24: Campeones.

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23 de agosto, 2020.

Miré la camiseta frente a mí y resoplé

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Miré la camiseta frente a mí y resoplé. La hora del partido se acercaba cada vez más y yo estaba en el dilema de usar o no la camiseta del equipo, el problema era el dorsal con el número dieciocho, por suerte en lugar de decir Goretzka decía Keller. Tuve que pedirle una de las suyas a Serge o comprar una con antelación, pero no, lo había olvidado completamente.

—¡Erin, vámonos!— escuché la voz de Ariana y unos golpes en la puerta.

Dejando de lado mi dilema rápidamente me puse la camiseta, tomé una bufanda y un gorro que también tenían el escudo del equipo, luego tomé una pequeña mochila y guardé mi móvil para después salir de la habitación, encontrándome con Ariana, Andrea y Noah. Vic y Alessia debían estar desde antes en el estadio por su trabajo y Alexandra bueno no tenía idea.

Casi media hora después estábamos entrando con el resto de los aficionados por las puertas del estadio Da Luz. Andrea, Ariana y yo presentamos nuestros pases para entrar, caminamos hasta las primeras filas, que estaban cerca de la cancha donde Alexandra y Camila ya se encontraban. Miré el enorme reloj en la pantalla e indicaba que faltaban trece minutos. Miré y los chicos estaban calentando. Debía admitir que me sentía bastante nerviosa, esperaba que nos lleváramos la copa a Alemania, desde que tenía uso de razón el Bayern siempre había sido mi equipo.

—Erin.— volteé hacia la fila de atrás para encontrarme con Konrad, el papá de Leon.

—¡Konrad!— dije emocionada y rápidamente lo abracé. —no sabía que vendrías.— sonreí cuando me separé.

—Con eso de que ya no nos visitas.— trató de hacer una cara triste y solté una risa nerviosa.

—Últimamente he estado un poco más ocupada y estuve fuera del país.— dije y jugué con mis manos.

—Recuerda que siempre serás como una hija para mí y puedes visitarnos cuando quieras.

Asentí. Konrad Goretzka era un gran hombre y algo así como un segundo padre, él y papá eran muy buenos amigos.

—Lo sé.— le di un abrazo que él correspondió.

—Salúdame a Alec, dile que pronto llegaré a visitarlo.— después de conversar un rato más con él me di la vuelta para ver que los chicos habían regresado a los vestidores.

Pasaron los minutos y ambos equipos salieron a la cancha. El maravilloso himno de la champions comenzó a sonar y entonces sentí mi piel erizarse, estaba emocionada, nerviosa y sentía muchas emociones más que seguramente expresaría durante el partido.

El árbitro dio el silbatazo indicando el comienzo.

•••

Hasta este punto creo que mis uñas eran casi inexistentes. El partido estaba de ida y vuelta, ambos equipos habían creado bastantes oportunidades, Manu estaba espectacular y hasta ahora que era el segundo tiempo su arco seguía impecable. Yo me estaba muriendo de los nervios en cada llegada del equipo francés.

Minuto cincuenta y ocho los del Bayern se acercan al área de los parisinos, el balón de Kimmich llega a Serge que en segundos se la devuelve, Joshua controla el balón y tira el centro qué pasa por la cabeza de Coman antes de acabar dentro del arco de Keylor Navas.

Automáticamente todos los aficionados nos levantamos gritando con euforia mientras celebrábamos el gol. Me abracé con Ariana, Andrea y con Alessia (que había llegado hace unos minutos) sintiendo la emoción recorrerme el cuerpo.

El resto del juego nos mantuvimos tensos mientras esperábamos que los franceses no anotaran o que nuestro equipo anotara hasta sentirnos seguros. El estadio estalló en celebración cuando llegó el silbatazo indicando que se había acabado el juego. Grité eufórica mientras miraba a los chicos celebrar, sentía el mismo sentimiento o tal vez aún más que aquel veinticinco de mayo del 2013 en Wembley, cuándo habíamos ganado la última Champions, era algo indescriptible.

Mire cómo algunos de los chicos venían por las chicas tales como lo hicieron Manu con Nina, Joshua con Andrea y Noah, y Leon por Camila.

Auch. Había dolido por supuesto, mi sonrisa se borró por unos segundos pero luego volví a hacerlo, nada me arruinaría este día que había esperado por mucho tiempo. Sentí una mano en mi hombro y me fijé en Konrad quien me daba una sonrisa reconfortante que yo le devolví.

—¡Erin!— el grito de Serge llamó mi atención y mientras muchos aficionados trataban de tocarlo él tendió su mano hacia mí. —¡vamos!— sonreí y la tomé luego me ayudo a cruzarme hacia la cancha, Ariana, Alexandra y Alessia se habían quedado en las tribunas mientras se sacaban fotos.

—¡Felicidades! ¡Por Dios no sabes lo emocionada que estoy!— chillé.

—¡Imagínate como estoy yo!— gritó de vuelta con una enorme sonrisa en el rostro. Cuando se volteó me subí en su espalda y él me tomó de las piernas, ¿me importaba lo que iba a decir la prensa? por supuesto que no, ya que él era como un hermano para mí. Serge corría conmigo sobre su espalda y yo le gritaba felicidades a cada uno de los chicos que miraba, cuando llegamos a Coman, me bajé rápidamente y corrí a abrazarlo.

—¡Gracias, gracias, gracias!— dije repetidas veces mientras besaba su mejilla. —te amo Kingsley eres el mejor.

—Ya era hora de que confesaras tu amor por mí Erin.— bromeó y yo solté una carcajada.

—Ay cállate no arruines el momento.— reí.

Miré cómo Camila conversaba con Robert y Lucas mientras Vic sacaba algunas fotos, luego dirigí mi vista a Leon quien estaba con Manu y Álvaro. Me solté del brazo de Coman y caminé hasta donde se encontraban, llenándome de valor de no sé dónde había sacado.

Me paré detrás de él y estaba por hablarle pero Manu se me adelantó y con la boca le hizo una seña, así que Goretzka se volteó y me miró sorprendido al parecer.

—Felicidades.— esbocé una sonrisa que él correspondió y podía jurar que su sonrisa era la más bonita de todas.

—Gracias.— nos quedamos viendo sin emitir palabra alguna por un minuto.

—Creo que voy a ir donde Thom.— me excusé, me volteé dispuesta a irme y él tomó mi brazo, haciéndome regresar. —Leon...

—Debemos hablar, Grease.— me dio una mirada suplicante, había olvidado lo mucho que me gustaba que me llamara por ese nombre.

—Sé que te debo muchas explicaciones, pero ahora no es el momento.— hablé con nervios, el solo hecho de pensar que luego estaríamos en alguna revista de chismes por lo que está pasando me ponía los vellos de punta.

—¿Podemos hablar luego?— preguntó y yo asentí. —¿No escaparás esta vez?

Solté una risilla. —No escaparé esta vez.

WE BELONG | Leon Goretzka Donde viven las historias. Descúbrelo ahora