Plie, relevé. Plie, relevé. Plie, relevé.
Hermione mantenía apretado el abdomen, haciendo fuerza en casi todos los músculos debajo de este, incluyendo los muslos y glúteos. Su pecho subía y bajaba llenándose de aire a medida que descendía con las rodillas dobladas, pero manteniendo totalmente recta la espalda, como si tuviera un palo atravesado en la columna el cual le impedía encorvarse siquiera un poco. Su cuello estaba estirado al máximo, como cuando estaba en medio de una performance. Mientras se levantaba y estiraba ambas rodillas, podía verse los músculos de su cuello, tensándose para mantenerse erguido; sin embargo, sus hombros estaban relajados, lo que le permitía elevar sus brazos hacia al cielo con la gracia de un cisne.
Sus tobillos se doblaron todo lo que pudieron, manteniendo sus pies en puntas sobre el suelo de madera para levantarse y hacerse más alta. Casi al instante, volvió a sentarlos sobre la superficie y procedió a repetir el mismo movimiento de doblar las rodillas y elevarse sobre las puntas. Aunque la reiterada acción se viera fácil, solo bastaba con observar la cara de concentración de la bailarina para descartar aquel pensamiento. Ella estaba haciendo tanta fuerza apretando su abdomen que hasta le costaba respirar con naturalidad.
Plie, relevé. Plie, relevé. Plie, relevé.
A pesar de su intensa formación en dicha danza, Hermione Granger ya no se consideraba una bailarina de ballet como tal. Había dejado ese mundo atrás hacía ya muchos años. No obstante, ese no era impedimento para seguir practicando de vez en cuando. Aún conservaba uno o dos tutús que, sorprendentemente, todavía le quedaban; además, tenía sus propias puntas y barra de ejercicios en casa por lo que no existía razón alguna para no hacerlo.
Ya no era tan buena como antes, pero seguía gustándole.
Ubicándose en primera posición, empezó a relajar los tobillos, dibujando pequeños círculos de izquierda a derecha, manteniendo la punta de sus pies sobre el suelo de madera.
Sus pies, ese par de horribles y maltratados pies. Desde que tenía memoria siempre se había avergonzado de sus pies y no era para menos. ¡Eran horribles! Dedos largos, huesudos y sin forma, la piel con callos y lastimada por las heridas; las uñas, pequeñas y mal formadas; el empeine, demasiado alto y el arco, demasiado hundido. El dejar el ballet durante años logró que la piel de sus pies mejorara de manera considerable, pero eso no quitaba que tuviera unos pies muy feos.
Ese es el precio del arte, recordó mientras caminaba al centro del salón vacío para ubicarse en quinta posición, un pie adelante y otro pie atrás, asegurándose de que ambos talones chocaran entre ellos. Esas fueron las sabias palabras de su profesora de ballet el día que se le cayó una uña. Estaban a mitad de una clase y, de la nada, una de sus compañeras le dijo que había sangre en una de sus puntas. Al quitarse las zapatillas, estas se desprendieron junto con una de sus uñas. La sangre, roja y brillante, la asustó por completo. Contrario a ella, todas sus compañeras y profesora estaban contentas pues era un gran "progreso" tener callos y todo un "triunfo" que se te cayera una uña. El cambiar las puntas por los tacones bajo del ballroom fue completo alivio, pero por más cremas hidratantes que usara, no podía deshacerse de ese tono rojizo y aspecto huesudo que tenía en el borde del pie, justo debajo de ambos dedos pulgares. Eran los huesos que formaban sus metatarsos, la parte del pie que usaba de apoyo para pararse de puntas y la que sabía era la parte más dura de sus pies.
Ahora, pas de chat.
Al igual que el ballroom, el ballet no era un baile para cualquiera, mucho menos si tu umbral de dolor era el mínimo. Tal vez era exactamente por eso que Hermione continuaba practicando ballet cada vez que pasaba por una mala situación. Era la única forma que tenía para olvidar sus problemas por un momento y concentrarse en algo más, algo como el dolor físico.
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¿Bailamos?
FanficDespues de un tormentoso divorcio y múltiples fracasos en su vida, Severus Snape está cansado de vivir una vida demasiado tranquila en un mundo lleno de parejas felices. Aburrido de su rutina, un día decide inscribirse a una clase de baile de salón...