CAPÍTULO 7

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César sintió la tension de la que fue victima Victoria, así que pensó que tal vez no fue buena idea sugerirle semenjante cosa tan pronto, era consciente que estaba conociendo a una Victoria que aunque lo intuía jamás había visto, y pedirle que le diera su trasero era como presionarla mucho.

Así que siguió besando su cuello, tratando de destensionar el ambiente, y volverlo meramente erótico, pero sentirla a ella aún de espaldas, retregando sus nalgas por su miembro no es que ayudará de a mucho.

-Si.

Fue escucharla para que todo su cuerpo entrara en ebullición total, quizá lo había imaginado.

-¿César? Si...

Victoria se dio la vuelta y lo tomó del cuello para besarlo suavemente, sentir su aliento fresco contra el suyo era magnifico, le encantaba besar a César, sin necesidad de pastillas de menta, su boca siempre tenía un sabor a fresco.

Referente a la pregunta de César, no podía negar que le daba un poco de nervios, y no porque creyera que César no la fuese a cuidar, era mas bien por su tamaño.

-Quiero entregarme completa a ti, César, pero no te voy a negar que me da un poco de temor.

-Nunca haría nada que te hiciera daño, Victoria.

-Yo lo se, por eso te digo que si, quiero sentirte dentro de mi por todos los lugares posibles.

César gruñó, eufórico por eso, él también quería marcarla por todos lados como suya, como su mujer.

-¿lo has intentado alguna vez? - Preguntó él, besando su garganta y llevando una mano a la unión entre sus piernas.

Victoria negó y trató de relajarse, lograndolo rápidamente cuando sintió dos dedos de César entrando en su estrecha cavidad vaginal, mientras sentía como con la base de la mano restregaba delicadamente su clitoris enviando llamas ardientes por todas las terminaciones nerviosas de su cuerpo.

Aunque ya mas relajada estaba esperando ansiosa la invasión de César a su pequeño agujero fruncido, cosa que no llegó.

-César, te dije que si...

-Ya lo se...- Respondió él tranquilamente besando el espacio entre sus senos.- ¿Te he dicho alguna vez lo mucho que me gusta besarte entre tus senos?

-No.

No pudo decir nada mas, sus dedos empezaron a raspar de manera continua y perfecta su clitoris, y sus labios mamando de su pecho como si se le fuera la vida en ello.

Sintió una ola de placer empezar a invadir su cuerpo y su mente, intentó cerrar las piernas  pero César se lo impidió ubicandose entre ellas, colocando su boca junto a sus dedos para chupar toda muestra de su orgasmo, provocando que Victoria sintiera enloquecer al sentir su barba incipiente y rasposa rozar sus clitoris y los alrededores.

-Ahora.

Como si ella estuviese esperando su orden, llegó a la cima y se partió en mil pedazos, soltando un gran gemido que inundó el silencio que rodeaba la habitación.

Llevó sus manos a sus senos, y apretó sus pezones, sonriendo como una tonta, mas relajada de lo que había estado en la vida.

-Me gustaría ser pintor y plasmar esta obra de arte en un cuadro...

Victoria abrió los ojos y lo observó de rodillas, parecía un animal salvaje a punto de atacar a su presa, con su miembro completamente izado, orgulloso y ansioso por entrar en batalla.

Y se observó a si misma, imaginando la imágen que le estaba dando a César, su cabello hecho un desastre, sus manos pellizcando sus pezones, sus piernas abiertas mostrándole en bandeja de plata y en primera fila la unión entre sus piernas aún vidrante y humeda.

TÓMAME COMO AL TEKILADonde viven las historias. Descúbrelo ahora