CAPÍTULO 08

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Ese fue el pistoletazo de salida, que nos pilló por sorpresa y poco coordinados. A nuestro alrededor se oían «bips» provenientes de los buscas, que recibían sincrónicamente los mensajes de Alastair con las indicaciones de la prueba.

Encendí la linterna del móvil para salir de ahí hasta que divisé la puerta de entrada. No había ni rastro del señor que nos había dado la agria bienvenida, así que corrimos a trompicones y salimos al exterior, donde nos dimos de lleno contra una multitud ingente que, de pie, abarcando toda la plaza, estaba pendiente del tráiler de la nueva temporada de Penny Dreadfull, que emitían, en exclusiva, utilizando la blanca fachada de uno de los edificios que enmarcaban la todavía soleada y viva plazuela.

Fue entonces cuando divisé a los Assassins Traceurs haciendo parkour y utilizando cada obstáculo que se encontraban como una elongación de su propio cuerpo. Me fijé en Adrien, que utilizó una señal de tráfico para impulsarse y cogerse de ella como si fuera un mono. Nos habían sacado mucha ventaja de golpe.

Él dirigió su mirada hacia nosotros, y me saludó como si fuera un militar, después se impulsó hacia delante y se elevó casi un metro y medio por encima del suelo, para desaparecer entre la aglomeración caracterizada de héroes, villanos y personajes de todo tipo. Estaba muy en forma, no había ninguna duda.

Chloé chocó contra mi espalda y se quedó embobada mirando las imágenes del avance de la serie que empezaban a emitir para alegría de todos los seguidores, que gritaban como si vieran a su cantante favorito.

—Oh, Dios... Es Penny. Adoro a Penny.

—¡Céntrate! —le pidió Luka leyendo lo que indicaba el busca.

Los tres lo leímos a la vez.

Él dijo:

«Solo podemos ver poco del futuro, pero lo suficiente como para saber que hay mucho por hacer».

Lugar:

Piazza Antelminelli.

Santo y seña:

«Hay muertos muy vivos».


—Es Alan —dijimos los tres a la vez.

El primer personaje que debíamos encontrar sería el mismísimo Alan Turing, el padre de la informática que ayudó a descifrar Enigma, el código secreto de los nazis, y que con ello evitó que la Segunda Guerra Mundial se alargara. Aquella era una de sus famosas citas.

Estábamos participando en su concurso, una competición de cuya existencia la gente dudaba y que, sin embargo, Chloé, Luka y yo teníamos el privilegio de estar viviendo en esos momentos. De los tres, yo era la que menos ambiciosa me sentía, puesto que nunca había pensado en participar en algo así, ni tenía en mente ningún proyecto de futuro que supusiera una ingente inversión. Pero Luka y Chloé sí lo tendrían, sobre todo mi japo, cuya mente hervía siempre de buenas ideas. Así que quería ganar para ayudarlos, pero, en mi dominio interno, una parte muy femenina y muy oculta hasta ahora quería ganar para vencer a Adrien en su preciosa cara.

Debíamos movilizarnos hasta la Piazza Antelminelli, que no sabíamos dónde se encontraba, pero con ayuda del GPS la ubicaríamos inmediatamente.

Nos dirigimos a las bicicletas para ir pedaleando hasta allí cuando, al tomarlas y subirnos en ellas, nos dimos cuenta del primer inconveniente que podría retrasarnos y dejarnos los últimos del concurso: nos acababan de pinchar las ruedas.

Y me imaginé, sin más, que los Assassins Traceurs eran los responsables de que estuviéramos a punto de quedar fuera de competición.

Y odié a Adrien con todas mis fuerzas.

/ 01 / PROFUNDO DESAFÍO -(+18 ADAPTACIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora