BABYSITTER

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Horacio odiaba a los ricos, de verdad lo hacía a pesar de que su trabajo se basara en verlos por las tardes y noches, él pesaba que era de estúpidos tener hijos para ni siquiera cuidarlos.

Perez por las mañanas era estudiante de diseño de modas y por las tardes y noches niñero de pequeñines ricos, ya que era la única manera que tenía de poder mantenerse y seguir pagando sus estudios universitarios. 

Hacía poco había empezado a trabajar con una familia rusa, solo de vez en cuando en realidad, no eran muy constantes sus cuidados al pequeño Aleksander, le parecía un poco extraña quizás era por sus costumbres, o por la comida que a veces pensaba era asquerosa. Pero en general le agradaban y se llevaba muy bien con la hija, sabía que había otro chico pero poco conocía de él debido a que había ido a estudiar a Rusia, hasta que un día regreso.

Perez se sintió mojar los pantalones apenas vio entrar al hombre alto, de cabello platinado, junto a una maleta y su ropa formal, con traje y corbata, probablemente era reborner, pensó, sonriendo al pensar tal bobada de su streamer favorito. 

Su primera conversación fue corta y formal, Horacio avisándole lo que hacía ahí y donde se encontraban sus padres, poco a poco tenían conversaciones más seguido, hasta que Perez tuvo que cuidar al pequeño por la madrugada, Viktor regresó de una fiesta, hablando en ruso y probablemente un poco alcoholizado. Y lo siguiente que le dijo lo descolocó pero sintió sus piernas temblar, le excitó.

— Follame hasta que no sienta el cuerpo— Le pidió, Horacio se quedó un poco congelado. Viktor desapareció hasta regresar con un trago en la mano, se sentó sobre el taburete blanco, mirándolo— Follame— Volvió a pedirle.

— Viktor, yo no... Está borracho, venga que lo llevó a la cama— Se acercó, tratando de levantarlo, sin embargo el peso del ruso era un impedimento.

— No me digas que no quieres hacerlo— Habló, acercando cada vez más al niñero a él— Sé que quieres hacerlo, ¿o me equivoco?— Susurró sobre los labios del menor, atrapándolos apenas terminar la frase.

Horacio trataba de concentrarse, de pensar en que aquello no era correcto y debía de cuidar al pequeño que estaba dormido en la cuna en lugar de estarse besando con uno de los hijos de sus jefes. Pero no quería separarse de él, ni mucho menos dejar de desabrochar su camisa. 

La ropa empezó a sobrar en la escena, el cuerpo de Viktor ardía y no precisamente por el vodka que estaba tomando, se dejaba agasajar por el otro chico, sonriendo y en cuanto se dejaban de besar bebía de su vaso de vidrio, con la garganta quemando volvía a besarlo.

Poco tiempo paso para que los pantalones del mayor salieran de su cuerpo, tirándolos sobre el suelo junto a su camisa y ropa interior, el niñero besó el torso del pálido hombre, dejando pequeñas mordidas en sus pezones, estirándolos ligeramente con sus dientes. Viktor sujetaba la cabeza del otro, deshaciendo su cresta colorida pero tratando de atraerlo más a él, quería tenerlo lo más cerca posible.

Horacio se puso de rodillas frente al miembro del ruso, relamiéndose los labios con ganas, lo miró por unos segundos, este babeaba dos de sus dedos, chupándolos mientras miraba al chico hacer sus movimientos maestros. Perez introdujo el miembro contrario su boca, casi del tirón por completo, produciendo algunas arcadas debido al golpe del glande contra su campanilla. Lo masturbo con fuerza, y delineo con su lengua la longitud del falo, Disfrutando el sabor salado del pre semen. 

Mientras que el menor jugaba con el pene del otro, Volkov comenzó a dilatarse, introduciendo sus dedos y abriendo camino entre su estrecha entrada, haciendo círculos primero, metiendo y sacando sus dedos con fuerza para después cambiar los movimientos y hacer una especie de tijera dentro de él. Gemía por lo alto, sin importarle mucho que su hermano pequeño estuviese durmiendo a unos tantos metros de ellos. 

One-Shots || +18 || VOLKACIODonde viven las historias. Descúbrelo ahora