Luz de estrellas

Capítulo 13: Viaje al pasado - 2da parte

Reino solar — 800 años antes de Tokio de Cristal

Después de haberse encontrado con su padre, Serena y Seiya cayeron en un lugar diferente. El panorama era distinto, la luz del sol brillaba fuertemente encima de las colinas, los árboles guiaban el camino hacía un palacio de color oro. Seiya sonreía al ver aquel lugar donde vivió tantas cosas hermosas en el pasado, era su momento de guiar el camino, ambos observaban a los guardias ir y venir con tranquilidad. Serena se detuvo al oír una vos que le parecía conocida, se alejó del pelinegro guiándose por la música de aquel desconocido. Se ocultó detrás de un árbol a pesar de que nadie podía verla. Recostado de una roca se encontraba un joven de cabellos azabaches, ojos azules como el zafiro, piel de un tono crema, en sus manos había una guitarra, sus dedos tocaban las cuerdas con destreza, mientras cantaba una tonada que le parecía un poco melancólica. Serena sentía que aquella canción era dedicada alguien, lo entendió al verla, sus cabellos castaños con unos pequeños reflejos púrpuras, sus ojos color miel llenos de lágrimas, apretaba sus puños con fuerza sobre su regazo. Detuvo el toque de su guitarra.

— ¿Es por qué soy una sirvienta? — El joven suspiro, quería tomar sus manos y darle valor para entender, se contuvo. — Por favor respóndeme.

— No, sabes que esas cosas no me importan. — Miró al cielo con una gran sonrisa. — La princesa Serenity tiene un corazón puro, su bondad y su ingenuidad me hizo ver el mundo de una forma hermosa. Me hizo quererla con el paso de los días hasta llegar amarla.

— Juraste hacerme tu esposa. — Aquello fue un balde de agua fría sobre su cabeza. — Te espere.

— Lo sé, pero también dije que de ser imposible deberías buscar alguien que hiciera tu corazón vibrar. — La joven desvío la mirada. — Nunca te ate completamente a mi por ese mismo problema. Saori, de verdad deseo seas feliz con alguien más, siempre me tendrás como tu amigo.

— Pero te amo, no me pidas olvidarte. — Hiperión se acercó tomando su mano. — Por favor.

— Mi hermosa Saori, mi corazón pertenece al resplandor más hermoso del universo.

Serena se sorprendió al oír su afirmación, su corazón latía con fuerza debido a sus palabras sinceras, no pudo evitar pensar que su amado Seiya seguía siendo igual. Sonrió nostálgica al recordar el pasado durante la preparatoria. Sus discusiones sin sentido, las miradas cómplices y sonrisas tontas. No quería ocultar más cuanto lo amaba, deseaba volver y ser feliz a su lado.

— Bombón. — Se giró a verlo, Seiya había regresado por ella al darse cuenta que no lo seguía. Sólo se miraban sin darse cuenta de cómo el tiempo cambiaba a su alrededor. Ambos miraron a la pareja abrazada junto a un pequeño lago, ella con su vientre abultado de unos seis meses, él acariciaba su vientre mientras entonaba una canción  de cuna. Sus sonrisas mostraban la felicidad que los embargaba.

— La llamaremos Eos. — Serenity lo miró con curiosidad. — Quiero tres hijos.

— Sabes, no soy un conejo. — Hiperión beso su mejilla. — Bueno nuestros siguientes hijos serán gemelos.

— ¿Ahora eres plut? ¿Viste el futuro? — la rubia sólo sonreía. — Eos será un fuerte rayo de luz crepuscular.

— Helios y Selene. — Hiperión le miró confuso por los nombres. — Nuestra pequeña luna y un pequeño sol.

Serena se giró hacia Seiya, su compañero sonreía, a diferencia  de ella, el podía recordar esos momentos del pasado, apretó la mano de la rubia y la llevo a un lugar especial, los corredores eran de un color blanco ostra, las cortinas azules resaltaban con el blanco, se detuvieron al ver una puerta de cristal, pero aquello que él deseaba mostrarle se vio interrumpido al mirar a Saori salir de la habitación cargando una pequeña caja de cristal; en su interior brillaba una luz dorada, en ese momento él pudo entenderlo.

— Ella robó el cristal solar, fue  por eso que Aphofis entró al reino la luz de nuestro hogar  no pudo frenarlo, nuestra luz era débil.

Todo a su alrededor  comenzó a  fragmentarse, Serena miró como nuevamente se encontraban en el corredor del tiempo. Seiya apenas recordaba ese detalle del pasado, su viaje a Kinmoku buscando la ayuda de su tío y como le fue negada, el ataque del reino del fuego y  a su hogar, la llegada de la reina pidiendo asilo pues apenas pudo sobrevivir al ataque causado por su esposo y los guerreros de Aphofis, ahora más que nunca estaba seguro de algo. Saori fue quién  abrió las puertas para Aphofis.

— Hace tanto tiempo  que espere con ver a la dueña del poder de cosmo. — Ambos miraron a la Sailor de traje blanco cargando un báculo alado. — Mi nombre es Sailor Cosmos, este lugar es la única forma de verte Sailor Moon.

— Pero, ¿Por qué dices que soy la dueña de ese poder? — La sailor sonrió fraternalmente, alzó sus manos a la altura de su pecho, un pequeño resplandor apareció entre ellas, el cristal de plata había aparecido ante ellos. — Porque tú...— El cristal fue rodeado por un brillo dorado hasta que fue volviéndose plateado nuevamente, un nuevo broche de transformación apareció, era de un color blanco perla decorado con una estrella dorada de  ocho puntas.

— Reina Serena, yo cometí el error de no encerrar para siempre Aphofis, de confiar ciegamente en mi hermano, creer que sería capaz de cambiar con el paso del tiempo y nuevamente ha vuelto para destruir lo que yo más ame. — El broche floto hacia las manos de Serena. — Desde ahora tú serás la nueva Sailor Cosmos, desde ahora eres completamente la guardiana Cosmos, desde este momento somos una sola.— La mirada de Cosmos se posó en Seiya sonriendo. — Es increíble cómo ha pasado todo.

Seiya la miró confundido por su mirada penetrante. La peliplata comenzó a desvanecerse.

— Adonis siempre dijo que vendría nuevamente a mi...— Camino hacia Serena abriendo los brazos, antes de que pudiera decir algo la abrazo uniéndose a ella. En ese preciso instante el cabello de la rubia comenzó a volverse plateado y sus ojos de un tono gris azulado.

— ¿Bombón? — Ella le miró cayendo desmayada en sus brazos. Ambos fueron absorbidos por un espiral de luz volviendo frente a Sailor Plut y los demás. Antes de que pudiera responder alguna pregunta, él también acabó desmayado.

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Gracias por leer y dejar sus opiniones. Nos leemos en el siguiente: Saori