15: Frenkie.

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25 de julio, 2020.

Cuando aquellas dos rayitas confirmaron lo que temía, no evité desmoronarme, rompí en llanto y me reproché el ser tan, pero tan estúpida. Andrea y Alessia trataron de ayudarme y consolarme, sin embargo no funcionó, no hasta pocos días después que decidí confesárselo a mis padres. Papá se había enojado mucho y me había llamado irresponsable, cosa que era muy cierta, en cambio mamá sólo se dedicó a aconsejarme y decirme que todo estaría bien, sin embargo bastó un día para que ambos olvidaran el enojo, y se emocionaran con la idea de un nuevo nieto.

"¿Quieres tenerlo?" Fue la pregunta de papá, debía admitir que al principio me sentía aterrorizada como no lo había estado nunca antes, pero después de pensarlo un día entero, llegué a la conclusión que sí, tendría un hijo.

"¿Le dirás a Leon?" Esa fue la pregunta de Andrea, no lo pensé ni un segundo, mi respuesta fue no. Él y yo ya no teníamos nada que ver, no lo iba atar a mí para que nos siguiéramos haciendo daño como antes, así que lo mejor era que él no supiera nada y siguiera su vida tranquilamente.

Frenkie, tenía al rededor de dos semanas de no hablar con él, claramente porque yo lo estaba evitando a toda costa, sus mensajes y llamadas eran todavía insistentes. Me sentía mal por ignorarlo pero no sabía cómo decirle que estaba esperando un hijo, sobretodo porque si se lo dijera y su reacción fuera negativa no sabría cómo sentirme. Tenía claro que algún día tendría que responderle una llamada y aclararle todo, pero ahora, no era el momento.

Como era de esperarse los rumores sobre mi embarazo volaron en redes sociales cuando en compañía de mis padres y Andrea fui a la clínica para verificar que todo estuviera bien. Fue tanta la presión que me habían hecho (principalmente los fans de Leon y luego las de Frenkie) que había desinstalado todas aplicaciones sociales que tenía en mi teléfono para no ver nada. Me concentraría en lo importante que era seguir pintando.

—Señorita Erin.— saqué la mirada del cuadro y observé a Martha, la ama de llaves.

—Hola Martha, ¿qué sucede?— pregunté.

—Tiene una llamada.— se acercó hasta mí con el teléfono de la casa y me lo tendió.

—¿Quién es?— la miré curiosa, nunca recibía llamadas a la casa, ella negó indicando que no sabía. Me limpié las manos con un trapo y luego tomé el teléfono. —¿Hola?

—¡Vaya! Sigues viva.— tragué en seco al escuchar su voz sarcástica.

—Frenkie.— murmuré.

—Sí, yo, ¿Por qué mierda me estás evitando, Erin?— preguntó. Parecía enojado, ya que él no era alguien que soltara insultos nada más porque sí.

—Frenkie yo...— ni siquiera sabía que decirle o por dónde empezar.

—Te desapareces por dos semanas, no contestas mis llamadas, menos mis mensajes por ningún lado, tuve que contactar a una de tus amigas para que me diera el número de tu casa, ¿A caso hice algo mal?

—¡No!

—¿Entonces?— lo escuchó suspirar cuando no hay respuesta de mi parte. —olvídalo, háblame cuando quieras.

—Frenkie, no no no cortes.— digo rápidamente y a la vez nerviosa. —es que no sé cómo vayas a tomarlo.— murmuré en un hilo de voz mientras me mordía una uña.

—¿A qué te refieres?— su voz se escucha curiosa y mi respiración se vuelve más pesada. —Erin, estás preocupándome, ¿qué sucede? ¿Estás bien?

—Yo... yo estoy embarazada.— cierro los ojos con fuerza y mi voz se vuelve un susurro, pero al parecer lo escuchó porque se queda en silencio.

—Vaya... leí algo de eso pero pensé que eran rumores, alto, ¿por eso estabas evitándome?— imaginé su rostro frunciéndose ante eso.

—No, ¡Bueno sí! por eso.

Él suelta una risilla.

—Eres boba, que estés esperando un hijo no cambia en absoluto el hecho de que quiera seguir conociéndote.

No evitó esbozar una enorme sonrisa y sentirme como una colegiala a quién halagan.

—¿Lo dices en serio?— pregunto realmente feliz de que se lo haya tomado bien.

—Por supuesto, mooi.

Después de conversar unas cuantas horas más, y de hablar sobre todo lo que habíamos hecho estos días que no tuvimos contacto, nos despedimos prometiéndonos vernos pronto.

•••

—Bien, ya respetamos los días que querías para estar sola, ¿En serio estás embarazada?— pregunta Vic y me da una mirada curiosa.

Todas las chicas habían decidido venir a verme, y para confirmar los rumores sobre mi embarazo, ninguna de ellas lo sabía aparte de Andrea y Alessia.

Asiento ante su pregunta y ella abre los ojos sorprendida.

—Oh Dios, ¿y es de Leon?— ahora pregunta Ariana quién estaba acostada en el sofá de mi habitación.

—¿O de Frenkie?— Vic me da una mirada pícara y eleva ambas cejas. Yo la miro mal y ella se encoge de hombros. —Lo lamento pero los vi el día del partido y parecían muy unidos.— vacila.

Alessia y Andrea se mantienen en silencio esperando que sea yo quien aclare las dudas de mis dos amigas.

—Por Dios chicas.— suelto un suspiro. —es de Leon.— hago una mueca. Aunque no quisiera decírselo a nadie, se me hace imposible ocultárselo a ellas, les contaba casi todo.

—¿y le dirás?— Ariana pregunta y todas me ven.

—No, y espero que ninguna se lo diga ni siquiera a sus novios o mejores amigos eh.— las señalo con el dedo y todas asienten rápidamente.

—¿Pero Frenkie ya lo sabe?— la menor de las españolas me ve.

—Se lo dije esta tarde y por suerte se lo tomó bien.— digo recordando lo comprensivo que fue conmigo.

—Olvidémonos de Leon y Frenkie.— Alessia se frota las manos. —¿Qué quieres que sea? ¿Niña o niño?

—Ojalá sea niño.— Andrea se adelanta y yo rio.

—Mejor niña.— ahora opina Vic y Ariana está de acuerdo con ella.

—Creo que me gustaría una niña.— digo y sonrió emocionada de algún día llegar a ser una buena madre como lo fue nuestra mamá con nosotras.

El resto de la tarde las chicas siguieron interrogándome y claramente mi embarazo fue el tema principal.

WE BELONG | Leon Goretzka Donde viven las historias. Descúbrelo ahora