HEAT

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⇴Solo tú y yo sentimos el calor aún cuando el sol esta escondido⇴


Horacio miró su cuarto vaso de vodka, ya ni siquiera sentía las piernas, pero no le importaba en absoluto, estaba en el departamento del hombre que le gustaba y eso era suficiente para pasar por cualquier riesgo. Tomó el vaso con sus dos manos y de un tragó lo bebió todo, perdiendo poco a poco su cordura, mirando de vez en cuando al comisario y sonriéndole con una mueca extraña. Viktor se levantó de su lugar, tomó la mano de Perez dirigiéndolo, caminando con las manos entrelazadas por el departamento, antes de entrar a la habitación principal terminó su trago de vodka, dejando el vaso de vidrio sobre un mueble del pasillo.

Viktor sin pensárselo mucho gracias al nivel de alcohol que su cuerpo contenía, tomó al chiquillo de la cintura, mirándolo a los ojos, mirando sus pupilas dilatadas y sus bonitos iris verdes, Horacio no pareció molestarle ni incomodarle aquella acción, así que se atrevió a continuar con su cometido. Acercó su rostro al del chico y con mucha vergüenza pero valentía que le había dado aquel vodka, dejó un casto beso sobre sus labios, causando un pequeño saltito del chico pero que en cuanto se alejo de él lo tomó de las mejillas y volvió a acercarlo a su boca. Duraron un par de minutos así, cuando uno se alejaba el otro lo volvía a tomar para besarlo.

— ¿Quieres ir a dormir?— Preguntó sobre los labios pálidos y delgados.

— Horacio, en lo que menos pienso ahora mismo es en eso, solo quiero pasar el resto de la noche a tu lado.

Muy probablemente había sido el vodka el que no lo había dejado procesar todo ese momento, desde los besos frente a la puerta, hasta estar sentado en la cama, con un ruso muy decidido de rodillas frente a él, desabrochando su pantalón rojo con apuro, siendo ágil y al mismo tiempo torpe al bajarlo junto a su ropa interior y quitárselo después de sus zapatos. Horacio creyó ver como se relamía los labios al ver su miembro erecto, lo miró antes de metérselo a la boca, esperando aprobación del menor la cual no tardo más que unos segundos.

Volkov escupió un poco en su glande, dejando una lamida luego y recogiendo un poco de esa saliva y volviendo a escupirla, con sus manos recorriendo aquel miembro, esparciendo todo su líquido y haciendo movimientos de arriba a abajo e incluso algunos hacía los lados. Miraba a Horacio a la cara, con una sonrisa, mirando como se retorcía un poco de placer y soltaba pequeños 'mmmh' y 'ah'.

Perez creía estar pasando de las mejores noches en su vida, a pesar de estar un tanto borracho y ver doble de vez en cuando, la estaba pasando de maravilla, disfrutando de la cálida boca de labios delgados que rodeaban su pene, metiéndolo casi por completo a su boca y succionando, masajeando sus testículos y jugueteando con ellos, riendo de vez en cuando debido a la falta de consciencia que le hacía al ruso quien había tomado más que él, pero aquello le encantaba y aunque quizás se estaba aprovechando un poco lo deseaba, y sabía que el ruso también lo hacía.

El inspector no quería esperar mucho, ya que probablemente no duraría mucho aquel placer debido a la bebida alcohólica. Poso una de sus piernas en el hombro del ruso, dejando su entrada un poco al aire, metió dos dedos a su boca mientras aún disfrutaba de la saliva del ruso en él, al sacarlos con cierta cantidad de líquido y lubricante, acarició un poco su entrada, haciendo círculos y solo metiendo la yema de sus dedos, con cierta delicadeza, poco después introdujo uno completo, con cuidado, haciendo ligeros movimientos dentro de él. Mientras tanto Viktor le daba una mamada increíble, quizás de lo más sencilla pero por el hecho de ser Viktor aquello lo hacía más que maravilloso, hacía buenos movimientos, subiendo y bajando su lengua por toda la longitud del miembro para después dejar salir algunos sonidos con su saliva pero seguir con aquella felación, ensalivando todo en su camino.

Y nuevamente paso, ni Viktor ni Horacio se dieron cuenta en que momento el ruso empezó a desvestirse, quitando su camisa azul con prisa al igual que sus zapatos y pantalones, ayudando al chico con su playera de figuras extravagantes, pasándola por encima de su cabeza y dejando besos en su torso en cuanto estuvo fuera del camino, dejando pequeñas lamidas por todos lados, concentrándose por unos segundos en sus pezones perforados, mordiéndolos y estirando aquel piercing plateado. Lo besó unas cuantas veces más, montones de veces en realidad, tratando de no olvidar la figura de sus labios y su sabor a vodka con fresas.

— ¿Realmente quieres hacerlo?— Le preguntó sobre los labios, antes de penetrarlo. Horacio asintió sin dudarlo, mordiendo su labio inferior.

Soltó su labio y lo intercambio por un fuerte gemido en cuanto el miembro de Viktor se introdujo en él, primero solo la punta, mirando las reacciones del menor, sus labios entreabiertos y su frente con algunas gotas de sudor, Horacio asintió después de unos segundos, indicándole a Viktor que podía continuar y así lo hizo. Lo embistió un poco primero, tratando de que el cuerpo embriagado del menor no doliera, tratando de que su poca cordura cuidara del lindo chico que estaba debajo de él.

Movía su cintura de adelante hacía atrás, sacando y metiendo el miembro de las paredes del chico, sintiéndose cálido cada vez que trataba de introducirse más a fondo, golpeando aquel dulce y delicado punto del menor, con delicadeza pero al mismo tiempo fuerza y rapidez, haciendo que el chico solo produjera gemidos altos y jadeos que podían escucharse por toda la habitación, encerrándose en esas cuatro paredes pero que deberían de ser oídos por todo el mundo porque eran preciosos, realmente preciosos.

Horacio rasguñaba la espalda y brazos del ruso, enterrando un poco sus uñas, acariciando su cuello y tratando de acercarlo hasta su rostro para besarlo con suavidad, sintiendo el calor que emanaban sus cuerpos y corazones, manteniéndose cálidos siempre que estaban cerca, queriendo sentir cada vez más y más ese bonito calor, adorando el sentir de los cuerpos.

Viktor gimió en cuanto las paredes de Perez se contrajeron contra su falo, haciéndole sentir más placer del que ya estaba sintiendo, apresuraba sus embestidas de vez en cuando, tratando de no perder el ritmo fuerte pero delicado. Era una puta locura. Quizás el vodka los había hecho sentir más placer, quizás sus cuerpos estaban tan acalorados y llenos de alcohol como para poder resistir mucho el placer. Y para Volkov los gemidos de Horacio no eran de mucha ayuda, lo estaban haciendo llegar al infinito, lo estaban ahogando de una bella manera, estaba que explotaba no solo de placer, sino de amor y calidez también.

Era extraño, estaban follando embriagados pero al mismo tiempo era todo bonito y de color de rosa, quizás por el amor que sentía el uno por el otro.

Volkov mordió los hombros y cuello del chico, sintiendo el calor expandirse por todo su cuerpo pero aún concentrado en su vientre, el chiquillo debajo de él temblo y sintio unos espasmos deliciosos, el ruso sin darse cuenta estaba sucio con un líquido espeso y blanco por su estomago, estaba demasiado concentrado devorando el cuello y labios de Horacio como para notar aquel detalle, tan excitado y lleno de amor como para darse cuenta que su placer llegó al máximo nivel.

Su placer sexual explotó al igual que el placer de su corazón, y eso fue precioso.

One-Shots || +18 || VOLKACIODonde viven las historias. Descúbrelo ahora