Una nueva oportunidad

"La rivalidad entre Daniel y Armando."

Betty regresó a Ecomoda con un paquete de comida, y algo preocupada. Armando no solía almorzar cuando estaba tenso, y ella imaginó que la charla con Roberto no había sido fácil.
Ese hombre que, a veces se comportaba de manera implacable ante la gente, se convertía en un niño asustado, en la presencia de su padre. Y si alguien conocía esa relación, era Beatriz, su confidente. Ella sabía bien cómo afectaban a Armando "las conversaciones" con su padre, y había caído en cuenta de la preferencia que Roberto tenía por Daniel Valencia.

Los nervios de Betty antes de irse al LeNoir, no eran precisamente por lo que pudiese decir Roberto de ella, sinó por lo que causaría esa conversación en Armando, su novio, que aún estaba demasiado herido.

_ Buenas tardes doctor _
Dijo Betty, observando el vaso de whisky en su mano, y su mirada perdida.

Cuando él la oyó, inmediatamente salió de sus cavilaciones, y acercándose a ella con una sonrisa, la abrazó.
_¡Hola mi amor, no sabes cuánto te he extrañado!._

Betty sonrió tímidamente, y coló sus manos por debajo de sus axilas, mientras recostaba el rostro en su pecho, y susurraba:
_ Yo también doctor..._

Así se mantuvieron por un momento, y cuando se soltaron, Betty lo vió con dulzura.
_¿Está todo bien doctor?_

Armando asintió.
_ Si, Ahora que estás conmigo, sí._

Betty entonces, mirándolo a los ojos y acariciando sus mejillas preguntó:
_¿Está seguro?_

Armando, fingiendo una sonrisa contestó;
_ Claro que si mi amor, pero ¿A ti cómo te ha ido? Cuéntame._

Betty que lo conocía, entendía que algo andaba mal, pero al notar que no quería hablar de ello, tomó la bolsa que había traído, y mientras la abría, contestó:
_ Bien doctor, muy bien. Tengo mucho que contarle..._

_¿Qué tienes ahí, mi amor?
Preguntó Armando, viendo que ella sacaba cosas de un paquete.

_ Ah, traje algo de comer, para usted..._

Armando sonrió con ternura, para luego ver que Betty tomaba una rosa de otro paquete, la colocaba en un pequeño florero, y la acercaba a él.

_ ¿Y eso?_
Preguntó, mientras se le iluminaba el rostro, con una hermosa sonrisa.

Betty siguió acomodando las cosas, mientras respondía:
_ Para usted también, un detalle, aunque sé que no es tan elegante como la de Adriana Arboleda..._

Armando la tomó por la cintura, y mientras la jalaba hacia sus piernas, respondió con una sonrisa :
_ Está me gusta más, mucho más..._

Betty rió divertida, sentada en sus piernas, y él la besó lentamente, profundizando en su boca con suavidad, acariciando su espalda con dulzura, y aferrandose a ella.

_ Cuando estoy contigo nada importa, tú me devuelves la paz, ¿Sabes?_
Susurró Armando, abrazándola con amor.

Ella acarició suavemente su espalda, luego se separó, y lo tomó del rostro.
_ Yo siento lo mismo a su lado, pero ahora vamos a comer, pues estoy segura que usted no almorzó._

Armando sonrió, negando con la cabeza, mientras Betty acomodaba una silla, junto a él, y se sentaba en ella.

_ Le traje algo llamado quiché Lorraine, ¿Lo conoce? (Armando asintió con la cabeza, mientras se pegaba a ella, y besaba su cuello) ¿Y le gusta? (Armando volvió a asentir sin dejar de besar el lóbulo de su oreja, causándole cosquillas.) Qué bueno, porque usted sabe que no soy experta en comidas._

Armando entonces abrazándola de la cintura, finalmente la jaló hacia él, y la volvió a sentar en sus piernas, mientras besaba su cuello.
_ Gracias mi vida (beso) eres (beso) la mujer (beso) más divina (beso)_