mi espalda chocando con Cathy.
-Olvidé que era tu parte erógena. – Se levantó y me dejó en el sofá sin asimilar sus palabras. - ¿Quieres darle de comer a Oliver?.
Asentí sin poder decirle una palabra.
Había demasiada temperatura en mi cuerpo. Mis sentimientos por Cathy estaban más que claros; Sólo era afecto por tener un vínculo maternal en común… Pero no iba a negar que su belleza era deslumbrante.
-Oh! Por cierto. – Alzó su voz haciéndome brincar del susto junto con Oliver. – Como no me has dejado terminar de darte la noticia, Julieta nos quiere ver porque tu jefe se va a casar y ella va a lidiar con todas las empresas hasta que Gabriel vuelva de su luna de miel.
-¿El no estaba casado?. – Siempre di por sentado que él tenía familia.
-Lo estaba, pero ya sabes como son los hombres con poder. – Se encogió de hombros.
Pasaron las semanas y por fin llegó el día. Me encontraba mirando mi vestido, era rosa y simple pero demasiado elegante. En cambio Catherine optó por un traje negro.
Una boba en la playa junto con el mar y la luna iluminando toda oscuridad. De pronto ingresamos a la ceremonia, los novios dieron su voto y un eufórico SI.
-Mamá. – La vi charlar desde una distancia lo suficientemente cerca para que escuchara mi susurro.
La extrañaba demasiado.
-Lexie amor. – Una sonrisa y sus brazos invitándome a entrar me recibían.
-¿Cómo te sientes hija? ¿Oliver?.
-Todo en orden mamá.
Con su cabeza hacía un gesto de negación, lo cuál me dediqué a mirar con atención porque no entendía a que iba su expresión.
-Hija, conozco cuándo estas bien, y te ves mal por mas que no te vea seguido. Vamos a un lugar mas tranquilo y me lo cuentas todo Alexa. – Estaba seria.
Pero que le iba a mencionar…¿Mamá estoy enamorada de mi profesora que es la esposa de Javier? ¿Javier me amenazó?
Llegamos a una sección de la playa donde habían colocado sillones, hamacas con mesitas bajas y debajo alfombras rudimentarias.
-Mira Mamá, creo que Javier puede estar queriéndome hundir pero siento que el no es un hombre que tenga las manos limpias y
Pare en seco al ver la reacción de mi madre; Comenzó a ponerse tensa y aparto la vista de mi mirada.
-Mira hija, con ese hombre no puedes meterte. Hace 5 meses un colega que trabaja con él me mencionó que esta a cargo del área financiera y lo escuchó hablar por teléfono en inglés. – En el fondo me encontraba realmente sin palabras pero estaba contenta por saber que si lo descubría podría irse de mi vida. – Y sabes qué cuándo hablan a escondidas y borrando archivos de su computadora es porque algo ocultan solo mi conocido vio que borraba unos archivos de comprobantes de compra.
-Entiendo pero ¿Cómo no lo han denunciado?.
-Hija a veces me sorprende lo inocente que resultas ser. – Agarró mi mejilla. – Nadie se va a jugar su puesto de trabajo para incriminarlo sin pruebas.
Mi madre era toda una genio, pero le faltaba una pizca de justiciera.
Se levantó y fue a felicitar a los novio, yo en cambio me quede tratando de procesar la información.
Miraba las olas serenas de la noche, y me sumergía en el ruido pero con mis pensamientos en ese hombre.
-No grites. – Una mano me tapaba la boca y su voz me entró por el oído derecho.
Antes de que pueda decir algo ella me tomó de la mano y nerviosa me llevaba hacía los arbustos. ¿Qué mierda hacía allí?.
Me empujó levemente contra un árbol y sus manos me aprisionaban los hombros, mis ojos se dirigieron con molestia y confusión.
-¿Qué haces aquí?. – Exhale con enojo.
-Mira primero que nada déjame hablar porque si no lo recuerdas tu fuiste la que armo una escena la última vez que nos vimos.
-¿Pero que mierd…
Me tapó la boca y puso su mentón en su mano mirándome con seriedad.
-No tengo mucho tiempo para explicarte y tu lo que haces es comportarte como una chiquilla. Mierda, déjame hablar. – Miró hacía atrás constatando que no nos estuvieran viendo.
-Te quería advertir de hoy, resulta que la esposa de tu jefe es la hermana de Javier. Han ido todo este tiempo a nuestra casa y Javier logró convencer a Gabriel de que lo contratara como gerente de finanzas. Alexa ten cuidado por favor, no hagas ninguna estupidez porque valdrá más la palabra de Javier que la tuya.
Al escuchar eso mis ojos se cerraron mostrándome vencida. Supuse que después de robar a su empresa, ahora seguía la mía. ¿Por qué hacía esto?.
ESTÁS LEYENDO
Keyframe
Roman d'amourAlexa no tenía idea de lo que significaba amar. ¿Acaso nos arrepentimos del primer amor?. O le agradecemos el paso a sentimientos nuevos. Victoria era su profesora, y le tenía que enseñar, pero sobre todo una lección de vida que la joven jamás olvid...