Capítulo tres.

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Lunes. Comienzo de semana…


Entré al colegio, y empecé a subir las escaleras de mala gana. No me gustaba despertar temprano y tampoco tener matemáticas a primera hora.
Mi caminar era despacio y mis suspiros quejosos acompañaban mi mal humor.


-Tan temprano y ¿Ya estás quejándote Alexa?. – Miré en dirección hacía el curso donde provenía una voz.


Joder. Que suerte la mía, la profesora de historia estaba sola sentada en su escritorio. Al parecer le gustaba estar antes que sus alumnos.

-No es mi fuerte despertar temprano ni tener matemáticas. – Me apoyé de brazos cruzados en el marco de la puerta.

Ella negaba con su cabeza mientras dejó escapar una leve risa.

Ese acto suyo me molestó, no me gustaba que ella se riera de mí.

– Me pregunto cuál materia es su fuerte. -Dijo mirándome desafiante.

Fruncí el seño. Pero me trague las ganas de decirle lo irritante, desagradable y prepotente que era.
No iba a faltarle al respeto.


El timbre me salvo de tener que contestar a su comentario. Y decidí irme a mi salón.

-¿Y esa cara de momia?. – Dijo mi mejor amigo, Luca.

-Alguien se levantó mas odiosa de lo normal.- Bianca agregó mientras se reían los dos.

-Ya, no empiecen que no todos venimos de buen humor. – Mis mejores amigos podían ser insoportables con aires de presumidos, pero eran buenos.

Luca y Bianca sabían de mis gustos. Eran bastantes abiertos a pesar de tener padres conservadores. Luca había faltado por viajes de sus padres, trabajaban juntos en un firma de abogados.

-Y dime señor feliz como están las cosas con tu novia. –

- Eres un fastidio Lexie, sabes muy bien que no la he vuelto a hablar. – Sí  lo sabía pero también sabía que si la mencionaba iba a dejarme en paz con mi cara de pocos amigos.

- Luca vamos a ponerte al corriente, en historia tenemos una profesora que es igual de mal humorada que nuestra amiga. – Hizo una pausa para mirarme indicando que se refería a mí.

- Bianca, dime.. ¿Alguna vez me ha ido mal en historia?. –Si mi amigo tenía un exceso de confianza en él y su autoestima era demasiado llegando a ser muy presumido.

La profesora de matemáticas entró y todos nos sentamos sin decir nada. Era buena pero sería, siempre se preocupaba para que nosotros entendieramos la lógica en los números y eso para mí decía mucho de un profesor.


Terminó su hora y para la desgracia de todos nos tocaba Historia.

Luca cuándo la vio entrar enseguida me miro guiñándome un ojo con esa sonrisa de pervertido. Sabía que le había gustado.
El se sentaba en frente mío y no dejaba de verle el trasero.

-Joder!!! Que buena materia. – Dijo con doble intención para que todos empezaran a reír por lo bajo.

Empujé su hombro para que callara y el se volteo.

-¿Quieres callarte idiota? Vas a hacer que nos grite a todos.

-Ya tranquila Alexa, mira si no está muy buena.

-Señor dese vuelta y pase al frente. –Nos sacó de nuestra charla una voz grave con cierto tono de enojo.

-Si profe, como usted desee. –Las risas por lo bajo seguían, mierda Luca no iba a salir vivo de sus garras.

-Ya que está muy charlatán voy a pedirle que me diga todas las jerarquías que existían en la edad media. – Su mirada lo estaba degollando.

-Ehh.. yo profesora acabo de llegar… y no.-

-Señor Martínez no le pregunté si recién llega, dígame o lo enviaré con la directora. –

La situación se estaba poniendo muy tensa, en verdad sabía doblegar a un alumno con unas simples palabras.

-Retírese a la dirección Martínez y para lo próxima estudie en vez de hacerse el gracioso en clase- Dijo mientras escribía en el pizarrón.

Mi amigo hizo el ridículo en frente de la clase. O más bien la profesora Díaz lo dejó en ridículo.

-Van a hacer esta actividad y al final de la clase me van a entregar la hoja. – Sentenció.

Se notaba que su paciencia era escasa. Entonces me concentré en hacer la actividad que nos indicó, no quería terminar como Luca, en verdad sabe como castigar.

-¿Y que es esto?. – Dije con asombro al ver que no entendía nada de lo que el libro contenía.

-Tienes que hacer algo Alexa, si quieres te paso el primer ejercicio. – Sonreí aliviada, mi mejor amiga me había salvado de una trágica muerte.


Pasaron 30 minutos y sólo tenía el ejercicio que Bianca me pasó, mierda.. Me faltaban otros cinco ejercicios más. Que se supone que haga.
Miraba mi cuaderno pero estaba adentrada en mi ansiedad, las manos me sudaban y un alerta de peligro se apoderó de mi cuerpo.

El timbre sonar hizo que mi corazón se pare. Estaba inmóvil porque sabía que si le entraba la hoja casi en blanco iba a reprobar.


-A medida que se vayan retirando me dejan sus hojas en el escritorio. – Dijo en voz alta sin sacar su vista hacía uno cuaderno que escribía.

Veía como todos le dejaban las hojas y ella ni se inmutaba en mirarlos, entonces pensé que si me mezclaba con el resto no iba a notar mi hoja.

Me apresuré en acercarme a su escritorio y seguía sin levantar su vista. Rápidamente extiendo mi mano para dejar la hoja junto con el montón y ella me la agarra levantando su mirada.

-Rago no has hecho nada, ¿Acaso quieres reprobar mi materia? – Dijo seria mientras leía mi respuesta del único ejercicio que hice.

-No profesora.. yo no… no es que haya hecho nada.. sólo que… yo no comprendo ese libro. – Estaba nerviosa y mi voz temblaba.
Me miró y mis ojos se abrieron más al notar que nuestras miradas se chocaban.
Se veía injustamente hermosa con ese labial rojo opaco. Desde mi altura lograba ver el inicio de su pecho.

¿Alexa que mierda haces?. Me dije al ver su busto mientras ella me observaba.

Aclaró su garganta. – Debería estudiar mas y dejar de copiarle a su compañera, es la última vez que tolero una falta de respeto así, si quieres reprobar en mi materia pues hazlo no me importa pero no copies a tus compañeros. – ¿Cómo fue que se dio cuenta?, hubiera jurado que ella no me había visto copiándole a Bianca.

-Disculpe profesora, no va a suceder de nuevo, no voy a reprobar su materia. – Mi voz sonaba decisiva.

-Espero que no sea así señorita Rago, no me va a importar reprobarle si sigo viendo desinterés en mi materia. – Quiso desafiarme y en ese arranque de coraje mi seño se frunció.

- Como puede ser tan injusta. – Si había logrado que me enoje. – Estoy esforzándome para seguirle el ritmo pero usted lo único que hace es exigirnos de más sin importarle aquellos alumnos que no entienden. – Sentencié tomándola por sorpresa, no se esperaba tal arranque de sinceridad al verme enojada.

-Si me importan aquellos alumnos que les cuesta mi materia, por eso me estoy tomando mi tiempo en decirte que estudies más, porque me importas. – Estaba calmada.

Ahora la que parecía escupir lava era yo, pero sus palabras no dejaban de reproducirse en mi mente como un disco rayado.

-Hasta mañana Alexa. – Dijo yéndose por la puerta. Me dejó sola en el salón pero con miles de preguntas y su voz resonando en mis oídos … me importas.

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