–¿Harry? ¡Despierta!
Sus ojos se abrieron lentamente, pero se vio obligado a cerrarlos de nuevo en presencia de la luz. Parpadeó un par de veces para acostumbrarse a la iluminación, y buscó con la mirada a la persona que lo nombraba.
–Por fin despiertas, ¿qué dice la nota? Caíste al abrirla.
Aún estaba un poco mareado, pero al sentir el papel entre sus dedos pudo recuperar parte de su consciencia. Lo abrió nuevamente, y leyó atentamente lo que decía. No había mucho contenido, simplemente una oración de diez palabras que le pusieron los pelos de punta.
"Terminarás mal si sigues husmeando donde no te llaman, Harry"
Tenía muchas preguntas en mente, pero lo que más abundaba eran teorías. ¿La nota la habría puesto el joven de ojos soñadores? O tal vez, sólo se trataba de una trampa para su yo pequeño. Recordaba las escenas del sueño, habían puesto cinco notas, uno por cada niño. Sin embargo, él no tenía garantía de que haya sido realmente así. Podría haber sido una intervención de su mente, un falso recuerdo guiado por sus deseos. O simplemente, cuando había dejado de ver, podrían haber tomado las notas e intercambiarla por la que tenía en manos, con la idea de que el Harry pequeño no podría con su curiosidad, y lo terminaría abriendo más pronto de lo acordado.
Inmediatamente, sus pensamientos tomaron otro rumbo. Una nota. Tan sólo eso fue necesario para bajarle la presión. No habían razón para caer de aquella manera. No era una persona fácil de impresionar, tenía contado con los dedos de la mano la cantidad de veces que se había desmayado a lo largo de su vida. Dos veces, aquella fue la tercera. ¿Cuál era la probabilidad de desmayarse por una nota tan simple? No es como si lo hubieran amenazado de muerte.
–¿Quién te puso eso? Harry, no quiero que te sigas metiendo en estas cosas si te van a andar amenazando. Te voy a buscar algún caso de los que te gustan, paranormales y sin resolver como los que quieres, pero déjalo así.
–No me voy a dejar intimidar por una simple nota anónima. Cuando me anoté en la carrera sabía que cosas así podían pasar, no voy a dejar que me ganen así de fácil. ¿No crees que si alguien lo está ocultando, es porque, evidentemente, algo malo está siendo ocultado? Debo destaparlo.
–Sé que no quieres mostrarte débil, pero por una vez, solo por una vez, deja de lado tu orgullo y hazme caso. Te juro que te voy a buscar otro caso, uno mucho mejor que éste, pero por favor, mantente lejos de este caso.
Harry frunció el seño, no quería dejar así de fácil la desaparición, pero tampoco quería ver a su madre preocupada constantemente por él. Los segundos parecieron eternos, meditando fugazmente sus opciones. Se decidió, entonces, por asentir y subir las escaleras para encerrarse entre las cuatro paredes de su cuarto que le brindaban confort y seguridad, la suficiente como para poder pensar.
Cerró la puerta y apoyó su espalda en ella, dejándose caer lentamente. Cuando llegó al piso se acurrucó lo más que pudo y dejó que una lágrima traicionera saliera. Con los meses se había vuelto una persona bastante sensible, parecía que las hormonas adolescentes se habían decidido por atrasar su alboroto y explotar a lo largo de las últimas semanas, en un desorden emocional anormal para su edad.
La verdad era que no quería preocupar a su madre, pero tampoco quería dejar atrás el caso, había prometido dar lo máximo de él. No podía ceder ni dejar ver ni una pizca de la cobardía que amenazaba por salir del escondite que él tanto reprimía. Porque sí, evidentemente la amenaza se había colado en su mente y había pasado directo a la parte de las inseguridades. Le temía, era débil. Pero aquella debilidad no debía hacerse notar, o por lo menos no en el exterior. No debía mostrar ni una pizca de duda.

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Sujeto Experimental.
FanfictionHace quince años había ocurrido una extraña desaparición de cuatro pequeños de cinco años de edad. Harry Styles, un joven alumno de la facultad de periodismo, se interesó en el extraño caso. Aprovechando que la justicia decidió dejarlo de lado por f...