Extra

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Louis se encontraba en la concesionaria de autos, el lugar era muy estrecho y eso lo hacia sentir un poco agoviado. Sin embargo, logró recomponerse antes de entrar al cubiculo que le traía malos recuerdos por lo similar que era en comparación al de su antiguo hogar. 

Un señor de traje negro y muy caro le dió la bienvenida y lo invitó a tomar asiento frente a su escritorio. El ojiazul asintió con la cabeza por cortesía y se dirigió hacia en asiento. 

–Señor Tomlinson, notamos que el modelo, color y accesorios que incluye su pedido superan los trecientos mil dolares, pero su ingreso monetario no alcanza ni el diez porciento del precio que se necesita para fijar la cuota, digame ¿Pedirá un prestamo tan grande al banco? El porcentaje que el banco le puede proporcionar alcanzarian nada mas para tener lista la primera cuota, pero la deuda que tendria entre el banco y el auto lo llevaría a la ruina, si quiere le puedo ofrecer otros modelos mucho mas accesibles como para que pueda llegar a pagarlo.

Louis comenzó a negar con la cabeza, una media sonrisa a penas se podia percibir por la curbatura de su comisura derecha. 

–Estaba pensando en que usted, siendo el señor tan amable que es, seguramente accedera a darme un pequeño descuento...

El vendedor acomodó sus anteojos mientras que lo miraba con desconfianza. En un suspiro tomó una calculadora de su derecha y una pequeña pila de papeles que se encontraban debajo. Comenzó a ojear entre las palabras de los contratos, anotanado numeros y haciendo cuentas con la maquina para evitar algun error.

–Lamento decirle que el descuento que requeriría sobrepasa los limites que tenemos permitidos para descontar, y si fuera asi tampoco estamos autorizos a rebajar mas del dos porciento de la cuota.

–Pero podría hacer una pequeña excepcion, prometo conseguirle el dinero si accede a rebajarme la pequeña suma que tengo en mente.

El señor suspiró frotandose la sien, ya habia entendido que era uno de los clientes dificiles de convencer, de aquellos que tienen un objetivo y no piensan dar el brazo a torcer hasta conseguirlo.

–¿De cuanta plata estamos hablando cuando me dice "una pequeña suma"?– Respondió finalmente, haciendo comillas con sus dedos.

–Oh nono no es mucho, solo unos... ¿Doscientos?

–¿Doscientos?– Preguntó impresionado, sin creérselo del todo.

–... Mil

–¿¡Doscientos mil dólares?!

El señor se levantó de su asiento y apoyó sus manos en la mesa de forma tal que se le marcaban las venas más de lo normal. La expresión de horror que tenía era digna de una foto, normalmente se reiría como lo había hecho en las muchas absurdas propuestas que recibía, pero aquello que oía ya le parecia descabellado. Se levantó y Louis entendió el gesto, lo estaba hechando. En un suspiro, él tambien se paró y siguió su dirección, por delante del señor que lo estaba guiando con sus brazos para cerciorarse de que no vuelva. Al llegar a la salida de la concesionaria Louis rodó los ojos antes de volver a dirigir la palabra.

–Seamos personas civilizadas señor, sé que fui muy descarado preguntando por un descuento y mucho mas de esa suma de dinero, quiero que sepa que comprendo mi error y le prometo que volveré otro día con una opcion mas accesible para mí.

El mayor aún lo miraba con desconfianza, su mirada recorrió todo su cuerpo en busca de alguna señal, algun movimiento que le demuestre que estaba bromeando o que le estaba mintiendo, pero no divisó nada, todo parecía ser sincero. Con un pequeño asentimiento con la cabeza, aun con las cejas retraidas debido a la desconfianza, le extendió la mano que Louis aceptó gustoso.

Sujeto Experimental.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora