Capítulo 24: Sailor Galaxia

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Jardín de estrellas

Las pequeñas luces de las estrellas brillaban con intensidad, su vestido blanco se arrastraba sobre los pétalos de las flores que se habían abierto dejando escapar las semillas estelares que eran llamadas a nacer en algún punto de la galaxia. ¿Quién era ella? La conocían como la sailor más poderosa, sin embargo después de haber sido derrotada por Sailor Moon supo que no era así, ella era la más poderosa o al menos en aquella batalla lo demostró. Ella, Sailor Galaxia, quién se atrevio a encerrar a Caos durante una ruda batalla, al final fue la afectada, pues Caos la dominó, pero fue mucho tiempo después que pudo darse cuenta que Aphofis había tomado la identidad de su padre y fue él quien la envolvió bajo su engaño y manipuló. Ella era tan antigua como el tiempo, había nacido de las manos de Aphofis pero fue su hermana;  Cosmos quien purifico su semilla estelar y la nombró la primera Sailor guardiana, aún cuando ella despertó en aquel inició como la guerrera Cosmos, prefiero darle a ella ese título y una misión importante, en los confines del universo rodeado de estrellas oculto entre luces brillantes un planeta pequeño había sido creado con un propósito, ser la cuna de nacimiento de todas aquellas semillas estelares que darían nacimientos a cada ser  en los diferentes puntos del universo.

— Aquí te escondias. — No se había percatado de su llegada, dio un paso hacia la barrera que lo separaba de ella. Sus manos trataron de tocar el campo de energía pero una corriente eléctrica recorrió su cuerpo, Galaxia reconoció de inmediato aquel peliblanco, hacía más de un siglo que no lo veía de frente. — Debo decir que fue difícil localizarte, te supiste ocultar.

— Yami, no sigas intentándolo, nadie además de Cosmos o yo podemos atravesar esa barrera. — Galaxia se acercó mirándolo fijamente, parecía que no deseaba rendirse, golpeó con sus puños la barrera estremeciendola. — ¿Eh?

— Oh Galaxia en serio me crees tan débil. — Saco de entre sus ropas una daga plateada y con ella corto la barrera con facilidad, como si fuese una hoja de papel. Galaxia retrocedió al verlo cruzar, extendió su brazo derecho, el aire a su alrededor se estremeció, su espada de batalla apareció ante ella, la tomo entre sus manos. No necesitaba transformarse para luchar, tampoco podía permitir que la sangre de cualquier ser manchara el prado sagrado. Bloqueo el ataque de Yami con su espada, lo tomó del brazo dejándose caer dentro de una de sus dimensiones. Todo se encontraba oscuro, las constelaciones brillaban a la lejanía. Yami dio un paso observando el lugar, nunca antes había ido allí, eso sólo significaba ella tenía pensado destruirlo en su propio territorio, pero no permitiría que fuese así, él era la mano derecha del príncipe Aphofis y debía destruir a sus enemigos.

— No puedo permitir que reveles donde estoy. — Galaxia atacó con fuerza no podía dejar que él fuese con Aphofis de nuevo. Yami detuvo su arma con sus manos desnudas, un hilo de sangre caía por el filo de la espada. Dio una patada a su enemigo en el estómago, patada que sorprendió a Yami, pues no pensó que fuese tan rápida al moverse. La daga de Yami brillo transformándose en un sable, ambos se miraban con determinación, tenían el objetivo de eliminar a su contrincante aunque eso les llevase la vida en el proceso.

— No puedes impedirlo. — Yami junto sus manos creando una esfera de energía que acabó siendo lanzada contra ella, Galaxia movió su espada cortando la esfera de poder a la mitad, una vez la luz se desvaneció se encontro con Yami de frente, la daga en su mano acabo clavada contra el vientre de la sailor. En medio de su confusión levantó su arma atravesando a Yami con ella, el guerrero dejó de sonreír al verse atacado, deseo huir pero todo a su alrededor comenzó a temblar, la dimensión colapsaba. Galaxia abrió la puerta hacia el exterior, se permitió volver al jardín donde las pequeñas luces al sentir su cuerpo herido comenzaron a rodearla llenandola de calidez, su transformación desapareció mientras caía entre los pétalos de las flores. Miró al cielo, no deseaba morir, había sido descuidada y tonta, pensaba que derrotar a Yami no traería consecuencias para ella, pero él había sido ágil al darle aquel golpe certero en el primer movimiento.

— ¿Falle? —  Aquella pregunta lanzada al viento le hizo derramar un par de lágrimas traicioneras. Ella no era débil y mucho menos llorona, pero conocía perfectamente su estado, con cada segundo que pasaba sentía que sus fuerzas escapaban de su cuerpo. Sintió su presencia nuevamente como la primera vez. — Lo siento.

— No es tu culpa. — Cerró los ojos. — Mi pequeña niña, hija de la soledad.

— Me creía invencible...— Suspiro al sentir su caricia en la frente. — No pude.

— Es hora de dormir. — Su cuerpo dejó de sentir aquel dolor punzante, la madre del jardín de la creación le permitía avanzar a otro plano. Su cuerpo acabó volviéndose polvo de estrellas, una nueva flor dorada nació donde estuvo su cuerpo. La guardiana alzó la mirada al cielo, sus ojos dorados observaron con tristeza las pequeña luces en el firmamento, le hicieron derramar lágrimas de alegría, pues por fin después de mucho tiempo la sailor más poderosa había regresado al jardín para descansar y esperar una nueva vida. Miró hacia atrás al ver a Yami arrastrarse por el piso, lo apuntó con su dedo, sólo un rayo de luz provino de su índice, el cuerpo de Yami se hizo polvo, no hubo flor que naciera por él. La guardiana madre no deseo darle un nuevo comienzo, pues él había manchado su hogar sagrado. Podía sentir la furia de Aphofis desde aquel lugar, sintió miedo por Sailor Cosmos, su hermano se hacía cada vez más poderoso y de seguir así atacaria antes sin contemplación, de una cosa estaba segura, los anillos aún no estaban listos para romperse y sin todo su poder, la Neo Reina Serena no podría vencer a su enemigo.

— Siento que está vez, el mundo será destruido.

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Muchas gracias a todos por sus comentarios. Este capítulo me cosro hacerlo, tuve muchas dudas de como hacerlo. Espero haya sido de su agrado. Nos leemos en el siguiente: Dudas.

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