Kuroo miraba desconcertado a su amigo, se levanto de la cama y se dirigió a la ventana, desocupo una silla que tenía Kenma en su escritorio y se sentó mirando en dirección a la calle, Kenma se encontraba con los ojos cerrados intentando dormir, pero el ver que Kuroo no se marchaba lo comenzaba a poner nervioso, giraba de un lado a otro en su cama tratando de conciliar el sueño, pero le era completamente imposible.
- Kenma, ¿Te ocurre algo? – preguntó Kuroo mientras se levantaba de la silla y se recostaba al lado del chico.
- ¿Acaso No piensas volver a tu casa? – respondió cortante el chico mientras nuevamente se giraba para darle la espalda.
- Pues no, Dormiré aquí el día de hoy, después de todo lo que ha ocurrido lo considero necesario. –
Kenma rodó los ojos y siguió en la misma posición que antes. Mientras pasaban los minutos Kuroo sentía los ojos cada vez mas pesados, el chico se giró buscando a Kenma con la mirada, pero lo único que logró ver fue la espalda del muchacho, se acerco a el y delicadamente intento abrazarlo, pero Kenma se alejó.
- Kuroo, por favor si vas a dormir aquí, déjame tranquilo. – dijo Kenma de manera cortante y Luego de un rato de silencio entre los chicos, ambos poco a poco fueron quedando dormidos.
Kuroo despertó de golpe al oír gritos que provenían desde la planta baja de la casa de su amigo, el chico rápidamente se colocó sus zapatos y bajó las escaleras encontrándose con una terrible escena.
- Kozume, Hijo, por favor debes comer algo, No puedes seguir así. – dijo la madre de Kenma entre llantos mientras agarraba la muñeca de Kenma.
- MAMÁ SUELTAME, ME DUELE. – respondió Kenma intentando zafarse del agarre de su madre.
Kuroo abrazaba a su madre que se encontraba soltando un par de lágrimas ante la situación por la que estaban pasando 2 seres queridos de ellos. Entre llantos Kenma se fue soltado del agarre de su madre, pero el chico cayó de rodillas al suelo sujetando su brazo, Kuroo se acercó y se agachó quedando a la altura de Kenma.
- Kenma, vamos, por favor comamos algo antes de ir a la escuela. – dijo suavemente el muchacho mientras acariciaba la cara del menor.
Kenma levantó la mirada encontrándose con los ojos de Kuroo, simplemente asintió suavemente con sus ojos llenos de lágrimas, el mayor volteó y le asintió a la madre el chico suavemente. Ambos muchachos se sentaron en la mesa y Kuroo cogió un tazón de yogurt con una cuchara pequeña para comenzar a ayudar a Kenma a comer un poco, Kenma dirigía miradas de asco a la comida que se encontraba en la mesa mientras en su cabeza comenzaba a contar las calorías que consumiría si esa comida entraba por su boca, el muchacho se giró y escondió su cabeza en el cuello de Kuroo que se encontraba sentado a su lado.
- Kuroo, no quiero hacer esto- susurró el chico. - por favor no me obligues. –
El pelinegro miraba con tristeza a su amigo, pero el sabía que Kenma debía consumir por lo menos algo de comida para poder mantenerse de pie.
- Kenma, mírame- el chico puso sus manos en las mejillas de Kenma haciendo que este lo mirara. – Necesito que comas algo, si no lo haces podrías colapsar y desmayarte en algún lugar, vamos a hacer esto juntos.
Kenma simplemente lo miró y Kuroo cogió un poco de yogurt con la cuchara y la acercó a la boca de su amigo, este la rechazó completamente pero poco a poco comenzó a consumirlo. En total fueron 4 cucharas de yogurt fue lo que le recibió porque todo lo demás lo rechazo tajantemente, Para la madre de Kenma eso era bastante en comparación con lo que el chico estaba consumiendo.
- Ves Kenma, así se hace. – el chico le dio una suave sonrisa al menor y dejó el tazón sobre la mesa para acto seguido levantarse e ir a hablar un poco con su madre.
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Ojos de tristeza | Kuroken | Kenma |
FanfictionKuroo y Kenma se conocieron cuando tenían 5 años y desde entonces siempre se han acompañado. Ahora cuando Kenma tiene 17 años es cuando más se necesitan pero es cuando más alejados se encuentran. Kenma dejó el voleibol y Kuroo últimamente se encuent...