One-Shots || +18 || VOLKACIO

LIL LOVER 2

⇞ Sabes que la detesto pero es porque te deseo y te quiero solo para mi ⇟

Días después de aquel encuentro con el inspector, Viktor no podía dejar de pensar en el chico, no podía sacar de su mente sus caricias y su precioso cuerpo, y ni hablar de su bonito rostro. Ahora si quería dormir tenía que hacerlo en el sofá porque mucho menos podía ver a su esposa, se sentía sucio pero bien, no se arrepentía de absolutamente nada. De nada hasta esa noche.

Volkov salía de darse una ducha, con la toalla sobre su cuello y, con lo estúpido que era, había olvidado las pequeñas marcas rojas que todavía estaban en sus hombros y torso. Y joder la que se lío en ese momento.

Viktor se puso nervioso de inmediato en que noto que su esposa lo miraba fijamente, lo recorría con la mirada con seriedad. Estaba nervioso porque no quería que le insistiera con que follaran o algo así. Buscaba su camisa con rapidez en aquel armario, pero sus manos parecían más tontas de lo normal, con dificultad encontró aquella camisa de algodón.

— ¿Por qué no me haz pedido el divorcio ya?— El comisario se tensó de inmediato, bajando su mirada hacía su torso y maldiciéndose— ¡Te estoy hablando, joder!

— No empieces, Lisa, por favor— Trató de ignorar a lo que se refería.

— ¡¿Pero te haz mirado el puto cuerpo, Viktor?!— Cerró sus ojos con fuerza, suspirando y colocándose la camisa, aún sin mirarla.

— ¡Ya para, joder!— Respondió, girando a mirarla por fin.

— ¡¿En serio me crees tan gilipollas?! ¡Puto ruso de mierda!

— ¡Siempre gritando, siempre insultándome! ¡Para de una puta vez!

— ¡Y tu para de verme cara de estúpida! ¡¿Qué te crees?! ¡¿Qué no noto la actitud que tienes desde hace meses?! ¡Siempre me ignoras, evitas estar cerca de mi! ¡Dime, ¿hay otra mujer en tu vida?!

— No.

Es un chico, pensó.

— ¡¿Cómo que no?!

— ¡No voy a discutir por tu mierda! ¡Para ya!

— ¡¿Cómo que por mi mierda?! ¡¿Qué me vas a decir ahora?! ¡¿Qué esos chupetes te los han hecho los criminales?!— Viktor negó con euforia, frustrándose.

— ¡Es que me tienes harto, Lisa! ¡Joder! ¡Siempre queriendo pelear hasta por tirar una puta gota de agua! ¡Si estoy con alguien más es porque no te soporto!— Y tiró la bomba.

— ¡¿Entonces estas con alguien más?! ¡¿Quién es?! ¡¿Michelle?!— Viktor negó con rapidez.

— No voy a hablar de estas gilipolleces— Con rapidez se colocó los tenis deportivos, tomando sus llaves y cartera de la mesita de noche.

— ¡¿Es alguien de la malla?!

— ¡Para de una puta vez!— Salió de la habitación, buscando salir de aquella casa, sin embargo, antes de hacerlo un florero le cayó junto a la cabeza— ¡¿Qué coño te pasa?!— Gritó, más fuerte que las anteriores veces— ¡Eres una puta loca!— Salió de la casa, azotando la puerta. Entró a su auto y lo encendió. La mujer se paro junto a su puerta.

— ¡Abre el puto auto!

— ¡Vete a la mierda!— El auto dio marcha de reversa con rapidez, y condujo lejos de aquella casa. Buscando en su móvil el número del chiquillo que podía tranquilizarlo en ese momento.

"Voy para tu casa" Envió.
"Vale" Recibió de regreso.

En cuanto entró a aquella pequeña casa, Horacio lo recibió solo con una camisa larga que le tapaba poco más abajo de los muslos.

— ¿Todo bien?— Viktor negó, sin embargo lo tomó de la cintura, besándolo y llevándolo hasta el sofá de esa manera— Pero dime qué pasa— Dijo sobre sus labios.

— No quiero hablar de ella— Murmuró, bajando a morder su cuello.

— Joder con tu esposa de mierda— Jadeó al sentir las manos frías colarse por su camisa, levantándola— Déjala de una puta vez, que si te preocupa yo me caso contigo— Viktor sonrió, sin desagradarle la idea.

— ¿Tanto la odias?

