Esperanzas, decepciones.

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En la oficina de Betty...

_ Sé que fue una decisión acertada la que tomé con respecto a las modelos, pero no pensé que generaría tanto revuelo, no sé cómo va a reaccionar don Hugo cuando se entere. Espero no depare en más problemas con él, pues nuestra relación ya es demasiado complicada sin ello..._

_ Tranquila, mi amor, no creo que haya problemas con el imbécil ese, pero de ser así podemos buscar a alguien que lo reemplace, hay diseñadores mucho mejores en Colombia, y sé que estarían felices de trabajar con nosotros ._

Betty exhaló pesadamente, y respondió:
_ Yo sé que sí, pero no creo que sea el momento para tomar ese riesgo, todavía le falta un tiempito a la empresa para quedar libre de deudas, y los diseños de don Hugo generan buenos ingresos, cambiar ahora sería un problema. Aparte me preocupa que pueda salir a decir algo de la empresa para desquitarse de mí, Ecomoda está recuperando su imagen, y no quisiera que se vea perjudicada por sus comentarios_

_ Ve mi amor, todavía no sabemos si Hugo va a seguir diseñando para Ecomoda, por ello creo que lo mejor es que busquemos un reemplazo, y aprovechemos ésta situación para salir de él, pues francamente, no soporto más sus infulas de diva, sin contar con lo que hizo en el lanzamiento..._

_ Sé que lo que hizo fue grave doctor, pero creo que en realidad no midió las consecuencias de sus actos. Es que el odio que siente por mí, no le permitieron razonar en que podía deparar su renuncia pública..._

_ ¡¿En verdad crees que no lo sabía?! ¡Ese cretino es un calculador, mi amor! Él sabía bien lo que hacía, pero no le importó porque es una rata egoísta, desleal, que prefirió hundirnos a todos, a reconocer que tus ideas son maravillosas!_

_ Yo sé doctor, pero no lo logró, las estrategias de venta y la novedosa colección se lo impidieron, él mismo lo reconoció finalmente... Concuerdo con usted, en que debemos buscar otro diseñador para estar preparados por si él decide no regresar, pero sigo creyendo que no es el momento para salir de él de ser posible, al menos hasta que la empresa esté libre de deudas, y más estable._

Armando exhaló pesadamente, para luego acercarse a ella, tomandola por la cintura.
_ Está bien mi amor, no discutiré contigo por ese imbécil, no estoy de acuerdo con que el cretino siga trabajando aquí, pero te apoyaré en lo que decidas. Si quieres, puedo encargarme de ir buscandole un reemplazo, yo mismo._

Betty asintió con una pequeña sonrisa, y tímidamente, respondió:
_ Estoy de acuerdo, doctor, no hay nadie mejor que usted para esa tarea, ¿Pero le parece si esperamos una semanita más? Puede que don Hugo se comunique en los próximos días, y si lo hace, sabremos que decisión tomar._

Armando negó con la cabeza, mientras esbozaba una sonrisa, y contestaba:
_ Está bien, doctora Pinzón, esperare unos días si es lo que quiere, pero sólo si me promete no preocuparse más, y además me regala uno de esos besos que me vuelven loquito._

Betty sonrió tímidamente, y mientras se abrazaba a su cuello, respondió:
_ Está bien, doctor Mendoza, se lo prometo._

Armando, sonriendo, la estrechó con firmeza contra él, y luego de unos segundos de besarse intensamente, Betty se separó suavemente de él, con la excusa de tener que realizar una llamada que le quedó pendiente.

_ ¡Pero mi amor, puedes llamar más tarde! Conmigo también tienes algo pendiente... ¿Recuerdas que estábamos haciendo antes del lío con las modelos?_

Betty sonrió tímidamente, respondiendo:
_ Recuerdo que estábamos hablando acerca de la gran cantidad de trabajo que tenemos por hacer, doctor_

Armando sonrió, mientras negaba con la cabeza, y luego de darle un pequeño beso, dijo:
_No señora, eso no es lo que estábamos haciendo... ¡Vea que le va a crecer esa naricita tan divina que tiene, ah!_

Una nueva oportunidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora