O9: Adiós definitivo.

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11 de Junio, 2020.

Me encontraba acostada en el sofá, moviendo mis piernas al aire, mientras escuchaba Rather Be a todo volumen. Esperaba a Serge quién me había dicho que en media hora estaría aquí y traería comida, así que mataba el aburrimiento escuchando música, cualquier cosa si no lo escuchaba llamar a la puerta por eso le había dejado una llave en una de las plantas de la entrada.

Seguro se enojaría conmigo por haberme escapado de su casa, pero realmente sentía que llevaba mucho tiempo ahí y comenzaba a incomodarle a él y a su novia, o tal vez solo eran cosas mías, igualmente prefería estar aquí.

El día que peleé con papá, Alexandra y Leon en lugar de ir a casa de Alessia me fui con Serge. Había estado muy mal durante dos días enteros y él me ayudó a sentirme mejor por ello decidí quedarme más tiempo en su departamento, le pedí que no le dijera a nadie que estaba con él, pues no me apetecía ver a nadie, ni a mis padres, ni a mi hermana o mis amigas, ni mucho menos a Leon.

Dejando ese tema de lado; me gustaba esta casa desde que era una niña, siempre solía venir con mis padres y Andrea cuando ellos tenían tiempo, pues quedaba casi a las afueras de Múnich, se podía respirar el aire fresco, y sobretodo era muy pacífico.

Recuerdo que me escapé un par de veces a este lugar junto con Leon. Los días que pasábamos aquí eran simplemente perfectos.

Escuché la puerta abrirse cuando la canción se cambió, supuse que era Serge, no esperaba a nadie más. Me levanté del sofá y caminé hasta la entrada.

—¡Serge, al fin lleg...— dejé la frase al aire y la sonrisa en mi rostro se borró. —¿Qué estás haciendo aquí?— pregunté, ni siquiera sabía como sentirme estando justamente en este lugar, solos él y yo.

Rápidamente Leon se acercó y me envolvió en un fuerte abrazo, abrazo que claramente no respondí. Con dificultad logré soltarme de él.

—Estás bien.— sonrió y quiso acariciar mi mejilla pero me aparté.

Su mirada recorrió el lugar, seguramente recordando los buenos tiempos que pasamos aquí.

—¿Por qué estás aquí?— mi semblante no cambió y me mantuve seria todo el tiempo.

Seguramente Serge le había dicho que me encontraba aquí, no sé con qué motivo lo habrá hecho, pero luego me escucharía.

—Tenía que verte y saber que estabas bien.

—Que curioso, porque la última vez que nos vimos me dejaste muy en claro qué estabas harto de mí.— solté con amargura recordando sus palabras de ese día que discutimos.

—Perdón.— lo volteé a ver con cierto asombro, no me esperé que me pidiera perdón y por su mirada podía jurar que lo decía sinceramente. —soy idiota, lo sé.

—Bien, al menos lo reconoces.

Él sonrió levemente.

—Tengo que hacerlo, porque desde que dejamos lo nuestro no he dejado de cagarla una y otra vez.— suspiró. —vine aquí no para pedirte que vuelvas conmigo, también sé que perdí todas mis oportunidades contigo.— apretó los labios como si realmente le costara mucho lo que decía. —lo único que te pido es que me perdones, por las veces que te hice sentir mal... soy imbécil por hacer llorar a la chica que considero el amor de mi vida, también sé eso.

Quise hablar, pero tenía un nudo en la garganta que me lo hacía imposible, las ganas de llorar eran inmensas y too good to say goodbye al fondo no ayudaba mucho que digamos.

Se acercó nuevamente pero esta vez me quedé en mi lugar, dejándolo acercarse a mí.

—Perdóname, no quiero acabar mal contigo, será muy difícil para mí vivir con el hecho de que me odiaras siempre.— tomó mis manos y las sostuvo entre las suyas, apretándolas suavemente.

Sentí mi labio inferior temblar, así que parpadeé repetidas veces botando las lágrimas que se habían acumulado en mis ojos, lágrimas que él limpió en seguida.

—Leon... yo, yo no sé que decir.— murmuré en un hilo de voz.

—No tienes que hacerlo ahora si no estás preparada.— dijo. —también quiero que sepas que siempre sostendré el hecho de que nunca te engañé, nunca lo hubiese hecho.

Asentí mientras desviaba la mirada al suelo. Leon me abrazó y esta vez si lo correspondí. Lo abracé fuertemente mientras lloraba en silencio sobre su pecho. Luego de unos segundos saqué mi cabeza y lo volteé a ver, él también me miraba y pude notar rastros de lágrimas sobre sus mejillas, y Leon no era alguien a quien le gustara llorar frente a otros.

Puse mi mano en su mejilla y poniéndome de puntitas quedé cerca de su rostro, no esperé más y uní nuestros labios. El beso era lento y tierno, luego de unos segundos se tornó más desesperado. Él se separó y me observó a lo que yo asentí rápidamente. Volvió a besarme luego me hizo saltar y enrollar las piernas al rededor de su cadera. Caminó conmigo sobre él, subió las escaleras y entramos en mi habitación.

Me dejó sobre la cama y él sobre mí, sin aplastarme.

—¿Estás segura?— preguntó sobre mis labios.

—Lo estoy.— lo vi como se sacó la camisa y la tiró por algún lado.

Extrañaría esa vista.

Leon me ayudó a quitarme la camiseta y el short que traía, dejándome únicamente en ropa interior. Continuó con los besos desde mis labios hasta mi abdomen. Me estremecí al sentir sus dedos palpando en mi piel. Sus toques, sus besos y sus caricias se sentían como si fueran la primera vez.

Sus manos recorrían mis piernas mientras sus labios estaban en mi cuello. Después él se levantó y se sacó el jogger que tenía, al igual que su ropa interior, quitó la única prenda de mí que nos estorbaba y se posicionó entre mis piernas. Me miró fijamente y yo a él, me aferré a su espalda cuando poco a poco estuvo dentro de mí. Volvió a besarme para luego moverse lentamente.

Entre gemidos y jadeos no evité pensar en todo el tiempo que estuvimos separados, pensé en las peleas, y las discusiones que habíamos tenido, el hecho de terminar nuestra relación nunca se había sentido tan real, no hasta ahora.

Este era el adiós definitivo a lo nuestro.

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Espero que hasta ahora les vaya gustando la fic porque yo la estoy amando.😫

se despide de ustedes la señora esposa de Leon Goretzka chau.

WE BELONG | Leon Goretzka Donde viven las historias. Descúbrelo ahora