Una nueva oportunidad

Una mujer especial

Dejando atrás toda la situación con Karina Larson, Armando y Betty almuerzan conversando, e intercambiando bocados.
_ ¿Doctor puede comunicarse con doña Marcela?_

Armando deja los cubiertos, limpia su boca con una servilleta, y responde:
_ Ay mi amor, con todo lo sucedido lo olvidé. No se preocupe que la llamo ya mismo _

Un rato antes en la empresa...

Marcela había llegado a Ecomoda algo más calmada, trayendo un paquete en sus manos, y dispuesta a hablar con Patricia acerca de lo que le aquejaba. Antes de la hora del almuerzo la había encontrado mal, tendida sobre el escritorio y llorando. Como su estado en ése momento, tampoco era el mejor, no había tenido ganas de averiguar que le estaba pasando, mucho menos de llevarla a almorzar con ella. Por ello sólo se había limitado a informarle que salía a almorzar, fingiendo no darse cuenta de que le sucedía algo.

Al regresar, Patricia aún seguía tendida sobre el escritorio, con los ojos llorosos, y pañuelos descartables desparramados a su alrededor, entonces Marcela frenando su paso frente a ella, preguntó:
_ Patricia, ¿Hay algún mensaje para mí?_

Patricia se limpió la nariz con un pañuelo, y con los ojos llorosos, respondió:
_ No Marce _

Marcela entonces exhaló pesadamente, y luego agregó:
_ ¿Puedes venir a mi oficina?_

Patricia se limpió nuevamente la nariz, y asintiendo se puso de pie, mientras respondía:
_ key Marce._
Luego tomó otro pañuelo, y fue trás ella.

Entraron en la oficina, y luego de que Marcela dejara su cartera, y pusiera un paquete sobre el escritorio, se sentaron.
_¿Que te está pasando Patricia? ¿Porqué estás así?_

Patricia agachó la cabeza, mientras respondía:
_ Nada Marce... _

_ No te entiendo Patricia, apenas esta mañana estabas feliz con que el tontarrón ese, te hubiera regalado su carro y su celular, ¿Y ahora te encuentro en estas?._

Patricia levantó la cabeza, y viéndola con los ojos vidriosos, contestó:
_ Se los devolví Marce..._

_ Ah, ya veo, ahora comprendo tu malestar..._

_ ¡No seas así Marcela! ¿Ni siquiera en este momento puedes condolerte de tu amiga? ¿No ves que estoy sufriendo?_
dijo sollozando.

Marcela respiró profundo, tomó el paquete que había dejado frente a ella, y se lo entregó, diciendo:
_ Toma, te traje Lasaña del Medallón..._

Patricia se secó las lágrimas, mientras abría los ojos grandes, y haciendo una leve sonrisa, preguntó:
_ ¿Para mí Marce? (Marcela asiente con la cabeza) ¡Ay Marce, gracias! ¡Que buena amiga eres! ¡No sabes el hambre que tenía! ¡Me tocaba seguir haciendo la dieta del agua! ¡Y las dusssgraciadas esas burlándose de mí! ¿Puedo comer aquí? No quiero comer en la cafetería, ¡Esas brujas me odian! No quiero comer sola en mi escritorio. Puedo quedarme contigo? Please?! Please, please!_

Marcela rodó los ojos, respondiendo:
_ Ay Patricia, está bien! ¡Pero en silencio! ¡Necesito tranquilidad, oíste?!_

Patricia asintió, mientras se acomodaba en la silla frente a ella, abría el paquete, y comenzaba a comer. Luego de unos minutos de sólo escucharse los movimientos del almuerzo, viendo a Marcela escribir notas en un cuaderno con mucha seriedad, como de costumbre, comenzó a indagar a su amiga, con uno que otro bocado en la boca.
_ ¿Morce tu sobes porque el gorfio no sé foe de la ompresa?_
Preguntó con la boca llena.

Marcela rodó los ojos, imaginándose que sería imposible no contarle, sabiendo que la volvería loca con preguntas, hasta no saber toda la verdad, así que luego de exhalar pesadamente, y con algo de fastidio, respondió viéndola a los ojos:
_ Yo le pedí que no se fuera._