Nos encontrábamos en su hora, el ambiente era tenso pero ella seguía fingiendo que no existía, yo por mi lado me limité a realizar todo lo que pedía en la clase sin llamar su atención.
No deseaba mirarla, aunque sus curvas me lo hacían imposible parecía que hoy estaba más hermosa y jodidamente sexy de lo usual.
El timbre me salvó de esa tortura que significaba su indiferencia y su seductor cuerpo.
Hoy nos tocaba un partido luego de teatro, a pesar del frío que hacía.
-Profesora. – Miraba a su escritorio. – Natalia me dijo que tenía que buscar las llaves del salón de teatro. – Ella seguía guardando sus cosas sin importarle que le hablara.
-Aquí tiene. – Las dejó sobre el escritorio.
-Gracias.
Su actitud injusta que tenía me molestaba, ¿Porque conmigo tenía que ser tan mala pero con los demás se mostraba muy agradable?
-Dile a Natalia que tú me las traerás después de su clase, tengo que seguir decorando el salón. – Genial, ahora era toda una ama de llaves.
-Sí le diré que se la alcance.
-No, tú me la alcanzarás. ¿Acaso no eres su mejor alumna?.
-Eso dice. – Una pequeña risa se me escapó, y Victoria elevó su vista a mí. – Soy su mejor alumna y la que mejor nota tiene, es muy buena profesora.
Victoria carraspeo mientras colocaba el bolso en su hombro.
-Espero que la alumna de la que estés hablando seas tú y me la traigas.
¿A qué se refería?.
-Mis notas afirman que soy yo y ella misma lo ha dicho; que soy su mejor alumna.
Negó con su cabeza mientras sonreía.
-A todos les va bien en su materia Alexa. No eres la única alumna con la que ella se lleva bien. – Sus ojos estaban diciéndome algo que no comprendía. Pero sus palabras generaban más enojo en mí.
-Pues.. no es la única profesora quien abraza a todos sus alumnos. – Dije desafiante.
-¿Estás celosa brujita?.
-No. Yo no… no es así tú.. – Aclaré mi garganta. – Tú puedes abrazar a todos los alumnos que quieras. – La mandíbula se me tenso.
Ella sonrió. – Si, puedo abrazar a quién yo quiera. Pero mi corazón es grande y yo te quiero mientras que a mis otros alumnos igual.
Genial, era más del montón.
-Me parece perfecto que quieras a todo el mundo. Pero a mi me gusta la exclusividad.
-¿Acaso tienes una balanza que pese mi querer? ¿O más bien se vea a quién quiero más?.
-No, pero me doy cuenta a simple vista que quieres a todos tus alumnos por igual. Gracias por las llaves.
Me fui de ahí escupiendo fuego y caminando con desespero. Era una más del montón y ni siquiera se molestó en negármelo.
Me siento estúpida al permitirme quererla, cree un mundo por pequeños actos que sólo eran una mera demostración de cariño. Mal interpreté sus acciones y palabras. Eso me frustraba.. En el fondo me sentí ingenua.
La hora en teatro para mí suerte había sido reconfortante, lo disfrutaba; me reía, nos distraíamos y de momentos olvidaba que era una asignatura. Natalia se encargaba siempre de que nos la pasemos muy bien todos.
-La profesor Díaz me pidió que le alcance las llaves, tiene que terminar con las decoraciones. – En mi cara se notó el disgusto que me causaba la idea de tener que verla, lo cual no pasó por desapercibido ante Natalia.
-Aquí tienes, ¿Son ideas mías o tú no quieres?. – Me miraba intrigada como si en su rostro se le dibujara un signo de interrogación.
-Estás en lo correcto, pero me lo ordenó. – Suspiré rendida.
-¿Sabes qué? Se las llevaré yo, le diré que tú te fuiste a cambiar para entrenar.
Enseguida sus palabras provocaron una sonrisa y la miraba como si fuera mi salvación.
-Gracias en verdad.
Así fue, ella se dirigió al despacho de Victoria y yo fui a cambiarme para entrenar.
La hora de entrenamiento se fue volando y la primavera se acercaba cada día más.
-¿Haremos algo para festejar la primavera?.
-Sí amiga, seguro que Luca ya tiene planes para que salgamos. – Ella rio ante mi comentario.
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Keyframe
RomanceAlexa no tenía idea de lo que significaba amar. ¿Acaso nos arrepentimos del primer amor?. O le agradecemos el paso a sentimientos nuevos. Victoria era su profesora, y le tenía que enseñar, pero sobre todo una lección de vida que la joven jamás olvid...