Una nueva oportunidad

La mujer de mi vida

Mientras Marcela relataba la historia de Betty, y lo sucedido con la bolsa de detalles, Armando viajó fugazmente, al día en que ella se había ido de la empresa. Recordó cada palabra de aquella charla que había mantenido con Mario, y lo que Betty había podido llegar a oír. Rememoró el trato que su ángel había recibido de parte de los miembros de la junta, y lo que seguramente venía asimilando, después de leer esa carta siniestra.

Recordar lo conmovió profundamente, pues a pesar de todo lo que había tenido que padecer por él, ella había tratado de evitar hundirlo ante Marcela. Con todos los motivos habidos y por haber para odiarlo, Betty había intentado llevarse la bolsa, para que él pudiese casarse, y ser feliz.

Enterarse de aquello no sólo lo conmovió hasta las lágrimas, sinó que además generó sentimientos encontrados en él.
Por un lado volvía nuevamente el dolor y la culpa por todo lo que su ángel había padecido por sus errores, pero también sentía que el amor por ella, crecía más y más. Definitivamente reafirmaba lo afortunado que era, al tener a su lado a alguien a quién nunca merecería, pero un sentimiento que lo atormentó también, fue el temor a perderla. ¿Betty sería capaz de superar un pasado que demostraba ser peor de lo que él creía?

Cuando entró en la oficina, y la vió con su mirada apenada, deseó decirle muchas cosas, pero entendía que no podía. No quería remover el pasado doloroso que apenas estaba superando, así que por ahora sólo podía callar.

La tomó del rostro y la miró con amor.
_¡Te amo tanto, mi vida, eres la mujer de mi vida, y me siento tan mal contigo!_

Inmediatamente terminó de decir aquellas palabras, sus ojos se vidriaron, e intentando contener las emociones que lo desbordaban, la besó con angustia.

Betty no entendía bien que pasaba, pero esos besos le erizaban la piel, le transmitían amor, pero también un dolor profundo, así que confundida lo detuvo, y con dulzura pregunto;
_¿Pasa algo doctor? ¿Se siente mal por lo que pasó? Entiendo que tuvimos un altercado, pero no fue tan grave como para que se ponga así... Al menos por mi parte, ya está todo bien._

Armando le acarició dulcemente el rostro, y con los ojos vidriosos contestó:
_ Yo sé que crees que no fue tan grave lo que dije, pues eres un angelito, dulce y bueno. Pero después de todo lo que te he hecho, no tengo derecho a tratarte como lo hice, ¿Podrás perdonarme otra canallada más?._

Betty sonrió, negando con la cabeza.
_ Claro que sí mi amor, no espero que sea perfecto, y entiendo que no quiso decir lo que..._

_ ¿Cómo me dijo doctora?_
Interrumpió él, con una sonrisa, y los ojos brillantes.

Betty acarició su rostro, contestando:
_ Le dije mi amor... _

_ ¡Ay mi vida, me encanta que me llames de esa forma!_

(Ella lo había hecho con intención de robarle una sonrisa, ya que lo notaba demasiado angustiado)

_ Vea doctor... perdón, mi amor...
(se corrigió con una sonrisa, haciéndolo sonreír también dulcemente) Vea mi amor, creo que sería importante que aclaremos las cosas con respecto a mi viaje, pues quiero que se sienta seguro con respecto a mí._

Armando en realidad se sentía afectado por la charla con Marcela, pero no podía negar que ese viaje también lo molestaba, así que le pareció bien que Betty quisiese hablar de ello.

Salieron de la antigua oficina de Betty, y se sentaron en el sofá para hablar...

Armando tomó su mano y la entrelazó con la de él, y mientras ella hablaba, él se llevaba esa mano a la boca, para besarla y acariciarla con su dedo pulgar.

_ Vea doctor, yo quiero que hablemos de lo que siente o le preocupa con respecto a mi viaje, pues no quisiera que fuese un problema entre nosotros, quisiera que podamos llegar a un acuerdo..._