— Mmmh, tiene lo que es mío y eso es una mierda— Viktor rió asintiendo— Venga rusito, follame como si me amaras de verdad— Viktor lamió sus labios y lo besó con un poco de brusquedad.

— ¿Y quién ha negado que te amo de verdad?— Horacio rió levemente de nerviosismo, el mayor volvió a besarlo— Lo digo de verdad, ¿quién te ha hecho pensar eso?— Murmuró cerca de su oído.

— Para, porque creeré que realmente me amas— Pidió, comenzando a quitarle la camisa de algodón— Te ves precioso cuando no llevas uniforme— Viktor sonrió y dejó un beso sobre su mejilla.

— Bueno, tu te ves precioso hasta cuando lo llevas— Horacio sonrió y se subió a horcajadas en él, tomó sus mejillas y lo besó con un poco de fuerza— ¿Quieres que me calle ya?— Preguntó entre el beso, con una risita de por medio.

Horacio se levantó, tomando al hombre de la mano y dirigiéndolo a su habitación, apenas entraron lo empujó contra la cama, haciendo que se recostará ahí y volvió a subirse sobre él a horcajadas, levantó su camisa, ayudandole a quitársela, toqueteo un poco su torso y pellizco sus pezones, recibiendo un ligero quejido como respuesta. Bajo a besarlo mientras movía en círculos sus caderas sobre el miembro cubierto del ruso, besó su cuello y hombros, dejando mordidas y otro par de marcas y chupones. Viktor jadeaba ante los deliciosos movimientos que el chico le estaba otorgando, con sus manos acariciaba su trasero y estrujaba un poco, así como también apretaba su cintura y acariciaba su espalda.

Perez se bajo de él, ansioso comenzó a desabrochar su pantalón de pijama, de un tirón lo bajo junto a su ropa interior, liberando la erección de cualquier obstáculo, lo miró por un momento y sonrió, antes de meter el miembro en su boca escupió sobre él para después de algunos segundos esparciendo aquel lubricante natural meterlo a su boca, hizo un par de movimientos negativos, haciendo que la punta del pene golpeara sus paredes bucales, acarició la longitud con sus dientes y lengua.

Y aquel simple acto tan típico en el sexo volvía loco a Viktor, y todo era gracias al chiquillo que se lo estaba proporcionando, es que cualquiera podía hacerlo igual o incluso mejor pero algo tenía aquel héroe que le hacía explotar por dentro, que lo hacía sentir algo en él que nunca antes había sentido con otra pareja sexual. Era algo que quizás ni siquiera era parte de las relaciones sexuales sino algo más allá, más bonito y simple.

El comisario tomó las caderas del chico, acomodándolo para tener un mejor acceso y vista de su trasero, levantó aquella camisa de algodón azul y bajó su ropa interior, dejando expuesto su trasero para él, lo acarició y apretó un poco. Metió el dedo índice y medio a su boca, lubricandolos con su saliva por un par de segundos, con una mano estrujaba su trasero y con la lubricada tanteaba su entrada, haciéndolo saltar un poco en cuanto estuvo el primer dedo dentro de él y en cuanto estuvo el segundo una mordida fue a parar en su muslo.

Mientras Horacio le daba de las mejores felaciones a Viktor, chupando su polla como si fuese su paleta favorita, salivando de más y tragando todo aquel pre-semen que brotaba de él, recorriendo con su lengua por toda la longitud, de punta a base, una y otra vez metiendolo y sacándolo, masturbando aquel espacio que no alcanzaba meter en la boca. Viktor flexionaba sus dedos dentro del chiquillo, sintiendo sus paredes contraerse con cada leve movimiento que hiciera, a veces como tijeras y otras como si fuese un gancho, aumentaba la velocidad de vez en cuando y otras veces la bajaba.

Ambos hombres estaban ansiosos por sentir la piel del otro rosando con la suya, queriendo sentir su cuerpo cálido de nuevo, sentir aquel cosquilleo maravilloso y delicioso que tanto les gustaba, aquel que les hacía llegar hasta el punto máximo de placer, ese momento en el que estabas tiritando de placer y gozo, en el que querías quedarte ahí para siempre con lo bien que se sentía.

Horacio se sintió lleno en cuanto el pene del ruso estuvo dentro de él, echó su cabeza hacía atrás, sintiendo aquel miembro entrar en él con lentitud, recorriendo todo lo que podía, acariciando todo lo que estaba a su poder. Viktor tomó su cintura, enterrando un poco sus dedos ahí, presionándola cuando sentía un placer increíble.

Perez empezó a dar unos leves saltitos hasta sentir que no le incomodaba el miembro intruso en él, después el choque precioso de pieles fue inevitable, cada vez más alto y sonoro, cada vez creándose aquella bellísima composición. Los gemidos acompañaban todo eso, pareciendo parte de la banda sonora, los jadeos que con un hilo de voz salían de los labios de ambos agentes de policía.

Los brazos del inspector jefe no pudieron sostenerse por mucho tiempo más al torso del mayor, dejó su cuerpo caer sobre él, disfrutando de la pequeña elevación junto con las fuertes y bruscas estancadas que el comisario le proporcionaba, mordía y succionaba sus pectorales y hombros con fuerza, dejando un montón de marcas más y reemplazando las de hacía unas noches atrás, reclamándolo como suyo y de nadie más, marcando su cuerpo con su boca por todo aquel espacio que pudiera. Viktor lazaba unos bajitos gruñidos algunas veces, sin embargo no se quejaba de ser marcado por el chico que le gustaba, al contrario, lo disfrutaba.

Con un poco de impulso tiró al menor a la cama, aún sin salir de él, lo besó con fogosidad, iniciando una guerra con sus lenguas y labios, dejando mordidas en la punta de la lengua y en los labios inferiores del otro. Las embestidas continuaron durante aquel apasionado beso. Viktor bajó al cuello del chico, haciendo fuertes succiones y marcas, era su turno de reclamarlo, y así lo hizo, le dejó marcas entre el cuello y pecho. Y los gemidos fuertes y chillidos le hacían seguir con el trabajo, saber que lo estaba disfrutando como nunca antes.

Horacio sentía tocar el cielo, sentía tocar aquello que le encantaba cuando estaba con Viktor. Lamió toda la palma de su mano y la llevó hacía su miembro, torturándose él solo y masturbándose con lentitud, mientras perdía la cordura con cada choque que el glande de su amante le proporcionaba a su próstata, con fuerza que pareciera querer destrozarla pero lo único que podía sentir era placer de alborozo. Gimiendo y mordiendo su labio inferior mientras su ojos se ponían en blanco. La mano del superior le acariciaba la pierna y apretaba un poco en cuanto sentía las paredes del menor contraerse, apretándolo y sujetándolo con una fuerza que le agradaba a su miembro. Viktor casi le arrebató el pene al chico y lo masturbo con rapidez, deleitando a su sentido auditivo con el sucio y grosero sonido húmedo que hacía la fricción de su mano contra la polla del chico, y de su pene entrando y saliendo de él con rudeza.

Con un último fuerte gemido Horacio dejo su esencia sobre la mano del ruso y su estómago, cerró sus ojos y pasó su mano por su frente, retirando el sudor que estaba en ella. Acercó su mano al rostro del ruso y retiró el cabello que estaba pegado en ella, quitandolo de en medio para poder ver su rostro de gozo, mordiendo su labio con fuerza y soltando gemidos. Soltó un jadeo ante el líquido caliente que lo relleno, Viktor trato de recobrar su cordura, inhalando y exhalando con cierta fuerza, su pecho subiendo y bajando. Saco su miembro del chico, se arrodillo un poco y, mirando el líquido escurriendo de su entrada lo tomó con su lengua, succionando un poco para tomar más, con una risa lo besó, escupiendo el líquido dentro de su boca. Horacio sonrió ante aquello, pareciendole un poco asqueroso y sensual, pero aún así lo tragó todo. Perez tomó también un poco de su esencia que yacía en su estómago y la embarró por las mejillas del ruso, haciéndolo reír pero después tomarla él con sus largos dedos y tragarla.

— Eres un asqueroso— Le dijo el menor mientras soltaba una ligera risa. Se recostaron juntos, dejó que Viktor le acariciara las piernas por un rato y después le volvió a pedir— Deja a tu esposa— Volkov lo miró, con una media sonrisa y besó su mejilla.

— Lo haré solo dame tiempo.

— ¿Tiempo para qué?— Se recostó encima de él y lo miró con detenimiento. Es que joder, era tan pero tan bonito, que el mundo se estaba perdiendo del verdadero arte.

— Tengo que pensar como hacerlo, no puedo llegar y decirle mira tal te dejo, firma el divorcio— Llevó sus manos a la espalda del menor y la acarició con delicadeza.

— En realidad si— Viktor sonrió.

— Lo haré, de verdad— Dejó otro besito en su frente y suspiró— Lo haré por ti, lo prometo.