- Entonces Jimin ¿Qué tal lo de matar al Mexicano? ¿Te va a quedar grande el encargo? - se burló Jungkook como si el pequeño rubio no fuese capaz de aquello.
Los Alfas Jungkook y su madre, Zulema, son los narcotraficantes más peligrosos y más buscad...
Jimin sentía los ojos pesados mientras intentaba abrir sus ojos y la luz del lugar en donde se encontraba le molestaba.
Cuando abrió por completo sus ojos, observaba el lugar blanco en donde estaba, parecía un hospital, aún estaba un poco confundido hasta que sintió dolor en su cuerpo.
Recordó todo lo que había pasado.
Necesitaba ver a Jungkook, necesitaba saber cómo estaba Jungkook, pero se encontraba solo, él dolor en su cuerpo era muy fuerte pero no le impidió que tratara de levantarse.
–¡No! Acuéstate, tranquilo relajate – hablo la doctora que entraba a la habitación blanca mientras veía al rubio hacer esfuerzo por levantarse.
– Necesito ver a Jungkook, ¿Sabe como está el?.
– Esta bien, aún no despierta, en cuanto despierte y tu te sientas mejor, podrás ir a verlo, en este estado debes descansar –
– ¿Puedo ver a Zulema? – pregunto el rubio acostado en su camilla.
– Claro, ahora le habló – respondió la doctora yendo por la Alfa.
– Has despertado bambi ¿Cómo te sientes? – hablo Zulema cuando llegaba al cuarto y se sentaba al lado de la cama del omega.
– No sé, me duele mi cuerpo y necesito ver a Jungkook ¿Qué fue lo que pasó? – hablo Jimin confundido.
– Se nos adelantó, no se como jodidos sabía nuestro plan pero todo fue una trampa y bien hecha, lo buena que ya está bien muertita – soltó sería Zulema.
– Ya veo – respondió sin comprender del todo.
– Lo siento, es decir... Si perdón, se arriesgaron mucho y ve como terminaron, no se como pudo pasar eso y gracias joder esto suena muy cursi pero gracias bambi – soltó con sinceridad la Alfa.
Los dos se echaron a reír después de las palabras de la Alfa.
– No me hagas reír me duelen mis heridas – dijo Jimin tratando de tranquilizar su risa.
– No dije ningún chiste rubio – soltó burlona.
– Está bien Zule, ese es mi trabajo.
– Sabes que ahora no sólo es trabajo, también eres el omega de mi hijo y eso cambia las cosas.
– Gracias...pero-
– Hola, disculpen que interrumpa, vine a ver a Jimin – hablo la otra madre de Jungkook observando tiernamente desde la puerta.
– Claro, pasa.
– Hola Jimin ¿Cómo te encuentras? – Saludo Momo mientras miraba a Jimin con preocupación, Jimin veía a Momo tan diferente a todos los que se encontraban en aquella mansión, a ella no solía verla en juntas a ella no la veía hablar sobre algún plan sobre todas esas cosas, ella estaba en su habitación y cuando salía se veía como una mamá dulce que quiere lo mejor para su esposa y su hijo. Pero nunca había tenido la oportunidad de platicar más íntimamente con ella.
– Mejor, gracias señora Jeon – respondió Jimin.
– Las dejó para que hablen más cómodamente, nos vemos bambi – hablo Zulema mientras se iba y dejaba a los dos omegas solos.
– No tienes idea de cómo sufro cada vez que le pasa algo a mi esposa o a mi hijo, incluso a Yoongi y ahora verte a ti así, me siento tan mal.
– No es su culpa señora, aparte este es mi trabajo, no es la primera vez que me pasa algo así, no se preocupe – respondió Jimin con la verdad tratando de que la Omega no se sintiera tan mal.
– Eso es lo que me duele más, que sea su trabajo y que estén tan acostumbrados a esto, yo no quiero esto para mi hijo, yo no quiero esto para mis nietos – soltó desahogandose la Omega mientras se le escurrian lágrimas.
– Lo siento señora Jeon...
– No, no sabes como he hablado con ellos para que dejen esto, siempre me dicen lo mismo que una vez que ya estas aquí ya no puedes salir ¿Y sabes que? Todos terminan muriendo, Y así yo no puedo vivir tranquila, no puedo imaginar que me digan que mataron a mi hijo en una balazera o que varios hombres lo agarraron y le dieron disparos ¿Cómo crees que me siento yo? Yo los amo tanto y no podría vivir sin ellos.
Jimin no sabía que hacer al ver a la mujer llorar tan desconsoladamente. Lo único hizo fue que estiró su brazo y comenzó acariciar el hombro de la Omega en forma de consolación.
– Lo siento que tenga que pasar por esto señora Jeon...
– Gracias, por favor Jimin, yo se que mi hijo te quiere, por favor cuídense mutuamente, no quiero que nada les pase, no podría soportarlo– suplico la Omega.
– No se preocupe, así será – confirmo el rubio.
✴️
Había pasado ya una semana. Jimin ya podía levantarse y caminar sentía un poco de dolor pero era bastante soportable. Le avisaron que Jungkook ya había despertado y ahora iba en camino para verlo después de que sus madres y su mejor amigo ya habían entrado a verlo.
Jungkook había despertado por unos minutos días antes pero despertaba inconsciente y después volvía a dormir. Pero ahora había despertado consciente de todo.
Se encontraba sentado en la cama recargandse en el respaldo de esta, cuando escucho a alguien abrir la puerta de su habitación. Su hermoso Omega lo miraba con una sonrisa triste mientras caminaba rápidamente hacia el para abrazarlo.
– Cariño... – susurro el Alfa mientras acariciaba los cabellos del rubio.
– Jungkook, te extrañe mucho Kook – respondió mientras se separaban del abrazó.
– Kookie, sentía que me moría sin ti – confesó Jimin mientras se subía a la cama y se acomodaba en las piernas de su Alfa, poniendo una pierna de lado derecho y una del lado izquierdo del Alfa. Y comenzaba a besarlo con desesperación.
Jungkook lo tomó de la cintura y se quedaron en esa posición unos segundos.
– Jimin, comienzo a quererte y por eso ya no quiero que trabajes conmigo – soltó de repente Jungkook mientras observaba el rostro de Jimin esperando por alguna reacción.
– ¿Qué? Jungkook, este es mi trabajo sin ti o contigo tengo que seguir haciéndolo.
– Quedate conmigo Jimin pero ya no trabajes conmigo.
– Jungkook por favor, no te voy a dejar solo en esto, jamás, le acabo de prometer a tu madre que los dos vamos a cuidarnos.
– Mierda Jimin, sabía que no aceptarías, sabes que me muero si te pasa algo ¿No? – susurro Jungkook mientras tomaba más fuerte la cintura del Omega.
– Si, y yo también me muero si te pasa algo, por eso hay que permanecer juntos – respondió Jimin mientras unía sus manos en el cuello de Jungkook y volvían a unir sus labios.
– Creo que es mejor que regresemos a Corea por ahora, después volvemos por lo de González, ahora quiero estar en mi país y contigo.
– Si yo también lo había pensado.
Así se quedaron, dandose caricias hasta que los dos se quedaron completamente dormidos.
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