cuarenta y seis

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    Llegaba una fecha muy triste para muchos jóvenes estudiantes, y esa era donde la mayoría dejaban Derry y viajaban lejos para estudiar.

    Pero los perdedores estuvieron más de tres horas metidos en un bar, aprovechando  que ya podían consumir alcohol sin necesidad de mentiras.

— ¡Por nuestra vida adulta! —exclama Richie alzando su copa bien alto.

— ¡Por nuestra vida adulta! —exclaman todos los amigos, incluida Beverly, y levantan sus copas de igual manera.

— Y también por los futuros esposos —dice Mike muy sonriente y volviendo a alzar su copa.

— ¡Por los futuros esposos!

    Era una escena bastante agradable. Todos muy sonrientes y felices, reanimando aquella alegría que habían perdido por ciertos momentos difíciles. Nada ni nadie podría quitarles esas sonrisas de sus rostros. No pensaban en que en los siguientes días se despedirían de sus amigos para ya no verlos en lo que restaban de sus vidas. O eso creían.

  
— ¿Quieren otra cerveza? —les pregunta ____ levantándose de la mesa.

— Ya van a ser las tres —Eddie se encuentra indeciso. Ya era muy tarde y tal vez lo mejor era irse del lugar.

— Trae dos más —pide Richie.

— ¿Entonces extendemos el encuentro hasta las cuatro? —Ben sonríe.

— Yo digo que si —responde Bill sonriente, y todos ríen, aceptando el quedarse hasta las cuatro.


(...)



— Ya Stan, yo te sostengo —dice ____ intentando no reír muy fuerte.

    Ella sostenía a Stan contra su cuerpo, y el, muy ebrio, apenas podía caminar, se tambaleaba de un lugar a otro y estaba a nada de quedarse dormido parado.

— No sirves para tomar.

— Una más... por favor —balbucea Stan.

— Suficiente por ésta noche. Solo mira como vuelves —rueda los ojos. Abre la puerta trasera del auto— Sube rizitos.

— ¿Ahí?.

     Stanley se mete a regañadientes, se sienta a duras penas y su novia le pone el cinturón de seguridad como si de un niño pequeño se tratase. Hasta que el la mira fijamente y sonríe con torpeza.

— ¿Que pasa? —le pregunta ____ sonrojándose.

— Te amo —el suelta una carcajada y con su mano acaricia la mejilla de su prometida.

— Y yo a ti rizitos —rie— Me meteras en muchos problemas ¿cómo les explico a tus padres el porqué su hijo llegó tan ebrio?.

— Son seres... comprensivos —susurra cerrando los ojos.

— Eso espero.




(...)




    La estación está atestada de gente, y podía percibirse un ambiente muy triste. Ese día podía ser el más triste de todo el año. Los autobuses partían al aeropuerto o simplemente los llevaban a su destino, muy lejos de Derry. 

sweet, Uris Donde viven las historias. Descúbrelo ahora