capítulo veintiséis

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— ¡Dios! Luces hermosa —dice Carrie apenas entra al cuarto de su hermanita— Ese corte te queda hermoso, y el vestido... guapísima.

— Lo mismo digo Carrie —halaga ____ sonriente— Estás hermosa.

     Las hermanas ya estaban listas. Con sus vestidos, peinados, y con un simple rubor en las mejillas y un poco de brillo labial. Sencillas, pero se veían deslumbrantes.

— ¿Te gusta Ben? —le pregunta _____.

— Bueno... me encanta —suelta una risita— El otro día nos quedamos solos durante la tarde y ¡dios! Me parece tan lindo e interesante. Me gusta mucho.

— Creo que a él igual le gustas. El otro día le hablé de ti y se puso muy nervioso.

— No lo creo...

    Alguien toca la puerta del cuarto, segundos después entra la señora Green, su madre, a quien se le iluminan los ojos de ver a sus hijas.

— Sus galanes llegaron —anuncia Rachel, sonriente y abriendo la puerta para que ellas salgan— Están preciosas, esos chicos tienen mucha suerte.

— ¿Ben está ahí? —Carrie sonríe.

— Y se ve muy guapo —su madre le guiña un ojo.

    Las muchachas salen por el pasillo que daba directo a la sala de estar, mientras caminan, pueden ver a sus parejas del baile esperando por ellas.

   A _____ se le acelera el corazón de tan solo ver a su rizitos parado ahí, mirándola con una sonrisita algo tonta. Él va perfectamente vestido con un traje elegante. Ella apresura su paso para encontrarse finalmente con su novio, quien toma las dos manos de la chica y sonríe de oreja a oreja.

— Eres preciosa —susurra embobado.

— Y tu igual —dice ____ con las mejillas rojas por la vergüenza que le había dado.

   Carrie se encuentra con Ben, y ambos empiezan a charlar animados.

— Esta noche debe ser grandiosa —dice Stan emocionado.

— Lo será, porque voy a ir con el chico más guapo del lugar —presume.

— ¡Niños pónganse para una foto! —dice el padre de las chicas con una cámara en mano. Los cuatro se paran frente a él y toma la foto— Bien, quiero a mis hijas aquí a las doce de la noche, ni un minuto más ni un minuto menos.

    Los cuatro se miran con los ojos bien abiertos. ¿Hasta las doce? Pero si ya eran las diez de la noche. Solo dos horas en el baile.

— Estoy bromeando —el hombre comienza a reír y los chicos lo acompañan.

— Estuvimos charlando y creímos que es bueno dejar que vuelvan a la hora que quieran. Pero deben volver juntos, ¿bien? —todos sonríen ante las palabras de la señora Green.

— ¡Gracias señora! —agradece Ben.

    Tras un par de minutos más, los cuatro salen. Y afuera los esperaba un carro.

— ¿Belch? —pregunta ____, y Stan toma su mano.

— Victor y Belch se ofrecieron a llevarnos —dice Stan.

— ¡Hola perdedores! Aquí está su chófer —Belch se señala a si msimo— y también a un rubio oxigenado.

— Ese soy yo —sonrie Victor.






(...)




    Stanley y _____ se encuentran en la lista, rodeada de sus amigos y de otros estudiantes mientras bailaban animadamente al compás de la música. Se están divirtiendo muchísimo, por lo mal que bailaban y los pasos raros de Richie.

— La estoy pasando genial —dice Stan, acercándose a su oído, ya que la fuerte música casi no los dejaba escuchar.

— Igual yo —ella suelta una risita.

   De la nada, el chico toma la mano de ____ y la hace dar una vuelta en su lugar, para luego comenzar a bailar de una manera extraña. Entre risas, ella sigue aquel paso... ¿peculiar?.

    
   El reloj ya daba casi las dos de la mañana. Se la habían pasado bailando, bebiendo ponche y riendo como nunca antes. La música se detiene por unos segundos, y ponen una lenta. El momento había llegado. El baile lento que tanto esperaban.

— ¿Puedo...? —Stan señala su cintura, a lo cual su novia ríe y toma la mano de Stan, colocándola en su cintura.

— Si puedes —dice ____ rodando los ojos, a lo cual ambos ríen. Ella coloca sus manos sobre los hombros de Stanley y empiezan a moverse.

— Practiqué todos los días frente al espejo.

— Y te sale muy bien, creeme —ella le sonríe, a lo cual a Stan se sonroja— Esta noche es perfecta, ¿no crees?.

— Lo es. Tu lo dijiste, si estoy a tu lado, todo es perfecto —dice Stan, con cierto tono dulce en su voz, haciendo que a su novia se le ilumine el rostro con una sonrisa.

— Eres increíble, rizitos... no me cansaré de decírtelo. Te amo mucho.

— Y yo te amo a ti cariño.

    ____ no soporta más, y se apega al pecho de su novio, acurrucandose ahí y sin dejar de bailar. Él, sintiendo como su corazoncito saltaba de alegría, abraza su cintura. Y bailan en esa posición durante varios minutos, sintiéndose realmente cómodos y enamorados.

— ¿Y si nos vamos de aquí? —pregunta Stan. Le encantaba el baile, pero sentía la necesidad de estar en un lugar más tranquilo que ese, pero como sea, amaba pasar tiempo con ella.

— Vámonos —dice ____.

    Se toman de la mano y salen juntos del baile, con una enorme sonrisa en sus rostros.

— ¿Y que tienes planeado esta noche rizitos? —le pregunta.

— Bueno... en realidad no sé —el ríe— ¿Vemos las estrellas?.

— Veamos las estrellas.





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sweet, Uris Donde viven las historias. Descúbrelo ahora