Dieciseis

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El silencio reinaba en la sala y Louis se encontraba descansando boca arriba sobre el piso. Los moretones desparramados por todo su cuerpo no lo ayudaban en encontrar una posición muy cómoda así que se removió y retorció varias veces hasta que pudo sentirse lo menos incómodo posible. Una voz por detrás lo sobresaltó haciendo perder su enorme trabajo de postura.

–¿Todavía te duele?

–No, Liam, estoy desparramado en el piso como bicho muerto por pura diversión.

–No entiendo por qué no dejas que Niall te ayude, sabes perfectamente que con un simple masaje, el dolor podría irse.

–Si fuera tan fácil ya lo hubiera hecho, el jefe me tiene obligado a sufrir diciendo que el dolor forja el carácter. La última vez que Niall me ayudó me terminé ganando cinco patadas en las costillas y un hematoma en el ojo.

–Esto es injusto, no entiendo por qué se las agarra contigo siempre, deberíamos poder hacer algo.

Esas palabras quedaron retumbando en la cabeza del castaño. No, no era posible hacer algo al respecto, estaban destinados a estar presos de aquellas maldades. Injusticia, seguramente era la palabra que encajaba a la perfección con la situación, pero por más que le pese no podía hacer nada, solo aguantar cada golpe, moretón y maltrato hasta que el destino lo decida.

–No te ilusiones, por nosotros no podemos hacer nada. Canaliza esos deseos en intentar ayudar a que nada de esto le pase a nadie. Igual mira el lado bueno, estos moretones hacen una macnifica obra de arte, el rojo y violeta combinan con el bellísimo azul de mis ojos– Dijo sarcásticamente, tratando de aliviar un poco el ambiente.

–Extrañaba tu optimismo– Respondió con una sonrisa–. Cambiando de tema, ¿viste a Zayn por alguna parte? Lleva toda la mañana desaparecido.

–Creo que el jefe lo llamó por la mañana, supongo que debe ser uno de esos días en el que se despierta con ganas de masacrar a uno.

El silencio volvió a reinar en la sala, las palabras estaban de más en ese momento. Ambos sentían una enorme impotencia y sabían perfectamente que no podían descargarla de ninguna manera.

Louis comenzó a apretar los puños, nuevamente perdiendo el control.

–Tranquilo, Lou. Tus ojos están empezando a cambiar, necesitas tranquilizarte.

El azul de su apariencia comenzó a tornarse violeta.

–Últimamente no se controlarlo– Se frotó los ojos con sus dedos, tratando de buscar una manera de volverlos a la normalidad– No me gusta admitirlo pero creo que es por Harry.

–Entonces mantente alejado, así de fácil– Respondió una voz autoritaria por detrás.

La persona que tanto daño les hacía estaba justo a sus espaldas. Ni siquiera tuvieron que darse vuelta para saberlo, conocían la voz a la perfección.

–No sé de que está hablando señor, nos mantuvimos todo el tiempo alejado del sujeto como usted lo indicó hace un tiempo– Liam tomó la palabra, aún dándole la espalda, sin el valor para voltearse.

–Eso no es lo que escuché recién.

–No estábamos hablando de ese Harry señor, estábamos hablando del perro de la otra vez.

–Escuchen, pareceré tarado pero no lo soy. Dense la vuelta, que es de mala educación que me estén dando la espalda.

-Usted nos educó- Susurró Louis lo más bajo que pudo mientras que se giraba sobre su eje para hacer contactacto visual.

Al darse la vuelta se encontraron con un Zayn amoretonado de rodillas en el suelo al lado de aquel hombre, una situación bastante más común de lo que les gustaría.

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