cuarenta y tres

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— Y Richie empezó a tirarles palomitas hasta que la señora se levantó y comenzó a gritarle —Stan apenas podía contener la risa.

— Es una estupidez y solo por eso se que es verdad. Es algo que Richie haría —ella ríe de igual manera— Veo que se divirtieron mucho estas semanas.

— Pues si. Lo normal. Pero faltas tú, _____. Tu ausencia se nota en el grupo.

— Sabes que jamás quise alejarme de ustedes pero sabes... no sé, siento que las cosas están raras —hace una mueca, llena de incomodidad.

    De repente, Stan recuesta toda su espalda en el respaldar de la banca, tomándose la frente con una mano.

— ¿Te sientes bien? —le pregunta la chica— Dios, Stanley solo bebiste una.

— ¡S-Sabes que no soy de tomar!.

— ¿Estás mareado?.

— Un poco —susurra.

— Tranquilo. Pasará. Mientras tanto solo quédate sentado y respira.

    Ella toma con cuidado la cabeza de Stanley y la apoya en su hombro, haciendo que el descansara.

   Y así se quedan. Con una música ruidosa de fondo, junto a una casa que estaba llena de estudiantes borrachos, pero ellos están ahí afuera, solos, bajo la luz de la luna y una noche estrellada.

— ¿Stan?.

    Y no obtiene respuesta, el había cerrado por completo sus ojos y soltaba unas cuantas lágrimas.

— ¿Una cerveza es suficiente como para ponerte así? —ella se ríe, haciendo que Stan día débilmente.

— Abrázame.

— ¿Eh?.

— Abrázame —vuelve a pedir, con la voz quebrada.

     Y ____ lo hace. Es más, ¿por qué no lo haría? Extrañaba lo que se sentía el tenerlo entre sus brazos. Extrañaba sentir su afecto.

— Estás muy ebrio.

— No sirvo para beber...

— Pues no —suelta una risita y deja un beso sobre su frente— ¿Quieres que te llevemos a tu casa? De seguro Belch puede dejarte por ahí.

— Quiero quedarme un rato aquí contigo. D-Digo... si es que quieres —susurra.

— No tengo problema.

(...)

— ¡Y entonces me dijo que quería quedarse un rato conmigo! —exclama ____ con una sonrisa.

— Siendo sincero, se muere por tenerte a su lado —dice Eddie exasperado— ¡Solo digo! Vuelvan y ya, maldita sea.

— Cálmate Edds. ¿No ves que tú amigo se portó como un estúpido con ella? —Heather rueda los ojos.

— No digo que vayamos a volver. Es decir... ¡si quiero! Pero la última vez yo también me porté como una idiota.

— Mira, a este punto, se que siguen amando y si crees que puedas darle otra oportunidad, pues hazlo. La vida es una sola ¿que pierdes por intentarlo una vez más? ¡Nada! Solo vayan con calma —aconseja Heather.

— Lo haré. Iré con calma.

— ¡Ya era hora! —el castaño rueda los ojos— Dejemos este tema de lado y mejor busquemos un puesto de comida por ahí. Muero de hambre.

— ¿Un puesto de comida, Edds? ¿No quieres ir a un restaurante con certificado de sanidad e higiene?

— Muy graciosa _____.


(...)

— ¿Acaso eres tonto? —Richie ríe a carcajadas al ver a Stan.

— Cállate.

    Stanley salía de su casa con unas gafas de sol y gorra.

— ¡Una cerveza!.

— ¡Y fue suficiente! —exclama Stan rodando los ojos— Como sea. ¿Ustedes cómo están?.

— Bill si que tomó mucho ¡Tenías que ver cómo vomitó! ¿Por qué no estuviste ahí? —dice Ben.

— Porque se estaba besuqueando con su querida _____ —se burla el pelinegro.

— Ojalá —bufa— Pero no se que me pasó. Solo... ¡le pedí que se quedara conmigo! Debí verme como un idiota desesperado.

— Entonces hiciste el ridículo-

— No Richie —Bill le había pegado en el brazo a su amigo— O tal vez si.

— Gracias.

     Ese mismo viernes, aprovecharían para hacer un proyecto en la biblioteca. Aún con resaca y todo. Era un proyecto muy importante y solo tenían hasta el lunes a primera hora para entregarlo. Pero aquel era un trabajo que compartían con todo el club, ya que el número de integrantes era opcional y era una clase que compartían. El trabajo requería una buena investigación de muchísimos libros, por lo que sería una tarea no tan difícil siendo tantos trabajando en el.

   Finalmente llegan a la biblioteca. A Stanley se le acelera el corazón de solo ver a _____ para justo ahí.

— Hasta que llegan. ¡Cinco minutos tarde! —se queja Eddie.

   Stanley camina con una sonrisa boba hacia la chica.

— H-Hola _____.

— Hola rizitos —a ella se le ruborizan las mejillas. Aquel apodo se le había escapado.

— ¿Te ayudo con tu bolso? Se ve que está pesado —rie.

— Claro, gracias.

    Stanley toma el bolso de _____, dándose cuenta de lo pesado que estaba.

— ¿Que traes ladrillos? —Stan suelta un suspiro.

— Traje unos libros que tenía en casa —ella ríe.

—  Que caballero rizitos ¿me llevas la mía también? —Richie le entrega su mochila, y Stanley no pudo negarse para no parecer tan obvio— Gracias.

— De nada —dice a regañadientes.

      Al momento de entrar en la biblioteca, todos guardan silencio y entre susurros se repartieron el trabajo. Y como plan de los chicos, _____ y Stanley debían trabajar en una parte del proyecto juntos.

— ¿Que opinas del sexo? —le pregunta _____.

— ¿Y-Yo? Ah... B-Bueno. No sé-

— Creo que es un macho —ella señala el dibujo en el libro— La información dice que la apertura está justo debajo del cordón umbilical.

— Ah.

    Stan deja de tensarse finalmente y larga un suspiro.

— Si, yo también creo que es un macho.

    La tarde de estudio no sería tan fácil por sus nervios.


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sweet, Uris Donde viven las historias. Descúbrelo ahora