¡Necesito fuerzas!

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Betty salió de sala de juntas y entró a su oficina.
_ Dígame papá..._

Don Hermes la miró serio, y comenzó a gesticular con las manos.
_ Mire señorita, no crea que porque ahora tiene novio me va andar saliendo todas las noches. Cómo ya le dije al doctor, las visitas se hacen en la casa, y en un horario decente. Una que otra vez podrá salir con mi permiso, pero yo veré a dónde me la llevan. ¡Cuidadito Beatriz Aurora con lo que hace en la oficina! Comportese con dignidad, y no le dé lugar al diablo. La mujer debe llegar pura y sin mácula al altar, ¿Entendió?!_

Betty rodó los ojos, respondiendo:
_ Si papá, ya deje la regañadera, vaya para la casa que mi mamá lo está esperando._

_¡Usted a mí no me dice que hacer! ¡Me voy cuando yo quiera! ¿O qué? ¿Está esperando que me vaya para salir corriendo a ver a su novio? ¡Cuidadito con andar besuquéandose delante de los empleados señorita! Acá usted viene a trabajar!! La espero está noche en la casa, tempranito, oyó?!_

Betty asintió sin decir más nada, ya que era la única forma en que se detuviera, así que una vez que su papá cerró la puerta, Betty suspiró aliviada, pensando en todo lo que le había dicho.
_ Pura y sin mácula... ¡Ay papá, si usted supiera!_
Luego se quedó pensando en todo lo que Armando había dicho sobre su entrevista de trabajo.
_ ¿Cómo así que vió algo especial en mí desde el primer día?_

En ese momento interrumpieron sus pensamientos las muchachas, que apenas vieron a don Hermes montarse en el ascensor corrieron a donde ella se encontraba para saber cómo le había ido. Abrieron las puertas y asomaron sus cabezas entre las hojas.
_Quiubo mija, vimos que ya se desocupó y vinimos a ver qué pasó... _
Dijo A. Maria.

_ Ay si Betty! Ya no aguantamos más sin saber que pasó! ¡Estamos famélicas de chisme! ¡Y es que usted nos ha tenido en ascuas toda la mañana mijita!_
Agregó Bertha, con una expresión de sufrimiento, mientras masticaba una tortita de queso.

_ Ay muchachas que pena, pero les va a tocar esperar, pues no puedo atenderlas en este momento._

_ ¿Cómo así que no puede Betty? ¡No nos puede dejar otra vez con la intriga!_
Se quejó Sofía.

_ Es que el doctor me está esperando muchachas. Dejemoslo para después, bueno?._

_ Si mijita, vaya tranquila, y no haga esperar al doctor._
Dijo Inesita, para luego voltearse a ver al cuartel, diciendo:
_ ¡Pero por dios niñas! ¿No ven que Betty está ocupada? ¡No sean atrevidas!_

Todas se encogieron de hombros, y Betty aprovechó el momento para preguntar:
_¿Vieron si doña Margarita ya salió?._

_ Si Betty, ya se fue ¿Porqué? ¿Acaso quiere hacer cositas con el doctor?_
(Bromeó Aura María con una sonrisa pícara)

_ ¡Pero por dios niña! ¡Cómo le dice esas cosas a Betty!_
Dijo Inés.

_ Tranquila Inesita, yo ya estoy acostumbrada a los comentarios de Aura María._
Contestó Betty muy seria.

_ Ay Betty perdón, es que a veces se me olvida que usted es la presidente, y yo sólo su secretaria._
Dijo Aura María apenada.

_ No diga bobadas Aura María, y póngansen a trabajar. Después hablamos._

Cuando salieron todas, Betty se acercó a la puerta de sala de juntas, y antes de entrar golpeó.

(Narrado por Armando)

Golpearon la puerta e imaginé que era Betty, mi Betty...
_ Siga _
Contesté ansioso, pues por fin la tendría para mí sólo.

La puerta se abrió, y definitivamente entró ella, la mujer que se había adueñado de mi corazón.

Una nueva oportunidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora