Dos opciones

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No podía pensar en que había pasado tanto en tan poco tiempo, había llegado el viernes y hoy era domingo, como siempre por la mañana me dirigía por mi café, me sentía un poco mejor que en los días anteriores, conocer a Tiffany trajo un torbellino de realidad a mi vida, el vacío se sentía más intenso después de su rechazo a solo conocernos.

Cuando cruce la puerta de la cafetería y me dirigí al mostrador como los otros días pedí mi café habitual, entonces una sorpresa llegó a mi, un abrazo sorpresivo por la espalda me hizo girar la cabeza de lado para ver de quien se trataba, solté un suspiro.

-Buenos días taeyeon- la chicas se apartó de mi enseguida y sonrió como al parecer era habitual en ella. Lo único que se me pasó por la cabeza fue que me hubiese gustado que Tiffany me hubiese abrazado así.

-Buenos días Irene- me giré por completo mientras esperaba el café.

-no traje tu chaqueta, me dijeron que venías siempre por un café. Más tarde que vas a hacer?- al parecer la gente del pueblo es bastante fijona.

-no lo aún, creo que volveré a dar una vuelta por la feria, por ahora disfrutaré de mi café- la noche anterior me había marchado después de dejarle mi chaqueta, ella prácticamente me había insinuado que le había gustado, fue demasiado lanzada para mi gusto.

-te molesta si te acompaño?- supongo que ahora no será así, de seguro supo que se había sobrepasado.

-para nada, solo si tienes el tiempo para caminar conmigo, quieres algo para beber?- la miré fijo mientras esperaba una respuesta, tenía una mirada firme.

-lo tengo, trabajo aquí en la cafetería solo de lunes a viernes y no gracias, solo quiero hacerte compañía- sonreí suavemente ante su respuesta, parecía alguien que hablaba mucho y se tropezaba con su palabras.

-entonces te veré los días de semana- traté de evitar el tema lo que más podía.

-asi es, tae, puedo decirte así?- solo los amigos me dicen tae, conociendo a esta chica creo que es persistente así que de seguro vamos a llegar a llevarnos bien al final.

-claro, no hay problema- tomé mi café y comenzamos la caminata fuera de la cafetería.

-que te trajo por aquí? Es un pueblo muy chico y se nota que vienes de la ciudad- miraba al frente, lo mejor era evitarla por un rato.

-pues solo la tranquilidad, la ciudad en realidad es caótica, necesitaba no escuchar muchos ruidos y estar en paz- dirigí mi mirada al cielo, también buscaba llenar el vacío en mi interior pero no podía decirlo así.

-ya veo, espero que mi presencia no sea molesta para ti- estábamos caminando en dirección a la playa, era el único lugar al que me gustaba ir y quedarme por un largo rato.

-no es malo hablar con alguien de vez en cuando, llevó apenas un par de días aquí- y me gustaba la tranquilidad.

-y ya rompes corazones- aclaré mi garganta al escuchar esas palabras y luego la miré.

-para nada, aunque son muy amables y siempre me saludan a pesar de no ser de la zona- y eso es cierto, pero lo otro para nada, creo que la única detrás de mi es ella.

-aqui somos así, como ves nuestro pueblo es muy típico, pero por la playa atraemos turistas, aunque se quedan en un pueblo que es cercano y es menos rural, aún así para estas épocas y el verano tratamos de sacar el jugo a todo y hacer ferias o traer juegos y demás. Eso hace que entre un poco más de ingreso al pueblo- vaya lo que tienen que hacer en un pueblo.

En la Pobreza Y En La Riqueza Donde viven las historias. Descúbrelo ahora