Pov. Seiya
Dejó a un lado mi libro y vuelvo a mirar hacia el cielo, la lluvia de estrellas que se dirigía a la tierra sería hermosa este año, no puedo evitar pensar que en sólo unas horas estaría frente a ella, ya habían pasado tres años desde la última vez que la vi, la única y última vez que fue mi mujer. Golpeó la mesa frente a mi derramando el té.
— Superalo Seiya. — Me recuesto del espaldal de la silla cerrando los ojos, recordando sus besos, caricias, la muchas veces que grito mi nombre seguido de un te amo. Doy un suspiro, abro mis ojos sorprendiendome. — Estoy dormido. — Golpeó mis mejillas, aún así la imagen no desaparecía. Frente a mi se alzaba un castillo dorado parecía brillar como el sol, grandes árboles frutales y rosales florecidos a su alrededor. Alguien corría hacia mi, sólo podía distinguir su traje blanco, lo observó voltear mientras corría, sentí como me atravesaba causandome un escalofrío.
— ¡SEIYA DESPIERTA! — La voz de Mina me hizo despertar dando un salto en la silla, todo a mi alrededor estaba igual, aquello si había sido un sueño. — Ya estamos listos para partir.
— ¿eh? — Apenas podía reaccionar a lo que decía, me sentía ido de mi mismo. Decidí concentrarme en nuestra visita a la tierra, nuestra reina nos esperaba frente a mis hermanos, hablaban animadamente mientras Amy revisaba llevar todo en su pequeño bolso. Al verme sonrieron aliviados, quizás habían pensando que me negaba a ir.
— Mientras más rápido vayamos más pronto volveré a casa. — Tome las manos de mi reina, ella sujetaba a Venus, aún me era difícil viajar por medio de esa transportación especial.
— Yaten cuida de Miko. — El sonrió mientras tomaba la mano de su bebé moviéndola en señal de despedida, aquella pequeña poseía los ojos verdes y su cabello rubio, sólo esperaba no sacará el carácter de mi hermano.
— Te veré en unos días Neji. — El primogénito de Amy y Taiki poseía el cabello azulado y los ojos de mi hermano, taiki bromeaba en que sería el genio de la familia después de él, viendo de quien era hijo no tenía dudas de ello. Cierro mis ojos recordando nuevamente aquel castillo mientras acabábamos atravesando la vía láctea.
"Hiperión" — Casi pierdo la concentración al orír la voz de una mujer, su tono me provocó un escalofrío. — "Nos veremos pronto".
Abro ojos al oír los jadeos de sorpresa de las tres mujeres junto a mi, lo que veían mis ojos era casi irreal, Tokio de Cristal había sido atacado, el castillo tenía un casi destruida, al oír que Mina decía que ese era el salón del trono y parte de los pasillos que daban a las habitaciones principales un frío atravesó mi cuerpo, quería correr buscando a mi bombón. Algunos edificios se encontraban incendiados. Mi reina caminaba entre los escombros siendo escoltada por nosotros.
— ¿Chicas? — Rei se acercaba a nosotros, tenía algunos golpes en sus mejillas y un yeso en su brazo izquierdo. Mina le abrazó al igual que Amy. — Eso duele.
— Lo siento. — Susurro Amy, puede ver en ambas una mirada cómplice, era como si algo ocultaran.
— ¿Qué pasó? — Agradecía que Mina fuera tan curiosa. — ¿Los demás?
— Chicas creo que deberíamos entrar. — Comenzaba hacer frío y temía por mi soberana. Rei asintió, nos guió al interior del palacio, adentro limpiaban todo lo que se había hecho pedazos después del ataque.
— ¿Dónde está la reina? — Kakyuu se había atrevido hacer la pregunta que yo me negaba formular. Rei me miraba de reojo, no entendi el motivo de su mirada, después de todo Serena y yo no teníamos ningún tipo de relación. Las puertas del palacio fueron abiertas para nosotros, Lita se acercaba, Mina le abrazó al verla llena de heridas en sus brazos y piernas, Amy revisaba que estuviera bien.
— Ella está bien, ahora mismo se encuentra en la sala de recuperación con sus...— Su frase quedó inconclusa al ver a Lita.
— Bienvenidos a Tokio de Cristal, lamentó lleguen en esta situación. — Asentí, no podía negar que deseaba ver a mi bombón, tenía miedo que estuviera mal. — El palacio se encuentra en medio de limpieza y remodelación debido a los ataques, la reina a pedido sean escoltados a la casa de verano, está a unos kilómetros. El camino quedó algo destruido por lo que deberemos caminar espero no les moleste.
— No se preocupen, nos servirá para mirar los alrededores y saber que pasó. — Opinó Amy, Kakyuu asintió con una sonrisa, seguimos a Lita en silencio. Me límite a ver cómo algunos trabajadora recogían los cristales destruidos, algunos escombros dejados atrás por alguna columna que había caído, no pude evitar ver al salón del trono, el interior destruido pero en medio de el vi un juguete, me pareció raro ver unas pelotas en el lugar.
— ¿La reina tuvo hijos con ese? — Pude sentir que Rei y Lita se habían tensado y Mina al igual que Amy bajaban la mirada apenadas.
— Seiya no seas imprudente. — Mi reina me miró con el ceño fruncido. — Sí, Serena tiene dos hijos pequeños.
Aquello fue un golpe a mi corazón, aún cuando sabía de esa traición, aún sabiendo cuánto me amaba decidió ser suya de nuevo y darle una familia eso logró decepcionarme por completo.
— Son la alegría del palacio. — Mire de reojo a Lita, sonreía al mencionar aquello. — Lamentablemente resultaron heridos durante el ataque y ahora la reina junto al rey están con ellos.
Suspire, al final todo lo sucedio ese día fue un error.
Fin pov. Seiya
Serena acariciaba la frente de su hijo, su hija dormía junto a él, ambos tomados de la mano, aquella costumbre heredada desde bebés no la perdían en ningún momento. Sonrió al ver a su pequeño abrir sus ojos mirándola con aquella mirada profunda.
— Sentí una estrella llegar. — Sonrió levemente, su hijo siempre sentía los brillos de las estrellas, tenía una cualidad de descubrir el nacimiento de estas. Junto su frente con la suya. — Mamá ese brillo es como el de Selene.
Se levantó de su asiento, camino hacia la ventana, afuera caían leves gotas de lluvia que poco a poco iban cayendo con más fuerza, el cielo oscurecia trayendo consigo una fuerte tormenta.
— Se que él no es mi papá. — Se giró con sorpresa mirándolo, sabía lo maduro que era su hijo y lo inteligente que podía ser. — Yo te escuche llorar y fui a verte pero escuche que él decía no era nuestro padre.
— ¿Por qué no me dijiste nada? — El niño sonreía, bajo de la cama para abrazar a su madre, ella correspondió el abrazo con fuerza, sentir a su pequeño en sus abrazos alegraba su corazón, en ese momento su vida era como aquella tormenta. — Lo siento.
— Tía Haruka siempre dice que haces las cosas por el bien de todos, confío en ti. — No pudo evitar sonreír al oírlo. Selene despertaba sintiendo su estómago gruñir.
— Mami tengo hambre. — Al escuchar a su hija les daba razón a sus amigas cuando decían que Selene era igual a ella en su juventud.
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Nos leemos en el siguiente capítulo, gracias por leer.
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Luz de estrellas
FanfictionTokio de Cristal fue fundado bajo el mandato de dos gobernantes amados por su pueblo, ella serena y con un espíritu infantil que poco a poco se fue encerrado hasta sólo quedar el recuerdo de quién fue, él era todo lo contrario. formaron un futuro gu...