Roger Taylor un reconocido odontólogo en su pueblo natal, concido y apreciado por todos en aquel lugar, es una eminencia en su rama de la salud por lo cual es invitado como conferencista en una convención sobre innovaciones en las prácticas odontológicas en la ciudad capítal, debido a esto emprende un viaje en su propio automóvil que tardaría aproximadamente tres si todo sale como es previsto.
Después de empacar todo lo necesario comienza, toma la vía central que le lleva directo a la carretera nacional y para suerte de él no hay demasiados vehículos en la vía, en un principio va a 60 K/h (kilometros por hora) pero decide aumentar la velocidad a 80 K/h ¿qué podría salir mal?, unos minutos después inconscientemente o en un acto de irresponsabilidad Roger sube la velocidad a 100 K/h, iba a demasiada velocidad y su capacidad de control en el volante se vio reducida drásticamente, pero al rubio parecía no importarle.
Llevavaba 45 minutos de viaje, en un kilometro iría a parar para cnseguir algo de comer, en ese instante su celular suena recibiendo un mensaje, Roger aparta la mirada del camino para dirigirla a la pantalla de su móvil, suelta su mano derecha del volante para tomarlo... un gran ruido le alerta, era el ruido de algo tratando de frenar acompañado del sonido incesante del claxón, cuando él vuelve a mirar por el parabrisas de su auto la imagen es aterradora, una tractomula venía justo hacía donde él estaba fue incapaz de realizar alguna maniobra y solo pudo pensar en su familia, vio toda su vida pasar ante sus ojos y llegó el impacto... todo fue oscuridad.
Holaaa tiempo fuera, a continuación dejo una imagen a lo que me refiero a tractomula (así le decimos en Colombia) porque puede ser que en otros países tenga un nombre distinto.
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Ahora si volvemos a la historia.
Roger abre sus ojos y observa a su alrededor.
¿Dónde estoy? -pregunta bastante confundido-.
Todo lo que había a su alrededor era grandes arboles con frutos y ¿hadas?, ante esta imagen su confusión aumentó aún más ¿no se suponía que estaba conduciendo rumbo a la convención?
¿Roger? ¿eres tu? - alguien pronuncia-.
¿Freddie? - cuestiona Roger en una mezcla de confusión y temor-.
Freddie ayuda al rubio a ponerse de pie.
Si querido, soy Freddie.
P-pero, pero estás...
Muerto... al igual que tu.
ante tal afirmación Roger se suelta del agarre de Freddie y su expresión es de total desconcierto, no quería morir, le quedaba mucho que hacer, no quería dejar a Sarina sola y deseaba ver a sus hijos crecer.
Fred no quiero morir a aún - confiesa con voz quebrada- No me quiero ir así ¡estoy en mi mejor momento! Dime por favor que aún se puede hacer algo-suplica-.
