ᵈᵃʸ ¹⁰•sᴏᴍɴᴏᴘʜɪʟɪᴀ• [Old!Joseph]

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Somnophilia:
 Es un tipo de parafilia en la cual la excitación sexual y/o el orgasmo son obtenidos al mantener relaciones sexuales con un desconocido cuando éste está dormido. Hay diferentes rangos, que pueden ir desde la mera excitación o la masturbación hasta la práctica del acto sexual con la persona que duerme.

Old!Joseph x Others
[Bottom!Joseph]

Era el día en que se hospedaron en el hotel. Cada uno por separado, o al menos en parejas, y esta vez a Joseph le tocó una habitación para él solo. Ellos pidieron las llaves de cada uno de los cuartos para casos de emergencias.

Después de tantos ataques de usuarios de stand ellos habían quedado más que precavidos. Ante cualquier hecho extraño se sobresaltaban. Todo ese estrés lo sufría incluso el vivaracho Joseph Joestar. De alguna forma u otra debía repercutir.

En la tarde era ese momento donde se sentía somnoliento. Justo ahora, reposando su cuerpo en la cama, sentía sus párpados pesados, ese hormigueo delicioso en su ser que le convidaba a que cerrara sus ojos. Y acudió a la necesidad de descansar un poco, dejando que sus párpados se dieran por vencidos.

Fue el momento del día en que ese cuerpo robusto se relajó sobre el colchón. Tan relajado que tenía la puerta sin cerrar. Jotaro le llamaría viejo olvidadizo, y en esta ocasión tendría razón.

Anochece, se había quedado dormido algo tarde, así que no transcurrió más de una hora y media cuando una sombra se colaba en la habitación. ¿Era de esos ladrones de turistas que acechaban a la mínima para saltar como viles aves rapiñas?

La presa de esa noche era Joseph, rendido en sueños. La sombra se mezcló con sus sueños. Era una pequeña sombra, era un usuario de stand que se había adelantado a sus planes. El usuario, un bebé. El stand, una figura que simulaba la parca misma.

Lo próximo que vieron sus ojos cerrados fue un mundo dentro del sueño. Era la habitación de un hotel que no conocía, la decoración de este se entremezclaba con la del hotel en el que se había hospedado.

—¿Eh?¿Este lugar es...?—

Le parecía algún tipo de broma de sus ojos, los frotó pero nada había cambiado. Lo único nuevo en ello eran unos sujetos, parecían no tener rostro. O este estaba cubierto por sombras. De cualquier forma, se acercó a uno de ellos y se le ocurre preguntar.

—Oye, ¿qué lugar es este?—

La figura de sombras entonces se gira y niega con una sonrisa espantosa, Joseph ve lo siguiente como un acto grosero, su cuerpo es empujado a la cama que adorna el centro de la habitación. Él por instinto inmediato va a incorporarse, mas muchas manos le anclan al lecho.

—¡OH NO!¡Esto...!¡Un usuario de Stand!—

El pensamiento fugaz casi instintivo le hace pensar en que es un enemigo, que venía a estancar el viaje. Esas mismas manos tienen uñas como garras que despedazan la firme tela de sus pantalones, la de su ropa interior. Esto parece una pesadilla, y lo es.

—¡Exacto!¡Esta es tu pesadilla! ¿O tu sueño? No parece disgustarte, Joooseph~—

Tal y como eran sus palabras, certeras, puesto que entre esas piernas potentes del Joestar, había más que su miembro: una erección que se podría decir que era involuntaria. Psicológicamente involuntaria.

El estar atrapado entre esas manos le afectaba de una forma inconsciente. Igual el no poder escapar, que todo fuera un sueño le daba la rienda suelta a sentirse más libre.

Una risa suya, entre desafiante y de gusto, se escuchó como respuesta a aquellos sujetos sombríos.

Ellos no hablaban, tan solo hacían más tensas sus manos, pellizcando con los dedos la piel tierna de sus muslos, trazando recorridos hacia la cara interna. Unas cosquillas deliciosas le hicieron apretar los labios, suspirar con estos cerrados.

—O...oye. Eres bueno, tienes habilidad...¡Pero nunca te diré dónde está mi nieto!—

Entonces parece que fue lo que colmó la paciencia del usuario, agitando como látigos las manos sobre la espalda. Joseph no podría creerlo pero su voz se quebraba con cada azote, que era como el de un amo castigándole. Su muy llamativo trasero no pasaba por desapercibido; siempre había resaltado para los ojos ajenos y ahora le tenía en desventaja.

Ardían sus nalgas, parecía un durazno encendido. Tenía esa necesidad de que un balde de agua fría cayese sobre ellas. Volteó a mirar lo enrojecido que estaba...de cierto modo no le disgustaba.

Aún no habló. Casi Joseph pudo escuchar al usuario gruñir con frustración.

Holy...shit...—

Dijo como anticipación, porque vio como en cámara lenta -para sus ojos-, una extremidad alargada aproximarse al inexistente espacio entre sus nalgas, se hizo camino entre ellas. La extremidad se frotaba como buscando aquel agujero.

En parte Joseph quería que lo hallase, movía esas caderas para ayudarle, ¡estaba tan desesperado que no le importaba humillarse para tener algo dentro! Ya fuera el enemigo, eso no le importaba ahora.

Sacó su mejor sonrisa a medida que se sentía que se expandía por dentro, satisfecho por estar lleno, fastidiando por completo al usuario que no se esperó nunca que Joseph Joestar fuese a disfrutar de algo como esto.

Estuvo un buen rato, siendo ultrajado su ano, su orgullo hecho pedazos desde el mismo momento en que su voz se rindió.

Ahora parecía aquellas muchachas de las películas pornográficas, emitiendo onomatopeyas idénticas, en su propia voz ruda.

"¡Oh...yes...!"

"¡Yes, yes!"

Right thereHarder!"

Todo eso podía ser escuchado de su boca, o no, cuando decidía morder sus labios para soportar un ritmo más rápido de repente.

No dudaba que la cama pudiese quebrarse en cualquier momento, lo que sí se preguntaba era cómo a pesar de lo seco que estaba su recto pudo aquello follarle con tanto ímpetu.

—¡Mi...mi nieto está en la habitación 39...!¡Hhm...!¡384!—

Habló cuando le amenazaba la voz del stand con no dejarle terminar.

—Buen chico...¡buen chico, Joseph Joestar!—

Y al comando de su voz le otorgó el permiso a Joseph de venirse, tal y como si le otorgara el permiso a su perro de alimentarse. Joseph daba las gracias entre llantos, ¡qué alivio! Siguió agradeciendo aún cuando el orgasmo le robaba el control de su piel que tiembla. Sus labios incluso se ven tiritando.

Lástima que lo recordará como un sueño húmedo solamente.

Jᴏᴇsᴛᴀʀ'ˢ☆ [κιиκτοϐєя] 2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora